domingo, 30 de abril de 2023

La joya de los pinares

Los días 28 y 29 de abril han sido mágicos para mis amigos y para mí, pues pudimos ver uno de los insectos ibéricos más bonitos y esquivos que podemos encontrar en nuestros bosques: la mariposa isabelina (Graellsia isabellae). Llevaba muchísimos años queriendo ver este precioso animal y por fin lo hemos conseguido.

Mariposa isabelina (Graellsia isabellae). Sierra de Alcaraz (Albacete), 29.4.2023.

    Este lepidóptero fue descubierto hace relativamente poco tiempo, en 1848, por Mariano de la Paz Graells, zoólogo y director del Gabinete de Historia Natural y del Jardín Botánico de Madrid, en un pinar de Peguerinos (Ávila), pueblo que en la actualidad incluye esta mariposa en su escudo. La nombró Saturnia isabellae en honor de la reina Isabel II, aunque posteriormente el entomólogo inglés Grote creó el género Graellsia, dedicándoselo al descubridor de este insecto único. Coloquialmente, los naturalistas españoles también la llamamos "graellsia".

Isabelina (Graellsia isabellae). Sierra de Alcaraz (Albacete), 29.4.2023.

Isabelina (Graellsia isabellae). Sierra de Alcaraz (Albacete), 29.4.2023.

    Mucho se ha escrito sobre este insecto, incluso hay una monografía consultable en Internet con mucha información valiosa sobre su origen evolutivo, ecología, abundancia, etc. Nosotros fuimos a buscarla a las cercanías de Riópar y Mesones, en mi provincia, donde encontramos bastantes ejemplares en los pinares, pues su oruga se alimenta de Pinus nigra subsp. salzmannii, el pino negral o laricio, y en estas sierras estos árboles conviven con Pinus pinaster, el pino resinero o ródeno. La oruga es difícil de ver, pues suelen ocupar la parte superior de las copas de estos grandes pinos.

Otro ejemplar de isabelina (Graellsia isabellae). Sierra de Alcaraz (Albacete), 29.4.2023.

Isabelina (Graellsia isabellae). Sierra de Alcaraz (Albacete), 29.4.2023.

Isabelina (Graellsia isabellae). Sierra de Alcaraz (Albacete), 29.4.2023.

Este macho estaba muy deteriorado. Viven pocos días, pero lo dan todo en busca de la hembra. 

    Es un insecto emblemático de las montañas del centro y este ibéricos y los Alpes y mucha gente viaja a pueblos recónditos para intentar verlo, tal y como hicimos nosotros, por lo que supone un atrayente turístico muy interesante en muchos sitios (si se sabe aprovechar). 

miércoles, 26 de abril de 2023

"Bicheando" por Liétor

 Ayer, 25 de abril, fuimos mis amigos Alonso, Miguel, María del Mar y yo a buscar un saltamontes que tenemos muchas ganas de ver. Aunque Miguel ya lo ha visto, ninguno de los demás lo habíamos conseguido avistar. La especie es Kurtharzia sulcata, endemismo de los matorrales y espartizales secos del sur de Albacete, pamfágido que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reconoce como "En Peligro de Extinción", con poblaciones fragmentadas y sensible a la desaparición de su hábitat (esto ya se me hace repetitivo...), a las fumigaciones, a las repoblaciones de pino y a la suelta de perdices para su caza.

Pinares, romerales y espartizales, sufriendo la dura sequía primaveral de 2023.

El caso es que ayer fuimos a buscarlo los cuatro, en algún lugar cerca de Liétor, pero no hubo éxito en la zona donde lo vio Miguel. Aunque vimos otras cosas. Eso sí, el campo está sequísimo. En abril, las jaras deberían estar floreciendo una y otra vez, los romeros verdes con sus florecillas produciendo abundante néctar y semillas, las plantas anuales con sus flores típicas de este lado del Mediterráneo. Pero no. Nos encontramos los romeros amarillos o muertos, las jaras sin flores y con las hojas totalmente orientadas hacia el cielo, lo cual les ayuda a reducir la pérdida de agua, como si estuviéramos en agosto, y ninguna flor. Las albaidas también estaban secas, muchas sin hojas, pero alguna parecía intentar florecer tímidamente. Estos dos últimos meses están siendo muy duros debido a la extrema falta de agua y las temperaturas anormalmente altas. Esperemos que la situación cambie, porque nos tememos que el verano sea más duro que el del año pasado.

