martes, 21 de abril de 2020

Una oropéndola desde la terraza

Oropéndola europea (Oriolius oriolus)  - Chinchilla (AB), 20.04.2020.
    Ayer, como todos los días, salí a observar aves a la terraza. Estos días atrás he visto algún ave interesante, como gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), reidoras (Chroicocephalus ridibundus), pagaza piconegra (Gelochelidon nilotica), culebrera europea (Circaetus gallicus), cernícalos (Falco spp.). Pero llevaba días con ganas de ver algo distinto, porque en el patio, que es donde suelo estar observando a mis insectos, solo aparecen de vez en cuando carboneros, mirlos, gorriones y colirrojos.     
    Así que, ayer, como decía, me sorprendió muchísimo encontrar un macho de oropéndola (Oriolus oriolus) posado en un ailanto que se atisba en un bancal desde mi terraza. Una de las cosas buenas de esta época, que coincide con la migración prenupcial de las aves, es que los árboles caducifolios no tienen aún todas las hojas, con lo que todavía se pueden avistar pajarillos en el ramaje de algunos grandes árboles. Me pareció ver volando algo más gordote que un gorrión de una calle a otra, pero buscando en las ramas del ailanto, no lo encontraba. De repente, ahí estaba un ave dorada que me sorprendió de improviso. Estoy seguro de que el otro pájaro al que había seguido no era la oropéndola, pero rápidamente me olvidé de él. Lo observé con los prismáticos durante pocos minutos hasta que emprendió el vuelo hacia otro árbol, donde le perdí la pista. Una bonita observación terracil para unos días de encerramiento.
Oropéndola europea (Oriolius oriolus)  - Chinchilla (AB), 20.04.2020.

sábado, 18 de abril de 2020

Tres chinches confinadas: Liocoris, Rhaphigaster y Macroplax

    Estos días de confinamiento, he observado tres chinches (hemípteros) en el patio. Una de ellas es una vieja conocida.
    Pequeñita, sobre una planta de Lavatera arborea: Liocoris tripustulatus, de la familia Miridae (míridos). Esta especie suele tener preferencia por las ortigas, aunque de vez en cuando puede aparecer sobre otras plantas. Muy parecida a las chinches del género Orthops, pero distinguible con una lupa, paciencia o una buena guía de campo. Los adultos emergen en primavera después de la hibernación y después del apareamiento, la hembra puede sobrevivir hasta la primavera siguiente. He vuelto a ver otros ejemplares en días siguientes, sobre las lavandas.
Liocoris tripustulatus - Chinchilla (AB), 10.04.2020.
Liocoris tripustulatus - Chinchilla (AB), 10.04.2020.

    La otra chinche es algo más fácil de ver, ya que es del tamaño de una moneda de 5 céntimos aproximadamente. Esta es la segunda vez que la veo en el patio, ya que creo que fue en 2012 cuando vi otra que me identificó Africa Gómez de A bug blog. Se trata de la chinche nebulosa (Rhaphigaster nebulosa), de la familia Pentatomidae (pentatómidos). Es un insecto que suele tener preferencia por árboles y arbustos caducifolios planifolios, como olmos, avellanos, majuelos, prunos... Lo podemos encontrar en gran parte del hemisferio norte, preferentemente en Europa central y meridional. Esta estaba sobre una hoja de zarzamora y aguantó pacientemente a que le realizara la sesión de fotos correspondiente. Aunque por la noche volví a salir al jardín y seguía sobre el mismo tallo.

Rhaphigaster nebulosa - Chinchilla (AB), 17.04.2020.
Rhaphigaster nebulosa - Chinchilla (AB), 17.04.2020.
    La tercera y última chinche que he visto estos días es de la familia Lygaeidae, se trata de Macroplax fasciata. Estaba sobre una de mis higueras, chupando savia de uno de los brotes. También nueva para mí.
Macroplax fasciata - Chinchilla (AB), 18.04.2020.
    Para saber más sobre el mundo de los hemípteros hay varias fuentes de información interesantes que se pueden consultar:
- British bugs - an online identification guide to UK Hemiptera.
- Els heteròpters de Catalunya (VVAA), para mí, de los libros imprescindibles en la estantería del naturalista.
- Hémiptères de France de Belgique, du Luxembourg et de Suisse, con menos especies que la anterior pero con muchísima información de otros grupos de hemípteros y no solo heterópteros. Incluye hasta hemípteros fósiles.

martes, 14 de abril de 2020

Esperia sulphurella, una micropolilla

    Hace muchos años que conozco el diverso mundo de los lepidópteros, pero nunca me han atraído los microlepidópteros. Seguramente sea por lo difícil que es conseguir identificar algunas especies. Esto último no debería ser un impedimento, pero así están las cosas. Hoy vengo a mostraros una micropolilla que vino a visitarnos la otra noche a la terraza. Pequeñísima, oscura, pero cuando la miramos por el visor de la cámara, descubrimos un pequeño animal cubierto de escamillas tornasoladas y de colores relucientes. Minúscula y discreta, a su modo. Es la pequeña Esperia sulphurella, común en gran parte de Europa.

lunes, 13 de abril de 2020

Detalle de una típula

Tipulidae. Chinchilla, 11.04.2020.

