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jueves, 7 de octubre de 2021

La pequeña gran Aelurillus

 Ayer fuimos mi amigo Alonso Ródenas (@ius_nature) y yo a echar algunas fotos a la sierra de Chinchilla. Lo llevé al Espartal, ya que sabía que podríamos encontrar cosillas interesantes pululando por el suelo. Y así fue. Vimos arácnidos e insectos como algunas ninfas de Empusa pennata, Colias croceus, Pontia daplidice, los típicos saltamontes de espartal que se ven ahora por la zona, como Ocnerodes, Acrotylus insubricus, Pyrgomorpha conica... e incluso algunas plantas de interés, nuevas para mi inventario, como Crocus serotinus. Todavía quedan algunas mantis por ahí como Rivetina baetica y Geomantis larvoides.

    Alonso descubrió en el suelo un saltícido, que Alberto Narro nos identificó como una hembra de Aelurillus.

viernes, 8 de junio de 2018

Invertebrados, flores y aves en la Sierra de Chinchilla

    El pasado martes día 5 de junio, JuanJo Lucas y yo nos dirigimos a bichear a la Sierra de Chinchilla por la mañana, para ver qué encontrábamos. Primero, hicimos una parada en la pequeña población de bolinas (Genista umbellata) que crecen en unas laderas cercanas al pueblo. Queríamos comprobar si estaban en floración y así era.
Esta población de Genista umbellata es la más septentrional de España.
Genista umbellata
    Después continuamos hasta la Sierra propiamente dicha. El sol no terminaba de salir y nos encontrábamos a unos 14 C. Avanzamos por los caminos y sendas prestando atención a nuestro alrededor. Junio ha empezado fresco y húmedo, así que el campo está maravilloso, lleno de flores y muy verde. Cantaban los pinzones vulgares, como siempre. En los espartales se veían manchitas fucsia que conforman las flores del gladiolo silvestre (Gladiolus illyricus) y el cardo granatense (Carduus platypus subsp. granatense). También florecen ya la candilera (Phlomis lychnitis), las crupinas (Crupina sp.), la hierba de la tos (Andryala ragusina) y los falsos pinillos (Teucrium pseudochamaepitys).
Blanquiverdosa (Pontia daplidice), piérido muy común en la zona.
Carraspique (Iberis pectinata).

Floración de lino blanco, lino azul, romero, globularias, cañarejas...
    El paseo alcanzó su momento álgido con la observación de un saltícido de buen tamaño que aún estoy intentando identificar.
Saltícido sin identificar.
    Acudimos a una pequeña población secreta de la orquídea Ophrys scolopax, pero este año solamente ha florecido una. No entiendo por qué, porque el año pasado había bastantes. Misterios de la naturaleza.
Ophrys scolopax
Mosca salteadora (Asilidae).
Escarabajo (Oedemera).
    Cuando decidimos volver al coche, pues empezó a nublarse mucho y a bajar la temperatura, nos topamos con un macho de mantis Ameles assoi/picteti y un par de mariposas (Adscita o Jordanita) en pleno acto. El paseo culminó con la observación de un par de piquituertos comunes (Loxia curvirostra) que se estaban poniendo finos con los piñones del pino carrasco. Fue una buena mañana que podría haber sido aún mejor si hubiera hecho algo de más calor. Pero tampoco voy a quejarme de lo que vimos... Este sitio siempre sorprende.
Piquituerto común (Loxia curvirostra).
El primer individuo de pandora (Argynnis pandora) que observo este año.
Mantis Ameles picteti/assoi. 
Araña del género Cyclosa.
Abejaruco (Merops apiaster).