Dimos una vuelta en busca del Kurtharzia y después decidimos volver al coche, ya que hacía un calor veraniego bastante desagradable para ser por la tarde, para desplazarnos a otro lugar, el embalse del Talave. Fue gracioso porque en el camino de vuelta al coche fue cuando más insectos vimos.

Chinche asesina del género Rhynocoris. Liétor, 25.4.23.

Araña Napoleón. Recibe este nombre por la forma oscura que presenta en el opistosoma, como si fuera la silueta del torso de Napoleón con su bicornio y todo. Liétor, 25.4.23.

    En un espino negro, María del Mar detectó una forma extraña: era la ooteca de una mantis africana (Sphodromantis viridis), de la cual, en ese momento, estaban naciendo las pequeñas mantis.

No le hice las mejores fotos, la verdad. El pegote esponjoso que se ve arriba a la izquierda es la ooteca, dentro están los huevos de la mantis. La ooteca está sobre una rama, algo característico de las Sphodromantis, al contrario que Mantis religiosa, que prefiere poner su ooteca bajo grandes piedras, en muros y otros sitios duros. Liétor, 25.4.23.

Uno de los tres ejemplares de Odontura aspericauda que vimos en los romeros del margen del camino. Liétor, 25.4.23.
Una vez en el embalse del Talave, nos acercamos a la orilla. Había unos pescadores en un punto y nos alejamos de ellos para no molestar. 

Embalse del Talave. 25.4.23.

Casi en el borde del agua, encontramos algunos invertebrados interesantes. Nos llamó la atenicón la abundancia de grillos, por lo menos de dos géneros, y sobre todo, la presencia del grillo campestre (Gryllus campestris), que no es tan común por nuestra zona, junto con el habitual grillo bimaculado (Gryllus bimaculatus).
Gryllus campestris que al principio nos pareció G. bimaculatus. Luego, vimos más ejemplares y confirmamos la presencia de ambas especies conviviendo. Embalse del Talave, 25.4.23.

Una de las grandes arañas que vimos correteando por el suelo. Se trata de una araña lobo (fam. Lycosidae), que nuestro amigo Alberto Narro identificó como Arctosa similis o A. cinerea. Embalse del Talave, 25.4.23.

Hermoso ejemplar de Scolopendra cingulata que encontramos bajo una piedra en un herbazal. Cuando se levanta una roca en el campo, hay que tener mucho cuidado por lo que pudiera aparecer debajo. Normalmente son animales inofensivos, pero también pueden aparecer culebras que nos asusten, escorpiones, arañas o escolopendras, como esta. Al verse deslumbrados, los animales suelen quedarse unos segundos quietos "sin saber qué hacer", pero luego emprenden la huida hacia otro escondrijo. Por supuesto, la piedra debe volver a quedar en su posición original. Embalse del Talave, 25.4.23.
Cuando nos dimos la vuelta hacia el coche para irnos a casa, una nube de aviones comunes (Delichon urbicum) nos sobrevoló estática, mientras los ejemplares iban y venían de un alero cercano, donde tenían construida la colonia de nidos. Sin duda, la gran abundancia de mosquitos que aparecen junto al agua del embalse les sirve de alimento.
Aviones comunes (Delichon urbicum). Embalse del Talave, 25.4.23.

lunes, 24 de abril de 2023

Viaje a Costa Rica I: San José

De repente, el planeta se ha vuelto, para mí, más pequeño y accesible. Nuestra luna de miel a la maravillosa y paradisiaca Costa Rica, nos ha deparado muchísimas observaciones muy interesantes y únicas, totalmente nuevas para mí: más de 100 especies de aves en 12 días y decenas de reptiles, mamíferos, insectos y plantas. 