    Esta fotografía puede provocar rechazo en muchas personas. Lo cierto es que el asco humano hacia el aspecto de este insecto es totalmente infundado, pues la típula (familia Tipulidae) es un gran díptero (del grupo de las moscas y mosquitos) que no pica ni ataca. De hecho, su aparato bucal no está adaptado para picar ni morder de adulto, aunque algunas especies lamen néctar y flores. Otras, no comen cuando son adultas. Las larvas aparecen en algunas guías con el nombre de "gusanos de cuero" y es que su cutícula puede parecer de cuero. Viven enterradas bajo hojas y en zonas húmedas o encharcadas, pero los adultos vuelan con fuerza y suelen reposar en paredes descubiertas. 
    La típula es una especie a la que no debemos temer ni matar, al contrario, respetémoslas para que cumplan su papel en la naturaleza. Muchos animales se alimentan de ellas y las larvas ayudan en la descomposición de la hojarasca del suelo (aunque algunas se alimentan de raíces). 
    En estas semanas de entretiempo aparecen los adultos, que no son raros de ver en paredes de calles y sobre arbustos de gran parte de Europa. Son fáciles de distinguir por sus largas patas y sus alas. En la fotografía, se pueden apreciar las alas y los halterios, que son el segundo par de alas que se han modificado para convertirse en una especie de balancines.

Una Osmia en el patio

    La otra tarde salí al patio, después de una espléndida mañana soleada llena de pequeños artrópodos que iban y venían entre las flores y las hojas. Me entretuve con una hembra de Thomisus onustus, la araña cangrejo típica, que se había encaramado a unas florecillas blancas de un centro floral que organicé a finales del invierno. El sol calentaba todavía los tejados, pero en los patios todavía húmedos del pueblo, que ya no recibían la luz directa del astro rey, comenzaba a hacer algo más de fresco,. Las hormigas se paseaban más lentas por las hojas nuevas de la zarza y algunas Anthophora seguían sus últimos zumbidos del día entre los tulipanes amarillos. En una esquina umbría y mojada, un escarabajo de la familia Anthicidae daba vueltas sobre una macetilla de pensamientos blancos. La naturaleza diurna se apagaba poco a poco.
    Unos minutos después, me detuve delante de otras macetas, porque una pequeña Osmia me llamó la atención. Escalaba sobre un esqueje de plátano seco, moviendo las patas delanteras como intentando asirse a algo invisible. Al cabo de unos segundos, la tomé entre mis dedos y la llevé a los ciclámenes, y ahí pude observarla con detenimiento. 
Osmia sp. (6.04.2020)
Mirándola de cerca, pude ver que se trataba de un macho. Por otra parte, ya no soy tan atrevido para identificarla a nivel específico como solía hacer antes, que me lanzaba sin pensar a dar una identificación un poco a lo bruto. La edad y los consejos de personas a las que admiro han traído algo más de prudencia, así que prefiero dejarla en "abeja solitaria del género Osmia".
Osmia sp. (6.04.2020)
    Pero hablemos de su ecología. Las abejas del género Osmia, como la que tuve entre mis manos, anidan en grietas y agujeros, en tallos huecos y, cada vez más, en los llamados "hoteles de insectos" que se están poniendo cada vez más de moda. Las osmias nacen a finales del invierno, dependiendo de la zona pueden nacer bien entrada la primavera si el tiempo es fresco, pero suelen aparecer los primeros adultos en pleno febrero. Primero nacen muchos machos, y después las hembras. La hembra encuentra un hueco donde hacer su nido, que suele tener forma de tubo, y acumula polen al fondo del todo. Después, pone un huevo y sella la cámara con una pared o tabique de barro, repitiendo la operación una y otra vez hasta llenar el hueco. Así, la larvita que nace se alimenta del polen que le guardó su madre en la celdilla. Las larvas que quedan en las celdas más externas suelen ser machos, que nacen antes, mientras que aquellas que quedan más al fondo de las celdas son, por lo general, hembras.
Osmia sp. (6.04.2020)
    Estas abejas no hacen panal, pero son muy importantes a la hora de polinizar las primeras flores de nuestros campos. De hecho, en algunos países se sueltan osmias en plantaciones de frutales y se favorece su presencia en ellos colocando nidales que las abejillas aprovechan en seguida. De esta forma, los agricultores se aseguran una cosecha de frutas como albaricoques, peras, manzanos, almendras... Si queréis saber más sobre estos insectos, podéis consultar esta entrada del blog del CREAF.
Osmia sp. (6.04.2020)
    La abejita parecía tener frío, por lo fácil que era manipularla, así que la dejé entre los pétalos del ciclamen, para que al día siguiente se calentara y pudiera emprender el vuelo.