lunes, 2 de abril de 2018

Abril mediterráneo

    Se nota que, por fin, la primavera está haciendo acto de presencia. Este año, parece que viene con retraso, aunque el reloj biológico de los ecosistemas que frecuento intenta ponerse en hora poco a poco. En el entorno costero de Alicante, florecen las moradas viboreras (Echium sabulicola), la oruga de mar (Cakile maritima) y la margarita costera (Asteriscus maritimus), entre otras muchas. Los animales aprovechan la subida de las temperaturas y la floración y crecimiento de las plantas para comenzar sus escarceos amorosos. Un breve paseo matinal por la orilla del mar revela a los habitantes más curiosos del lugar, a quienes conseguimos pillar "in fraganti".
Tentyria sp. hincando la base del abdomen en la tarena. ¿Ovopositando?
Codophila varia. Abundante estos días entre la oruga de mar.
Saltícido vergonzoso, sobre un fruto de cambrón (Lycium intricatum).
Garceta común (Egretta garzetta).
Dicranocephalus albipes.
Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus).
¿Anemonia viridis?

domingo, 12 de marzo de 2017

En el espartal con Miguel y Paola

Culebra lisa meridional (Coronella girondica). El primer ejemplar que veo.
    Ayer fui junto con Paola y Miguel Domenech (Biodiversidad Virtual) a "mi" espartal de la Sierra de Chinchilla. Digo "mi" porque he ido tantas veces ya, que es como si me conociera cada piedra y cada planta y, aun así, siempre que voy descubro alguna especie que no había visto antes. Hoy ha sido uno de esos días. Este mismo espartal aparece muchas veces en este blog.
    Se nota que todavía es pronto, que el frío invierno aún pega coletazos, pero los primeros indicios de la primavera ya se hacen notar: algunas florecillas sueltas al borde de los campos de cultivo, las hormigas cada vez más excitadas bajo las rocas, el canto de algunas aves como el carbonero común, los vuelos de los críalos, las primeras hojas del gamón, los nuevos brotes del tomillo... En el aire templado de estos días se respira una sensación de cambio.
    Bajo las piedras, donde la humedad es algo mayor durante el día, se refugia la escolopendra menor (Scolopendra oraniensis). Me permito la licencia de ponerle nombre en castellano a este curioso artrópodo, primo-hermano de la escolopendra mayor, más conocida, Scolopendra cingulata. Es una especie repartida por la Península, que prefiere zonas secas y soleadas y que no suele fallarme. En lo más tórrido del verano, sin embargo, me cuesta más encontrarlas.
Escolopendra menor (Scolopendra oraniensis).
    Las hormigas también empiezan a subir a las cámaras superiores de sus galerías. Ayer pudimos observar tres especies, una que me cuesta mucho identificar, de tamaño minúsculo y color amarillo, unas Cataglyphis sp. (abdomen hacia arriba) y otras Aphaenogaster sp. (abdomen hacia abajo y cabeza ovalada).
    Íbamos buscando algún ortóptero o empusas, sin embargo, solamente vimos algunos Pyrgomorpha conica, una especie que, por cierto, nunca había visto en la zona, aunque según Miguel, es una especie más común de lo que parece.
    A lo lejos, vimos un pequeño grupo de cabras montesas (Capra pyrenaica) que nos miraron y después continuaron su camino hacia los pinos.
    Encontramos bastantes maquílidos, unos insectos primitivos que parecen gambas terrestres y que pueden desplazarse a saltos.
Maquílido (difícil de identificar). ¿Género Catamachilis?
    Otros animales que vimos fueron algunos ácaros de terciopelo (Trombidiidae) y arácnidos, una enorme araña cangrejo del género Xysticus que encontramos bajo una piedra o este saltícido que aún trato de identificar:
Saltícido sin identificar.
    El sol se ponía y la oscuridad empezó a inundar la zona, así que decidimos volver. Fue cuando nos topamos con la culebra lisa meridional (Coronella girondica) atravesando un sendero del espartal. Estuvimos un rato con ella y después procedimos a dejarla tranquila. La culebra lisa meridional, aunque está bastante extendida por el Mediterráneo occidental, es una serpiente que nunca había visto, de hecho, pensaba que no era muy común. Con esta especie, ya son tres las que he visto en la zona. Y así concluyó el pequeño paseo. Para esta semana hay previstas lluvias y temperaturas bajas, así que todo volverá a tranquilizarse y la floración de muchas especies se retrasará unos días, así como la aparición de muchos invertebrados.

