martes, 24 de julio de 2018

Multitud de criaturas nocturnas en la sierra

    Las noches de verano son unos de los momentos del año que más espero que lleguen. Sentir la brisa que sopla sobre los matorrales en la nuca, el canto del chotacabras, el gritito del mochuelo, la estridulación de los ortópteros y el crujir del ramaje de los pinos con el movimiento de algún mamífero son eventos que me alegran el alma. El otro día (22-23 julio 2018), Ismael Ortiz y yo decidimos dar un paseo nocturno por la Sierra de Chinchilla. Quedamos sobre las 11 y volvimos a casa a las 3:15 de la madrugada, así que el paseo dio de sí. Nos metimos por un sitio al que solamente he ido una o dos veces, y no nos defraudó. Para empezar, por un camino a las afueras del pueblo encontramos una hembra de luciérnaga mediterránea (Nycophila reichii) iluminando.
Hembra de luciérnaga mediterránea (Nyctophila reichii) (fam. Lampyridae).
    No muy lejos de esta hembrita de luciérnaga, apareció en todo el medio de la senda una araña lobo de la especie Hogna radiata, uno de los licósidos más comunes en la zona. Y aclaro que les hago fotos por vicio ya, porque están por todos lados.
Hogna radiata (fam. Lycosidae).
    Poco a poco, fuimos llegando a la sierra e internándonos entre los montes. De pronto, junto a unas centáureas a las que me acerqué para observar con atención, detectamos una culebra de escalera (Zamenis scalaris) inmadura que dejó que la observáramos. A los pocos minutos, la dejamos proseguir su camino: la culebra de escalera es inofensiva y se alimenta de roedores y otros animales dañinos.
Culebra de escalera (Zamenis scalaris). 
Carpocoris mediterraneus atlanticus (fam. Pentatomidae).
    Otro arácnido que detectamos en varias ocasiones es la Argiope lobata, que es muy común entre los espartos, aunque esta estaba en un pino joven.
Argiope lobata (fam. Araneidae).
    Yo andaba buscando algún saltamontes del grupo de los Pamphagidae, y la noche, que era brumosa aunque bien iluminada por la Luna, nos regaló un Ocnerodes gigantesco.
Ocnerodes sp. (fam. Pamphagidae).
Una mantis que ya echaba de menos: Rivetina baetica (fam. Mantidae).
    Había tanta humedad en el ambiente, que se me empapó la mochila. Las nubes pasaban a toda velocidad ante la Luna y en la noche se oían y se olían todos los sonidos y aromas del monte mediterráneo... En lo que respecta a arácnidos, la noche fue muy productiva:
Araña de la familia Sparassidae.
Araña del género Xysticus. Fam. Thomisidae.
Detalle de la cara de una hembra de Lycosa hispanica. La tarántula española.
Fam. Lycosidae.
Detalle de la cara de Lycosa  cf. fasciiventris. Fam. Lycosidae.
    Finalmente, llegamos a una explanada donde siempre suele haber nidos de otra araña, la Uroctea durandi, no sin antes toparnos con un ciempiés casero (Scutigera sp.). Este año, la explanada de la que hablo está llena de vegetación (encontramos algunas mantis andurreando por allí y míriadas de saltamontes) y me llamó la atención encontrar cuatro nidos de esta araña de la familia Oecobiidae.
Uroctea durandi. Fam. Oecobiidae.
    En el camino de vuelta, encontramos otros dos insectos que ansiaba por ver este año. Dos grillos comunes en la zona iberolevantina, pero que solo he visto dos veces, hasta ahora.
Parasteropleurus martorelli hembra. Fam. Bradyporidae.
Parasteropleurus martorelli macho. Fam. Bradyporidae.
    Con estas bellas criaturas concluyó la caminata junto a mi amigo Ismael, buena gente donde las haya.

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