El naturalista que tenga la suerte de tener un jardín, un patio grande (como es mi caso) o una azotea con jardineras, conocerá de primera mano las idas y venidas de todos los seres que acuden a nuestro pequeño oasis para repostar, cazar, dormir, anidar o alimentarse. Y quien no cuente con un jardín o un patio, siempre podrá contar con las terrazas, los balcones y las ventanas, y petarlas de macetas con flores olorosas que atraigan mariposas de la zona...
Algo tan simple como sentarse y esperar a ver qué animales aparecen es una ocupación de lo más interesante. Bueno, no hace falta sentarse... de hecho si te paseas un poco, ves más cosas.
Conforme el sol se alza, van apareciendo decenas de especies interesantes. Los saltícidos, también conocidos como "arañas saltadoras", son abundantes. El otro día precisamente, apareció en el brocal del pozo un saltícido macho de
Philaeus jugatus. El abdomen (opistosoma) llama mucho la atención en este género, es de color rojo en los machos, surcado por una mancha negra en forma de almendra que se extiende hasta el extremo posterior, y en la parte anterior aparecen dos marcas blancas, mientras que el tórax o prosoma es de color negro con pequeños pelos blancos y dos manchas blancas alargadas a los lados. La hembra es menos vistosa pero más robusta, su prosoma es pardusco, nada que ver con el escarlata del macho.
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Hubo un momento, desde que la encontré hasta que volví con la cámara, que desapareció entre unas hierbecillas. Menudo susto, pensé que no podría tenerla conmigo para siempre en forma de fotografía y jamás volvería a encontrarla. Por suerte, al rato salió, con ese andar característico de los saltícidos, a posar para mí. |
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Philaeus jugatus |
Tras permanecer un rato al lado de este bello macho, lo dejé seguir por su camino. Al cabo de unos minutos ya se hallaba en la parte más alta del muro, donde he visto a otros saltícidos, como el de la foto inferior
(Menemerus sp.), capturar pequeños dípteros.
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¡ÑAM! Pa' mí. |
La librea de esta arañita, muy útil para camuflarse, no la salva, sin embargo, de las avispas alfareras, que introducen en sus nidos decenas de estas arañas, inmóviles gracias al veneno de la madre, para alimentar a la voraz larva. Más de una vez he visto un nido roto por mi madre, y las arañas, paralizadas por el veneno en un principio, consiguen alejarse tras unas horas angustiosas. A mi madre no le gustan los nidos de avispa alfarera, como habréis observado, porque precisamente aparecen en los sitios más insospechados.
En los arbustos aparecen arañas de jardín
(Araneidae). El año pasado estuvo paseándose por el saúco una
Araneus sp (la típica araña de jardín) en miniatura, pero no llegué a verla tejer su tela de captura.
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Soy una Araneus que se paseó por un saúco manchego en julio de 2011. |
Este año, por suerte, el saúco cuenta con otro huésped, también de la familia
Araneidae, la
Araniella cucurbitina. Se instaló hace unas semanas con su red en una hoja del saúco, a 1,60 m. del suelo y allí lleva varios días. Debe de gustarle, más que nada, porque cada mañana le echo una hormiguita que encuentro por el suelo, y se la come con una alegría increíble. La
A. cucurbitina construye una red en linderos de bosque y en zonas sin vegetación, pero como ésta es muy chula, ha venido a mi patio a quedarse. Tiene el prosoma de color anaranjado, el opistosoma de verde amarillento y en la parte posterior, detrás de las hileras (por donde echa la seda), una mancha rojiza. Cada vez está mas gorda. Espero que encuentre un macho y que pronto realice la puesta, porque es una bella araña que adorna el foliolo del saúco con microalegría natural inigualable. Por lo que le he visto hacer, esta especie inyecta un veneno que disuelve a la presa por dentro. Cuando se da la vuelta (la de mi patio está boca arriba y siempre se le ve la parte inferior, a no ser que llueva o haga viento, en ese caso se guarece en alguna zona hasta que amaine el temporal y luego vuelve a tejer su tela) se camufla perfectamente con el verde de la hoja.
En las flores, especialmente en las de lavanda y budleya, tienen las arañas cangrejo sus cotos de caza. Pertenecen a la familia de los tomísidos, y tienen los dos primeros pares de patas más robustos y largos que los otros dos. Muchas veces se las encuentra en flores con colores muy vivos, a la espera de la llegada de una mariposa o abeja, con las patas extendidas, como si fueran a dar un abrazo. Muchas son de colores variables y vivos y son capaces de cambiar de color. Entre los claveles apareció una vez una gorda hembra blanca de
Misumena vatia, con su característico abdomen ovalado. Desde hace poco tiempo es más común, sin embargo, la
Thomisus onustus.
Otras especies de arácnidos que aparecen esporádicamente, son Pholcus phalangioide y Scytodes, pero esas suelen ser más normales dentro de casa, en pasillos y esquinas oscuras. Las arañas son muy variadas y tienen costumbres bastante interesantes, y las que entran en casa no suelen ser muy peligrosas.
Las flores olorosas (rosas, budleyas, saúcos, madreselvas, lantanas...) atraen muchas especies de dípteros, himenópteros y lepidópteros. La budleya, también llamada "arbusto de las mariposas", atrae infinidad de seres, aparte de los tomísidos como ya he dicho antes, aparecen mariposas de vivos colores por la mañana.
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Lasiommata megera |
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Papilio machaon |
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Otras mariposas que se acercan a libar las flores del balcón: la de arriba es Cynthia cardui, un ninfálido migrador. Suelen aparecer en la Península Ibérica a partir de marzo, y en zonas de calor agradecen los charcos que se forman del goteo de las mangueras y las fuentes. La de abajo a la izquierda es Maniola jurtina hispulla,, un satírido bastante común en Albacete. La de la derecha es Melitaea phoebe occitanica, otro ninfálido muy variable geográfica, estacional y altitudinalmente en su librea. Estos ejemplares están tan deteriorados porque los recogí ya muertos del suelo. |
Además de estos hermosos ropalóceros, de vez en cuando se acercan esfinges colibrí
(Macroglossum stellatarum), muy comunes en España, muchas veces aparecen en balcones de grandes ciudades libando las flores que cuelgan por los aleros.
Entre las flores de un
Trachelospermum que abraza una columna, apareció el otro día una mosca zángano o
Eristalis tenax como la conocen los expertos entomólogos. A pesar de estar tan relacionado con las moscas domésticas, la mosca zángano guarda su belleza (hay que buscársela si uno no está acostumbrado a tratar con dípteros). De adulto, se limita a ir de flor en flor; lo interesante del ciclo vital de este insecto es la larva. Esta suele vivir en zonas encharcadas con agua eutrófica o podrida, y físicamente es el típico gusarapo blanco y de aspecto desvalido. En su parte posterior tiene un largo tubo extensible que conecta la larva con la superficie del agua y así puede respirar. Para pupar, se esconde en el barro o bajo una piedra.
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Eristalis tenax |
Los moscardones son muy comunes también, vienen a beber agua y a la sombra de las hojas de los arbustos. Las avispas papeleras llenan el aire durante todo el día de sus zumbidos aburridos y pesados. Y aquí dejo la entrada de hoy, pero no todo ha terminado, ya os hablaré de los vertebrados. ¡Esos sí que tienen juerga!