miércoles, 15 de enero de 2020

Ansias entomológicas en invierno

    Enero en la Región Mediterránea puede significar dos cosas: ningún artrópodo a la vista o, con suerte, alguna mariposa, saltamontes o escarabajo pululando por ahí. Con más suerte todavía, podemos localizar alguna mantis tardía o hibernante.
Colias (Colias croceus), descansando sobre un tallo de albaida (Anthyllis cytisoides). 10.01.2020.
    Un buen sitio para muestrear en busca de la entomofauna invernal puede ser un lugar con tendencias más térmicas: dunas arenosas, zonas sureñas y bajas, pobladas de vegetación adaptada a la aridez, siempre en días con poco viento y pocas nubes. En mi provincia, estos lugares suelen ser los que están más cerca de los territorios murcianos y alicantinos. Así, el domo volcánico de Cancarix puede ofrecer alguna que otra pequeña sorpresa si nos adentramos entre sus matorrales xerófilos, donde predominan arbustos típicos de nuestro rincón del mundo, con algunos representantes de enclaves menos continentales. En pocas palabras, esta montaña se originó hace 8-6 millones de años, cuando uno de los múltiples volcanes que surgieron del interior del planeta en el sureste de la península ibérica se solidificó lentamente conforme brotaba la lava, erosionándose su entorno.
Domo volcánico de Cancarix, irguiéndose entre las colinas espartadas.
    La Sierra de las Cabras, donde se encuentra esta enorme mole volcánica situada a más de 700 metros sobre el nivel del mar, presenta una vegetación que a mí me llama mucho la atención, por contar con tantos taxones más abundantes en las provincias costeras vecinas que escasean o brillan por su ausencia en mis zonas de campeo habituales. Conforme uno se aproxima a esta montaña, que recuerda lejanamente al Matho Thípila de los indios lakota en América del Norte, la vegetación resalta el carácter único de la zona. Al llegar, nos reciben matorrales muy verdes, donde abundan el romero, el esparto y la albaida, que empieza a florecer tímidamente, y pinos carrascos muy rectos,  que van dando paso a otras plantas que uno esperaría encontrar en enclaves más costeros y cálidos: Salsola oppositifolia, Lavatera maritima, Lobularia maritima, Asparagus horridus, Convolvulus althaeoides... Hasta aparecen por ahí las hojas bicolores ("bandera de Andalucía") de Lapiedra martinezii, una bulbosa que, según indica el botánico Pedro Sánchez Gómez: "Lagasca (el científico que describió la planta en 1816) se lo dedicó a una señora gaditana más o menos metida en el mundo de la botánica de aquella época, apellidada de la Piedra, que estaba casada con un tal Juan Antonio Martínez, persona influyente de la época, de ahí lo de "Lapiedra martinezii". Por tanto, el género se lo dedicó a la esposa y luego viuda del tal Martínez, al que le dedicó la especie". 
Hojas de Lapiedra martinezii. 10.01.2020.
    A mí todas estas plantas me llaman muchísimo la atención y me hacen pensar que probablemente encontraremos, también, una muy interesante fauna acompañante. Conforme avanzamos hacia la cumbre, a la que no llegamos a subir, los pinos van volviéndose más dispersos, dejando paso a unas laderas con matorrales como el lentisco (Pistacia lentiscus), el espino negro (Rhamnus lycioides), el acebuche (Olea europaea var. sylvestris), la sabina mora (Juniperus phoenicea), Ballota hirsuta, siempre entre el abundante esparto y su compañera, la albaida.
Aspecto del domo, más de cerca. Se aprecia una pequeña nube de chovas piquirrojas que habitan su cumbre.
Vegetación de ladera, orientación sur.
Entorno del volcán de Cancarix.
    Se puede consultar más información sobre la flora de este curioso entorno en "Vegetación del pitón volcánico de la Sierra de las Cabras de Hellín (Sureste de Albacete)" de Jorge Baonza Díaz (enlace al documento)
    En este lugar, a unos 12 ºC o algo menos, con rachas de brisa e intervalos nubosos que pasaban a toda velocidad sobre nuestras cabezas, mi amigo Miguel Domenech y yo conseguimos encontrar algunos insectos. Nada fuera de lo común, pero curiosos igualmente. Lo suficiente para saciar nuestra hambre insectil.
Lasiocampa trifolii sobre albaida (Anthyllis cytisoides).
Mantis palo (Empusa pennata), una de las mantis que pasan el invierno en las marañas de arbustos,
resistiendo los fríos intensos.
    Conforme ascendíamos, pudimos ver también, más de cerca, la nubecilla de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) que coronaba una esquina de la cumbre.
Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
Chova piquirroja. Parece que el ejemplar de la izquierda le está ofreciendo algo con el pico, algo normal en estos animales con vínculos sociales tan estrechos
    Una vez arriba, decidimos descender de nuevo, almorzar y continuar hacia la vecina provincia de Murcia, en busca de temperaturas más cálidas y ortópteros. En el descenso, continuamos con la observación naturalística.
Pezotettix giornae, uno de nuestros saltamontes invernales por excelencia.
Leptotes pirithous 
Ooteca de Sphodromantis viridis.
    Además, dos saltamontes en estadio adulto que pudimos ver también son Omocestus raymondi y Sphingonotus cf rubescens. También algun escarabajo como Pimelia sp. y Cymindis cf lineola. 
Albaidas y otras plantas comenzando su floración, con el domo al fondo.
Clavelillo (Dianthus broteri), curiosa especie que observaba por primera vez.
    Una vez en Ricote (Murcia), aparte de un pequeño paseo que dimos por ahí, disfrutamos del paisaje y las vistas. Pero lo que más nos sorprendió (gratamente), fue encontrarnos con una de las últimas Sphodromantis viridis del invierno.
Sphodromantis viridis
Sphodromantis viridis
     Esta especie de mantodeo de origen norteafricano se está expandiendo por la Península Ibérica hacia el norte. Algunos quieren achacarlo al cambio climático, yo tengo dudas importantes.
    Pudimos observar también muchas matas de sanamunda (Thymelaea tartonraira), que aparece también por algunas sierras de Albacete. Curiosamente, en las Relaciones topográficas de Felipe II (1576), se menciona esa planta en la Sierra de Chinchilla y se dice lo siguiente: "En el Reyno de Murçia le dizen la yerua de Ricote". Entendí el porqué del nombre antiguo, paseando entre los pinos y las matitas de sanamunda, en el corazón de Murcia.
Valle de Ricote.

martes, 7 de enero de 2020

Enero en la playa: correlimos tridáctilos





    El correlimos tridáctilo (Calidris alba), "Sanderling" en inglés, es una especie de ave limícola que cría en torno al Ártico, en costas septentrionales de América, Groenlandia y norte de Asia. Es una de las aves que efectúan mayores desplazamientos en todo el planeta, ya que inverna en la zona meridional de Sudamérica, África del Sur y tropical e incluso Australia y Nueva Zelanda, así como en Europa y cuenca mediterránea. En la Península Ibérica se puede observar en invierno en números reducidos, en playas con algo de arena aunque también con algo de rocas, en las costas atlánticas y algo menos en las mediterráneas. Este grupo de unos siete ejemplares pude localizarlo en una playa de Alicante, el pasado 2 de enero de 2020.