lunes, 3 de abril de 2023

Un viaje inesperado a Murcia II: culebras y camaleones en Calblanque

La tarde del sábado 11 de marzo, mis tres amigos Álvaro, Miguel y Alonso me llevaron a un nuevo lugar. No querían decirme a dónde, porque todo era una sorpresa tras otra, así que lo acepté y dejé de hacer preguntas, Álvaro me prohibió mirar el GPS del móvil, por lo que me recliné en el asiento del coche a admirar el paisaje murciano. En una pausa de café con Miguel mientras los otros dormitaban, me había dicho, para confundirme, que iríamos hacia el sur, pero en realidad fuimos hacia el norte. De repente, estábamos en el Parque Regional de Calblanque.
Calblanque, 11.3.2023.
    Diréis que exagero, pero el paisaje me pareció onírico. Nos encontrábamos, después de serpentear con el Duster de Miguel a través de los polvorientos caminos, en una especie de llanura, entre unas montañas bajas redondeadas y el mar. Y en la llanura, salpicada por grandes cúmulos de palmitos (Chamaerops humilis), aparecían algunas florecillas amarillas, rosas y moradas. Pude distinguir las de AsphodelusCoronilla juncea, Lavandula stoechas, Asteriscus maritimus y algunas más. La luz de la tarde volvía los espartales lejanos de un color verde dorado muy curioso, y el mar, a nuestra derecha, traía un viento constante. Había algunas personas por ahí. Incluso vimos un grupo de gente sospechosa, con un claro comportamiento naturalista en busca de bichos, pero no nos dio tiempo a acercarnos cual simios de otro clan para entablar contacto.
Calblanque, 11.3.2023.
Lavandula stoechas. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Espartales de Calblanque con palmitos y otras plantas termófilas. 
Un gladiolo, supongo que Gladiolus illyricus. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Palmitos (Chamaerops humilis). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Yo nunca había venido a Calblanque, aunque había oído hablar de este sitio y había estado cerca. De hecho, he conocido algunas personas interesadas en la naturaleza desde que volví a casa, y al mencionarles la palabra "Calblanque", parece como si se les iluminara la cara con una sonrisa, apreciando en su recuerdo el gran valor de este sitio.
    Aquí encontramos más reptiles. En concreto, dos culebras: la culebra de cogulla (Macroprotodon brevis), nueva especie para mí, y la culebra lisa meridional (Coronella girondica). 
Culebra de cogulla (Macroprotodon brevis). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Culebra lisa meridional (Coronella girondica). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Después de dar unas vueltas en busca de más fauna, acabamos llegando a la orilla rocosa del mar. Aunque la playa de Calblanque es larga, en una especie de caleta con un promontorio de piedra plana con recovecos que se internaba un poco más adentro en el mar, encontramos un isópodo interesante, la cochinilla marina mediterránea, nombre vulgar que acabo de inventarme, Ligia italica. Solamente había visto, de este grupo de cochinillas que viven justo donde rompen las olas, a Ligia oceanica, hace años en el puerto de Bridlington, Inglaterra. Aquel era un enorme crustáceo semiterrestre del tamaño de una gran judía. L. italica era mucho más pequeña, pero igualmente interesante.
Ligia italica. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
Hábitat de Ligia italica, en la rompiente. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
  Unas gaviotas nos sobrevolaban mientras mirábamos bígaros y algas. Divisamos un ejemplar de gaviota de Audouin (Ichtyaethus audounii) muy interesado en coger un trozo de basura de la playa (creo que era pan o algo así) que se le caía del pico y luego tenía que volver.
Gaviota de Audouin (Ichtyaetus audouinii), una de las gaviotas mediterráneas más especiales, hasta hace poco, una de las gaviotas más amenazadas a nivel global. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Cuando volvimos al coche, mis amigos dijeron que teníamos que parar en otro sitio más, aunque era ya bastante tarde y había empezado a oscurecer. Llegando a esta nueva zona, nos hizo gracia ver una señal de tráfico de precaución, avisando de que podría haber culebras y camaleones cruzando la carretera. Estaba claro lo que teníamos que buscar: camaleones comunes (Chamaeleo chamaeleon). A nuestro alrededor, el paisaje había cambiado: había más árboles y las colinas se apretaban más cerca del mar. Nos metimos en una arboleda de cipreses de Cartagena (Tetraclinis articulata), un verdadero fósil viviente, y empezamos a escudriñar cada arbusto con interés.
    De repente, el grito de alarma de nuestro amigo Alonso nos erizó los pelos de la nuca: ¡había encontrado un camaleón, después de horas de búsqueda! El pequeño ejemplar se hallaba agazapado en la punta de una adelfa (Nerium oleander). El camaleón es el único reptil arborícola de Europa y se ha expandido por muchos sitios del Mediterráneo desde hace milenios gracias a la mano humana, con lo cual hay poblaciones de este animal que parecen no ser autóctonas de la zona. Al ocupar un nicho único en nuestro entorno, sin competidores, ha sabido expandirse por el litoral mediterráneo de Iberia muy bien, además del suroeste de la Península, en las provincias de Murcia y Alicante. Recientemente, se ha citado también en Valencia.
Dos tomas del único ejemplar de camaleón común que encontraríamos en esta pequeña odisea con mis amigazos, gracias a la vista certera de don Alonso. Calblanque (Murcia), 11.3.2023.
    Y con la observación de este precioso ejemplar de camaleón concluyó la jornada de bicheo, no sin antes meternos una pedazo de pizza cada uno entre pecho y espalda en Los Belones. Al día siguiente, nos dirigiríamos al Cabo Cope, una zona muy especial para mí...
Camaleón común (Chamaeleo chamaeleon). Calblanque (Murcia), 11.3.2023.

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