Es un país que rebosa biodiversidad por los cuatro costados, por eso, si eres un naturalista pensando viajar a Costa Rica, recomiendo varias cosas.

-La primera recomendación es que considero extremadamente importante adquirir alguna guía de campo de lo que se quiera avistar en la zona, para formarse e identificar las especies que queramos. Es recomendable también familiarizarse previamente con los destinos que vamos a visitar durante nuestro viaje.

En mi caso, conseguí las siguientes guias de campo:

* The birds of Costa Rica, a field guide, de Richard Garrigues y Robert Dean. Esta la venden también en español en algunas librerías de Costa Rica, yo pude verla en el aeropuerto de San José. Es un pelín más grande en castellano que en inglés, pero no la encontré en Internet. Se puede consultar la lista oficial de aves de Costa Rica en la web.
* A swift guide to butterflies of Mexico and Central America, de Jeffrey Glassberg. Fotográfica (muy visual), indica la familia, las plantas de la que se alimentan muchas mariposas reseñadas y los nombres científico e inglés.
* Pocket guide to the mammals of Costa Rica, de Fiona A. Reid y Gianfranco Gómez Zamora. Muy completa, con ilustraciones y fotografías.
* Reptiles of Costa Rica, a field guide, de Twan Leenders. Esta y la siguiente son fotográficas, con bastante información sobre el comportamiento de cada especie. Las fotografías tienen mucha calidad y muestran montajes muy interesantes para poder apreciar las características de cada animal.
Amphibians of Costa Rica, a field guide, de Twan Leenders.
* Pocket guide to the insects of Costa Rica, de Paul E. Hanson, Kenji Nishida y Ángel Solís. Esta me decepcionó bastante, aunque hay algunos insectos que he podido identificar gracias a ella. Entiendo que en un punto caliente de biodiversidad como es Centroamérica, es imposible escribir un libro que incluya todas las especies, pero quizá se podrían haber incorporado muchísimos más taxones, engrosando el tomo e igualándolo con los dos anteriores. De hecho, este libro es el más fino de todos. Esto ocurre también en España, pues no hay ningún libro general sobre insectos ibéricos, así que no me sorprende tanto.


Adicionalmente, conseguí de segunda mano los dos tomos de The butterflies of Costa Rica and their natural history, de Philip J. DeVries (los últimos a muy buen precio en Amazon) y, como lectura complementaria, The new neotropical companion, de John Kricher, que descubrí gracias al blog de David M. Gascoigne

Sé que son muchos libros, pero entre que me encanta identificar animales y soy un fanático de los libros, no pude aguantar mi sed de conocimiento sobre la biodiversidad de este país, y me han sido y son muy útiles.

-La siguiente recomendación que haría es que es importante tener un repelente de mosquitos. Nosotros compramos el famoso Relec y fue muy útil. Sobre todo nos sirvió en el último destino del tour por el país, el Parque Nacional de Manuel Antonio, en la costa del Pacífico, donde nos atacaron varios mosquitos más pequeños que un grano de sésamo, pero que picaban bastante.

-Y la última recomendación es que es más importante todavía llevar ropa ligera, pues la sensación constante que se tiene en este país, sobre todo en cotas bajas y medias de ambas costas, es de estar en Alicante a las cuatro de la tarde en pleno agosto con toda la humedad y el calor (o incluso peor). Al final, uno se acaba acostumbrando, pero se suda constantemente y es importante ir fresco. También hay que llevar algo para cubrir la cabeza, crema solar y, más importante todavía, ir bien hidratado. Si vas a ir al Parque Nacional de Manuel Antonio, lleva una botella reutilizable (cantimplora), pues antes de entrar te revisan la mochila por si llevas algún plástico que pueda acabar en la naturaleza y te obligan a tirarlo si lo llevas. La gente de allí está bastante acostumbrada, pero nosotros europeítos blancos no lo llevamos tan bien, ni aun siendo mediterráneos.

