Pude fotografiar el otro día a este ratón de campo (Apodemus sylvaticus) del Cerro de San Cristóbal, en Chinchilla. Se dice que es el mamífero más abundante en nuestros campos e incluso parece ser que la población de este micromamífero en un lugar determina su salud ambiental. Es una especie muy cosmopolita, y lo mismo ocupa bosques de coníferas de pino carrasco (como éste de la foto) o terrenos semiáridos y húmedos e incluso habita en la fría Islandia. Es una criatura nocturna, aunque las hembras en período reproductor a veces pueden ser vistas a la luz del día. Se alimentan de semillas, hongos, bellotas, hierbas e insectos pequeños. De movimientos rápidos, el ratón de campo puede desplazarse saltando a toda velocidad cuando se encuentra en peligro, aunque gracias a sus enormes pabellones auditivos, seguro que nos oye antes de que consigamos acercarnos lo suficiente; cuesta verlo. Vive en galerías subterráneas y agujeros, y no llegan a los tres años de longevidad.
Bellota roída por un ratón de campo. |