Artículo publicado en origen en el blog de AlbaCiencia en 2014.
Ayer (22 de octubre de 2014) se publicaba en la revista Nature un artículo que pone fin a la larga serie de conjeturas y suposiciones científicas sobre el aspecto de Deinocheirus mirificus, un ornitomimosaurio, que habitaba en lo que hoy es la mitad Norte de Asia hace unos 80 millones de años, a finales del Cretácico. Si hace un mes nos sorprendía el nuevo aspecto que Spinosaurus debió de tener según los paleontólogos, preparaos, porque la polémica está servida…
El lagarto de mano terrible
En 1965, se descubrieron los restos fósiles de un dinosaurio desconocido hasta la fecha. El hallazgo se produjo en el Desierto de Gobi (Mongolia), durante una expedición polaco-mongola palentológica, y se trataba de las extremidades superiores de un dinosaurio ornitomimosaurio. Las especies del infraorden Ornithomimosauria se asemejaban a enormes avestruces, eran terópodos que poseían cuellos largos y cabezas pequeñas y alargadas; patas anteriores dotadas de tres dígitos y posteriores largas y adaptadas a la carrera. Las extremidades encontradas correspondían a un animal de este grupo, pero el tamaño (2,4 m de longitud) revolucionaba el conocimiento que se tenía de este grupo de dinosaurios. Durante casi 50 años, los paleontólogos no han dejado de hacer conjeturas sobre el aspecto que tendría el Deinocheirus (“lagarto de mano terrible”), la especie a la que pertenecen estos enormes brazos. Además, la cantidad de características ornitomimosáuridas pero también similares a las de otros dinosaurios del holotipo (el espécimen que sirvió para describir la especie) hacía muy difícil incluir a Dinocheirus en los árboles filogenéticos y elaborar un mapa evolutivo del grupo.
El hallazgo de dos nuevos ejemplares, uno en 2009 (MPC-D 100/127) que incluía ya prácticamente todos los huesos excepto las costillas y vértebras centrales, y otro en 2006 (MPC-D 100/128), con solo la mitad del cuerpo, ha resuelto dudas sobre la ecología de este dinosaurio.
Los análisis cladísticos revelan que el Deinocheirus difería de los demás ornitomimosaurios en diversas características óseas. No era corredor, ya que sus patas estaban adaptadas a soportar un peso de unas 6 toneladas; el cráneo, cientos de gastrolitos y restos estomacales revelan que se trataba de un megaomnívoro que habitaba a orillas de lagos y zonas empantanadas.
Los fósiles ayudan a descifrar el pasado
El cráneo es alargado, las piezas de la boca están fusionadas para formar una extensión en forma de espátula o pico de pato y los orificios nasales se encuentran en posición superior. Las marcas en la parte anterior de las mandíbulas demuestran que existía queratinización, es decir, una especie de pico similar al de las aves. Este pico plano tendría una relación ecológica con su alimentación, que se basaría en pastar de forma no selectiva engullendo plantas acuáticas al estilo de los hadrosáuridos o saurópodos o capturando peces. El ojo era pequeño, lo que sugiere que esta especie era diurna. El cuello se curvaba en forma de S y las vértebras, hacia la mitad del tórax, se alargaban progresivamente en las espinas neurales formando una especie de cresta o joroba baja que incluía ligamentos para sujetar el abdomen y la cadera. Las patas son cortas y gruesas comparadas con las del resto de ornitomimosaurios, pero servían para sostener el cuerpo del animal, y seguramente no fuera muy veloz.
Reconstrucción gráfica de Deinocheirus mirificus |
Los ornitomimosaurios, en general, eran dinosaurios altos y delgados que podían escapar rápidamente de los depredadores, al contrario que Deinocheirus. Su longitud era de unos 11 m de largo y tenía un peso estimado de 6.358 kg. Los Deinocheiridae, por suparte, siguieron un camino evolutivo distinto a los demás ornitomimosaurios. No solo difería de las demás especies de su grupo en la talla: la estructura craneal demuestra que su dieta estaba más especializada. Además, el Deinocheirus poseía por lo menos dos características (la fúrcula en forma de U -hueso en forma de horquilla en el pecho de aves y algunos dinosaurios- y el pigóstilo -vértebras caudales finales fusionadas-) que lo hacen un dinosaurio único en todos los aspectos.
Muy interesante todo lo que cuentas. Nos vendrá de perlas cuando el curso que viene abordemos los dinosaurios. Así que tomo nota. Gracias por compartir.
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