11 de abril

Llegamos a la capital de Costa Rica, San José, hacia mediodía y en seguida comenzamos a detectar animales totalmente desconocidos para nosotros a nuestro alrededor. Tras sortear una miríada de taxistas que nos gritaban "Do you need a taxi, my friends?" o "Cheap taxi here, amigos!", permanecimos esperando nuestro transporte hasta el hotel. Mientras tanto, unos pericos freintorrojos (Aratinga finschi) y un zanate (Quiscalus mexicanus) hicieron acto de presencia ante nosotros. En ese momento, no pude identificar el zanate, así que desde ese momento, mi mujer y yo los llamamos "pájaros largos" o "mirlos largos".

Cuando llegamos al hotel, dimos una vuelta por un jardín del mismo, donde crecían enormes palmeras y otros árboles tropicales. También se veían heliconias, las flores favoritas de los colibríes. Caminábamos con los ojos como platos porque no nos creíamos que estuviéramos pisando el continente americano. Detectamos varias aves, como una especie de zorzales (¿yigüirros?) que en seguida se escondían, así como una paloma aliblanca (Zenaida asiatica) y un pájaro carpintero de Hoffmann (Melanerpes hoffmannii). Lástima que se estuviera haciendo de noche y las fotos no fueran las mejores.

Paloma aliblanca (Zenaida asiatica). San José, 11.4.23.

Carpintero de Hoffmann (Melanerpes hoffmannii). San José, 11.4.23.

    Bajo una sombrilla junto a la piscina del hotel, encontramos también una enorme cigarra (Quesada gigas). Las cigarras abundan y son muy diversas en Costa Rica y su canto se oye con diferentes melodías ensordecedoras en todo el país.

Quesada gigas. San José, 11.4.23.
    Se hizo de noche a las 6 y nos fuimos a dormir prontísimo, hacia las 8 de la tarde. No teníamos ni idea de lo que nos esperaba durante este viaje que nos ha llegado hasta lo más profundo de nuestro ser. 

Continuará...

domingo, 23 de abril de 2023

Me florecieron los jacintos de bosque (Hyacinthoides hispanica)

A nuestra vuelta de Costa Rica, el jacinto de bosque (Hyacinthoides hispanica), una especie autóctona de la Península Ibérica, ya nos estaba floreciendo en las macetas. Es cierto que en mi zona no se ve, pero recuerdo verlo como una especie alóctona durante mi tiempo en Gran Bretaña y les cogí cariño. Hace unos meses quise probar su cultivo, junto con otras especies, y, estos días, la espera ha dado sus frutos.

Hyacinthoides hispanica. Ejemplar cultivado. 23 de abril de 2023.

viernes, 7 de abril de 2023

Un viaje inesperado a Murcia III: tortugueando en Cabo Cope y orilleando en Calabardina

 El tercer y último día de esta aventura, el domingo 12 de marzo, ya pude participar en la decisión de a dónde íbamos a bichear. Como todos estábamos de acuerdo en que queríamos ver tortugas moras (Testudo graeca), fuimos a Cabo Cope. Al bajar del coche, nos acercamos a la orilla del mar, donde una zona rocosa nos recibió con algunos cangrejos Eriphia verrucosa y camarones Palaemon, pero al rato nos metimos tierra adentro. Pensábamos que no encontraríamos tortugas cuando, de repente, de nuevo Alonso profirió su señal de alarma: una pequeñísima tortuga mora se paseaba a sus pies entre los espartos. Yo me había detenido a mirar sobre los resecos espartos pues había divisado unas cogujadas montesinas (Galerida thecklae) revoloteando en sus característicos cortejos. Al final, vimos cinco ejemplares de tortuga mora en la zona.

Cogujada montesina (Galerida thecklae). Cabo Cope (Murcia), 12.3.23.