lunes, 18 de junio de 2012

De todas las cosas que puedan suceder en un patio de La Mancha (I)

    El naturalista que tenga la suerte de tener un jardín, un patio grande (como es mi caso) o una azotea con jardineras, conocerá de primera mano las idas y venidas de todos los seres que acuden a nuestro pequeño oasis para repostar, cazar, dormir, anidar o alimentarse. Y quien no cuente con un jardín o un patio, siempre podrá contar con las terrazas, los balcones y las ventanas, y petarlas de macetas con flores olorosas que atraigan mariposas de la zona...
    Algo tan simple como sentarse y esperar a ver qué animales aparecen es una ocupación de lo más interesante. Bueno, no hace falta sentarse... de hecho si te paseas un poco, ves más cosas.
    Conforme el sol se alza, van apareciendo decenas de especies interesantes. Los saltícidos, también conocidos como "arañas saltadoras", son abundantes. El otro día precisamente, apareció en el brocal del pozo un saltícido macho de Philaeus jugatus. El abdomen (opistosoma) llama mucho la atención en este género, es de color rojo en los machos, surcado por una mancha negra en forma de almendra que se extiende hasta el extremo posterior, y en la parte anterior aparecen dos marcas blancas, mientras que el tórax o prosoma es de color negro con pequeños pelos blancos y dos manchas blancas alargadas a los lados. La hembra es menos vistosa pero más robusta, su prosoma es pardusco, nada que ver con el escarlata del macho.
Hubo un momento, desde que la encontré hasta que volví con la cámara, que desapareció entre unas hierbecillas.
Menudo susto, pensé que no podría tenerla conmigo para siempre en forma de fotografía y jamás volvería
a encontrarla. Por suerte, al rato salió, con ese andar característico de los saltícidos, a posar para mí.

