Hace más de un mes, el pasado 6 de mayo de 2014, se declaraba en una zona muy cercana un trágico incendio que se cobró la vida de un hombre mayor que intentaba apagar restos de poda, como se puede leer en Internet. En el incendio ardieron unas 30 ha de ambas orillas del río. Más de un mes después, he visitado la zona y en esta entrada voy a contaros lo que he visto, si bien solo he observado la zona afectada por el incendio desde el coche y de lejos.
En realidad, el propósito de nuestra visita era buscar algún ejemplar de dedalera negra
(Digitalis obscura) (fam. Plantaginaceae) en plena floración que fotografiar, ya que suelen hacerlo, en esta zona del mundo, a finales de primavera. El Charco Azul es una de las localizaciones más cercanas a la capital donde he encontrado esta especie, sin contar con las Sierras de Alcaraz y Segura, aunque es común en los montes ibéricos y debe de haber en más sitios de la provincia. Descubrí este sitio el año pasado, cuando me sorprendí con la floración de decenas de ejemplares en una ladera dominada por grandes pinos piñoneros y bojes, tras las copiosas lluvias primaverales. Las flores tubulares de color naranja herrumbroso y amarillo, cubiertas de una fina vellosidad, brillaban fantasmagóricamente en la penumbra del pinar. Sin embargo, hoy era diferente. No me ha costado encontrar las matas de dedalera, pero sí me ha costado ver flores. Solo un ejemplar estaba en plena floración, pero con una espiga más corta, y las otras matas tenían flores secas o ni siquiera tenían espigas florales. Sin duda, la sequía ya hace de las suyas, a pesar de que el monte intenta seguir adelante como puede, ya que por eso está adaptado a la falta de agua que no es rara en la cuenca mediterránea. Mientras tanto, el bosque de ribera seguía como siempre, con sus característicos ruiseñores comunes y cetias ruiseñores reclamando, y el soniquete de algunos páridos, además de jilgueros, verdecillos y abejarucos.
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Comunidad de Sambucus ebulus, muy abundante en la zona, en plena floración. Hay también álamos blancos (Populus alba). |
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Imagen de una zona del pinar de los alrededores del Charco Azul, con sus imponentes piñoneros. |
Los puentes y las construcciones de la antigua piscifactoria constituyen un soporte para algunas plantas que gustan de grietas y roquedos, como la sorprendente boca de dragón
(Antirrhinum litigiosum), fácil de ver floreciendo en la parte superior de puente de la zona. De uno de los ejemplares he recogido semillas, de las cuales producen miles y miles. En la parte del puente más cercana a donde el agua se agita brutalmente (el Júcar es un río salvaje y engañoso, rápido y furioso), las frondes del culantrillo de pozo
(Adiantum capillus-veneris) se sacuden.
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Antirrhinum litigiosum |
Los enjambres de pequeños insectos flotaban bajo los grandes tallos inclinados de la invasora
Arundo donax, la caña brava, lo cual hacía bastante incómodo caminar por la zona. Las flores de zarza y de clemátide atraen hordas de himenópteros y dípteros polinizadores que andan atareados durante todo el día volando de aquí para allá, cosa que las aves insectívoras no dejan de aprovechar. Incluso las lagartijas delatan su presencia con el crujir de las hojas de las alamedas a su paso. Otros depredadores que prefieren esperar a que sus presas caigan en sus redes son las arañas. Tejiendo sus telas en la vegetación que cubre algunas acequias, muchos araneidos aguardan pacientemente.
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Larinioides sclopetarius con una presa. |
Volviendo ya, algo nos ha llamado la atención algo reluciente que yacía a un lado del camino. Era una criatura con cierto parecido a un pez, pero en realidad era un ejemplar de eslizón ibérico
(Chalcides bedriagai), muerto. Este es el primero que veo en tierra firme, anteriormente lo conocía de Isla Grosa, donde aparece abundantemente. La cita ya la he subido al SIARE.
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Chalcides bedriagai |
Finalmente, nos hemos dirigido de vuelta al coche, no sin antes recolectar alguna
Pallenis spinosa para el herbario. A la vuelta, ha sido cuando he podido observar y fotografiar los estragos del incendio, que si bien no son tan visibles, el daño se nota si se observa con atención. No ardió mucho, pero poco siempre es mucho.
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Se observa monte bajo y pinar quemado en la parte superior de la colina. |
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Otra zona afectada, ya volviendo a Valdeganga. Ardieron bancales, donde se observan ya nuevos brotes de caña, y monte bajo (sobre todo espartales y romerales, algunos pinos y árboles cercanos al agua. |
Como te lo curras guille! Y de pensar que en albacate no hay nada bonito que ver y a pocos km hay tantos paisajes y cosas preciosas :)
ResponderEliminarPreciosa la dedalera negra :)) Y la araña :))
ResponderEliminar"No ardió mucho, pero poco siempre es mucho." A ver lo que pasa este verano... Duele ver estas huellas en el monte y a veces ni tiene tiempo de recuperarse entre un incendio y otro :((
Un abrazo, Guille.
Y una sonrisa. :)
Que bonita la dedalera negra y como las disfruto en mi pueblo. Por supuesto, también, las bocas de dragón sujetas a la roca de las que nunca me privo desde crío, de abrirles la boca.
ResponderEliminarSaludos