Tortuga mora (Testudo graeca). Cabo Cope (Murcia), 12.3.23.
Otro ejemplar de tortuga mora (Testudo graeca) de mayor tamaño. Cabo Cope (Murcia), 12.3.23.
El mismo ejemplar.
Me sorprendió ver una mata de Kleinia neriifolia, planta originaria de las zonas áridas de las Islas Canarias.
El aspecto tropical de Cabo Cope nunca defrauda.
    Después de esta pequeña excursión por Cabo Cope, nos acercamos a Calabardina a comer y a explorar su orilla, donde encontramos algunos hallazgos interesantes.

Un isópodo marino que nunca había visto, con la capacidad de "hacerse bola" como sus parientes terrestres. Pensamos que podría ser Sphaeroma serratum. Había muchísimos. Calabardina (Murcia), 12.3.23.
Anémona verde (Anemonia sulcata). Calabardina (Murcia), 12.3.23.
Posible Sphaeroma serratum. No eran muy grandes, pero había cientos debajo de las rocas de la orilla en la ensenada de Calabardina (Murcia), 12.3.23.
Joven Eriphia verrucosa. Calabardina (Murcia), 12.3.23.
Cangrejo del género Xantho. Calabardina (Murcia), 12.3.23.
Quitón (poliplacóforo), un molusco. Calabardina (Murcia), 12.3.23.

    Y en Calabardina concluyó nuestra aventura, con todos estos invertebrados costeros y con una nostalgia y pocas ganas de volver a casa "que pa' qué". 

Fue una aventura fantástica gracias a la genial sorpresa que me prepararon mis buenos amigos Álvaro Sevilla, Miguel Domenech y Alonso Ródenas sin que yo jamás lo hubiera imaginado. Estoy muy agradecido por tenerles en mi vida <3