Philaeus jugatus
   Tras permanecer un rato al lado de este bello macho, lo dejé seguir por su camino. Al cabo de unos minutos ya se hallaba en la parte más alta del muro, donde he visto a otros saltícidos, como el de la foto inferior (Menemerus sp.), capturar pequeños dípteros.
¡ÑAM! Pa' mí.
    La librea de esta arañita, muy útil para camuflarse, no la salva, sin embargo, de las avispas alfareras, que introducen en sus nidos decenas de estas arañas, inmóviles gracias al veneno de la madre, para alimentar a la voraz larva. Más de una vez he visto un nido roto por mi madre, y las arañas, paralizadas por el veneno en un principio, consiguen alejarse tras unas horas angustiosas. A mi madre no le gustan los nidos de avispa alfarera, como habréis observado, porque precisamente aparecen en los sitios más insospechados.
En los arbustos aparecen arañas de jardín (Araneidae). El año pasado estuvo paseándose por el saúco una Araneus sp (la típica araña de jardín) en miniatura, pero no llegué a verla tejer su tela de captura.
Soy una Araneus  que se paseó por un saúco manchego en julio de 2011.
Este año, por suerte, el saúco cuenta con otro huésped, también de la familia Araneidae, la Araniella cucurbitina. Se instaló hace unas semanas con su red en una hoja del saúco, a 1,60 m. del suelo y allí lleva varios días. Debe de gustarle, más que nada, porque cada mañana le echo una hormiguita que encuentro por el suelo, y se la come con una alegría increíble. La A. cucurbitina construye una red en linderos de bosque y en zonas sin vegetación, pero como ésta es muy chula, ha venido a mi patio a quedarse. Tiene el prosoma de color anaranjado, el opistosoma de verde amarillento y en la parte posterior, detrás de las hileras (por donde echa la seda), una mancha rojiza. Cada vez está mas gorda. Espero que encuentre un macho y que pronto realice la puesta, porque es una bella araña que adorna el foliolo del saúco con microalegría natural inigualable. Por lo que le he visto hacer, esta especie inyecta un veneno que disuelve a la presa por dentro. Cuando se da la vuelta (la de mi patio está boca arriba y siempre se le ve la parte inferior, a no ser que llueva o haga viento, en ese caso se guarece en alguna zona hasta que amaine el temporal y luego vuelve a tejer su tela) se camufla perfectamente con el verde de la hoja.
En las flores, especialmente en las de lavanda y budleya, tienen las arañas cangrejo sus cotos de caza. Pertenecen a la familia de los tomísidos, y tienen los dos primeros pares de patas más robustos y largos que los otros dos. Muchas veces se las encuentra en flores con colores muy vivos, a la espera de la llegada de una mariposa o abeja, con las patas extendidas, como si fueran a dar un abrazo. Muchas son de colores variables y vivos y son capaces de cambiar de color. Entre los claveles apareció una vez una gorda hembra blanca de Misumena vatia, con su característico abdomen ovalado. Desde hace poco tiempo es más común, sin embargo, la Thomisus onustus.
Otras especies de arácnidos que aparecen esporádicamente, son Pholcus phalangioide y Scytodes, pero esas suelen ser más normales dentro de casa, en pasillos y esquinas oscuras. Las arañas son muy variadas y tienen costumbres bastante interesantes, y las que entran en casa no suelen ser muy peligrosas. Las flores olorosas (rosas, budleyas, saúcos, madreselvas, lantanas...) atraen muchas especies de dípteros, himenópteros y lepidópteros. La budleya, también llamada "arbusto de las mariposas", atrae infinidad de seres, aparte de los tomísidos como ya he dicho antes, aparecen mariposas de vivos colores por la mañana.
Lasiommata megera

Papilio machaon
Otras mariposas que se acercan a libar las flores del balcón: la de arriba es Cynthia cardui, un ninfálido
migrador. Suelen aparecer en la Península Ibérica a partir de marzo, y en zonas de calor agradecen los charcos
que se forman del goteo de las mangueras y las fuentes. La de abajo a la izquierda es
Maniola jurtina hispulla,, un satírido bastante común en Albacete. La de la derecha es Melitaea phoebe occitanica, otro ninfálido muy variable geográfica, estacional y altitudinalmente en su librea.  Estos ejemplares están tan deteriorados porque los recogí ya muertos del suelo.
    Además de estos hermosos ropalóceros, de vez en cuando se acercan esfinges colibrí (Macroglossum stellatarum), muy comunes en España, muchas veces aparecen en balcones de grandes ciudades libando las flores que cuelgan por los aleros. 

    Entre las flores de un Trachelospermum que abraza una columna, apareció el otro día una mosca zángano o Eristalis tenax como la conocen los expertos entomólogos. A pesar de estar tan relacionado con las moscas domésticas, la mosca zángano guarda su belleza (hay que buscársela si uno no está acostumbrado a tratar con dípteros). De adulto, se limita a ir de flor en flor; lo interesante del ciclo vital de este insecto es la larva. Esta suele vivir en zonas encharcadas con agua eutrófica o podrida, y físicamente es el típico gusarapo blanco y de aspecto desvalido. En su parte posterior tiene un largo tubo extensible que conecta la larva con la superficie del agua y así puede respirar. Para pupar, se esconde en el barro o bajo una piedra.
Eristalis tenax
    Los moscardones son muy comunes también, vienen a beber agua y a la sombra de las hojas de los arbustos. Las avispas papeleras llenan el aire durante todo el día de sus zumbidos aburridos y pesados. Y aquí dejo la entrada de hoy, pero no todo ha terminado, ya os hablaré de los vertebrados. ¡Esos sí que tienen juerga!