"Y entrando a Barcelona, tendieron don Quijote y Sancho la vista por todas partes: vieron el mar, hasta entonces dellos no visto; parecióles espaciosísimo y largo, harto más que las lagunas de Ruidera que en La Mancha habían visto; vieron las galeras que estaban en la playa, las cuales, abatiendo las tiendas, se descubrieron llenas de flámulas y gallardetes que tremolaban al viento y besaban y barrían el agua; dentro sonaban clarines, trompetas y chirimías, que cerca y lejos llenaban el aire de suaves y belicosos acentos."
Barcelona es una ciudad reconciliada con el Mediterráneo. Sus balcones están llenos de verdes colgantes y flores, y sus gentes tienen buena mano para ello. Por las calles resuenan los gritos de las cotorras esmeraldas, sobre los viandantes y el sonido de los motores.
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Sagrada Familia, interior. |
El modernismo catalán juega con figuras grotescas, únicas y fantásticas, pero simétricas. Hay árboles, nubes y dragones, luces de colores que parecen encantamientos, palmeras y una espuma de mar que lo envuelve todo. Los techos de la Sagrada Familia se doblan como blancos pliegues de papiroflexia.
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Sagrada Familia, vidrieras mágicas. |
Gaudí dijo: "L'originalitat consisteix a tornar a l'origen". Y se nota en su obra. Tal vez debiéramos todos hacer caso de estas palabras de vez en cuando y recapacitar sobre nuestra trayectoria en la vida: volver al origen de todo, a veces, es de sabios.
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Cotorra de Kramer (Psittacula krameri) - Rambla de Santa Mónica. |
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Cotorra argentina (Myiopsitta monachus) - Carrer de la Marina. |
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Lirios (Iris germanica) en un balcón, esperando el amor, supongo.
Siempre, inevitablemente, me evocan a Van Gogh. Passeig de Joan de Borbó. |
En el Barrio Gótico de Barcelona, se confunden lo antiguo y lo nuevo, pero esa vetusta magia sigue existiendo en sus callejuelas... a pesar de las hordas de turistas. Hay escondites húmedos y templados de sol, donde prosperan palmerillas y helechos, y las fuentes de agua vidriosa guardan en su interior carpas de mil y un colores. Huele a azahar. En un raconet, un señor toca un violín: el canon de Pachelbel. Desde lo alto, gárgolas, dragones, grifos y otros animales observan con atención el devenir de la Ciudad Condal.
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Catedral de Barcelona |
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Catedral de Barcelona |
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Catedral de Barcelona. Claustro. Palmeras canarias y washingtonias. |
En el claustro de la catedral de Barcelona, hay ranas petrificadas que escupen agua incesantemente. Y más peces de colores. Y una familia de ocas blancas con graciosos tupés que aguanta con resignación las miradas de los incansables visitantes.
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Barrio gótico, adornado con la senyera. |
En Barcelona, como en muchas de nuestras grandes ciudades, hay cientos y cientos de árboles de infinidad de especies. Árboles nuevos, árboles viejos, árboles medianos, con curiosas formas que me inspiran para dibujarlos...
Barcelona es mágica y señala al mar con el dedo de Colón, que nos dice a todos:
Al mar! Al mar!