lunes, 3 de abril de 2023

Un viaje inesperado a Murcia II: culebras y camaleones en Calblanque

La tarde del sábado 11 de marzo, mis tres amigos Álvaro, Miguel y Alonso me llevaron a un nuevo lugar. No querían decirme a dónde, porque todo era una sorpresa tras otra, así que lo acepté y dejé de hacer preguntas, Álvaro me prohibió mirar el GPS del móvil, por lo que me recliné en el asiento del coche a admirar el paisaje murciano. En una pausa de café con Miguel mientras los otros dormitaban, me había dicho, para confundirme, que iríamos hacia el sur, pero en realidad fuimos hacia el norte. De repente, estábamos en el Parque Regional de Calblanque.
Calblanque, 11.3.2023.
    Diréis que exagero, pero el paisaje me pareció onírico. Nos encontrábamos, después de serpentear con el Duster de Miguel a través de los polvorientos caminos, en una especie de llanura, entre unas montañas bajas redondeadas y el mar. Y en la llanura, salpicada por grandes cúmulos de palmitos (Chamaerops humilis), aparecían algunas florecillas amarillas, rosas y moradas. Pude distinguir las de AsphodelusCoronilla juncea, Lavandula stoechas, Asteriscus maritimus y algunas más. La luz de la tarde volvía los espartales lejanos de un color verde dorado muy curioso, y el mar, a nuestra derecha, traía un viento constante. Había algunas personas por ahí. Incluso vimos un grupo de gente sospechosa, con un claro comportamiento naturalista en busca de bichos, pero no nos dio tiempo a acercarnos cual simios de otro clan para entablar contacto.
Calblanque, 11.3.2023.
Lavandula stoechas. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Espartales de Calblanque con palmitos y otras plantas termófilas. 
Un gladiolo, supongo que Gladiolus illyricus. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Palmitos (Chamaerops humilis). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Yo nunca había venido a Calblanque, aunque había oído hablar de este sitio y había estado cerca. De hecho, he conocido algunas personas interesadas en la naturaleza desde que volví a casa, y al mencionarles la palabra "Calblanque", parece como si se les iluminara la cara con una sonrisa, apreciando en su recuerdo el gran valor de este sitio.
    Aquí encontramos más reptiles. En concreto, dos culebras: la culebra de cogulla (Macroprotodon brevis), nueva especie para mí, y la culebra lisa meridional (Coronella girondica). 
Culebra de cogulla (Macroprotodon brevis). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Culebra lisa meridional (Coronella girondica). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Después de dar unas vueltas en busca de más fauna, acabamos llegando a la orilla rocosa del mar. Aunque la playa de Calblanque es larga, en una especie de caleta con un promontorio de piedra plana con recovecos que se internaba un poco más adentro en el mar, encontramos un isópodo interesante, la cochinilla marina mediterránea, nombre vulgar que acabo de inventarme, Ligia italica. Solamente había visto, de este grupo de cochinillas que viven justo donde rompen las olas, a Ligia oceanica, hace años en el puerto de Bridlington, Inglaterra. Aquel era un enorme crustáceo semiterrestre del tamaño de una gran judía. L. italica era mucho más pequeña, pero igualmente interesante.
Ligia italica. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Hábitat de Ligia italica, en la rompiente. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
  Unas gaviotas nos sobrevolaban mientras mirábamos bígaros y algas. Divisamos un ejemplar de gaviota de Audouin (Ichtyaethus audounii) muy interesado en coger un trozo de basura de la playa (creo que era pan o algo así) que se le caía del pico y luego tenía que volver.
Gaviota de Audouin (Ichtyaetus audouinii), una de las gaviotas mediterráneas más especiales, hasta hace poco, una de las gaviotas más amenazadas a nivel global. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Cuando volvimos al coche, mis amigos dijeron que teníamos que parar en otro sitio más, aunque era ya bastante tarde y había empezado a oscurecer. Llegando a esta nueva zona, nos hizo gracia ver una señal de tráfico de precaución, avisando de que podría haber culebras y camaleones cruzando la carretera. Estaba claro lo que teníamos que buscar: camaleones comunes (Chamaeleo chamaeleon). A nuestro alrededor, el paisaje había cambiado: había más árboles y las colinas se apretaban más cerca del mar. Nos metimos en una arboleda de cipreses de Cartagena (Tetraclinis articulata), un verdadero fósil viviente, y empezamos a escudriñar cada arbusto con interés.
    De repente, el grito de alarma de nuestro amigo Alonso nos erizó los pelos de la nuca: ¡había encontrado un camaleón, después de horas de búsqueda! El pequeño ejemplar se hallaba agazapado en la punta de una adelfa (Nerium oleander). El camaleón es el único reptil arborícola de Europa y se ha expandido por muchos sitios del Mediterráneo desde hace milenios gracias a la mano humana, con lo cual hay poblaciones de este animal que parecen no ser autóctonas de la zona. Al ocupar un nicho único en nuestro entorno, sin competidores, ha sabido expandirse por el litoral mediterráneo de Iberia muy bien, además del suroeste de la Península, en las provincias de Murcia y Alicante. Recientemente, se ha citado también en Valencia.
Dos tomas del único ejemplar de camaleón común que encontraríamos en esta pequeña odisea con mis amigazos, gracias a la vista certera de don Alonso. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Y con la observación de este precioso ejemplar de camaleón concluyó la jornada de bicheo, no sin antes meternos una pedazo de pizza cada uno entre pecho y espalda en Los Belones. Al día siguiente, nos dirigiríamos al Cabo Cope, una zona muy especial para mí...
Camaleón común (Chamaeleo chamaeleon). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.

sábado, 1 de abril de 2023

Un viaje inesperado a Murcia I: safari nocturno en La Azohía y caminata a Cala Cerrada

Ya han pasado varias semanas desde que mis grandes amigos Miguel, Álvaro y Alonso me raptaran el viernes 10 de marzo. Llamaron a mi puerta sobre las 16:10h de la tarde. Al abrir, me encontré a dos personas de pie, con la cabeza tapada, cubierta con un pasamontañas, mirándome fijamente. Me quedé mirando durante unas milésimas de segundo a los ojos del que estaba a la izquierda y le reconocí. Eran Miguel y Alonso. Después, en Murcia, recogeríamos a Álvaro.

-Vístete, que nos vamos -me dijo Miguel, después de quitarle con mi mano el pasamontañas, con una mirada pícara.

Nos embarcamos en una aventura en la cual todo fueron sorpresas para mí gracias a mis tres buenos amigos. Tengo que reconocer que me emocioné bastante, pues esto era ni más ni menos que una despedida de soltero como debe ser: caminatas, aventuras por el monte y búsqueda de bichos durante un fin de semana entero.

La primera noche, el viernes, nos preparamos la cena y fuimos directos a explorar los alrededores de la torre vigía de La Azohía y encontramos algunos animales sorprendentes, como la cochinilla Porcellio succinctus, un endemismo del sureste semiárido de España que nunca habíamos visto. Vimos dos ejemplares de un tamaño bastante llamativo para ser una cochinilla.

Uno de los ejemplares de Porcellio succinctus que vimos. La Azohía (Murcia), 10.03.2023.
El pamfágido Eumigus cucullatus. La Azohía (Murcia), 10.03.2023.
Un cerambícido, Agapanthia asphodeli. La Azohía (Murcia), 10.03.2023.
Agapanthia significa "enamorado de las flores" en griego.
Una enorme concentración de chinches de la adelfa (Caenocoris nerii) sobre el bayón (Osytis lanceolata). Había varias ramas repletas de este hemíptero. La Azohía (Murcia), 10.03.2023.
El helecho Cosentinia vellea. Me hizo mucha ilusión ver este pequeño pteridófito adaptado a las sequías mediterráneas y de zonas cercanas. La Azohía (Murcia), 10.03.2023.

El sábado, 11 de marzo, Álvaro nos guio hasta una caleta de aspecto tropical de la accidentada costa murciana, en el entorno de Cabo Tiñoso, Cala Cerrada. A esta cala accedimos después de una caminata de una hora y pico bajo un alegre sol matinal a través de pinares y matorrales iberonorteafricanos. El relieve era, en general, algo abrupto, sobre todo para bajar a través del pinar. En esta zona arbolada, encontramos el primer reptil que captó nuestro interés, una culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis). Esta especie algo termófila se me había resistido hasta el año pasado, en que pude ver un rápido individuo en las cercanías de Alcaraz. Sin embargo, la perdí de vista en seguida.

Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis). Cabo Tiñoso (Murcia), 10.03.2023.
    Atravesamos el sendero que discurría entre espartales eternos donde florecían los resecos romeros y los cornicales (Periploca angustifolia). Íbamos con los ojos bien abiertos, no fuera a ser que apareciera un camalón (Chamaeleo chamaeleon), pero no tuvimos esa suerte, tendríamos que esperar...
El mar Mediterráneo.
Llegamos a Cala Cerrada, donde unos grandes palmitos (Chamaerops humilis) y lentiscos (Pistacia lentiscus) nos esperaban. También vimos algunas matas de amapola de mar (Glaucium flavum).

Después de que mis amigos se metieran completamente en el agua (que estaba congelada), y yo metiera los pies entre los guijarros y me doliera hasta lo más profundo de los tarsos, volvimos de nuevo por el mismo camino que habíamos hecho, con un calor impropio del mes de marzo. Una collalba negra (Oenanthe leucura) cantaba desde lo alto de un risco.
Miguel y Alonso en el camino de vuelta. El paisaje del sureste de la península ibérica, más propio del norte de África, no siempre es del gusto de todos. Para mí, está claro que tiene un encanto único en el contexto europeo, muy valioso.

Romero (Rosmarinus officinalis, me niego a aceptar que lo hayan metido en el género Salvia) y la espinosa  Launaea pumila.
Volvimos al coche para comer y descansar un rato en la casa, porque luego mis amigos me llevarían a otro sitio costero muy interesante...

La escarpada costa salvaje de algunas zonas de la Región de Murcia.