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El Mugrón. |
En la cumbre del Mugrón, una enorme mole serrana de roca caliza situada al este de la provincia de Albacete y que conecta con la vecina de Valencia, sopla el viento fuertemente a finales de mayo. La vegetación en las alturas es típicamente mediterránea, aunque aparece algo deteriorada. Arbustos bajos, densos y espinosos como la coscoja
(Quercus coccifera),
Juniperus oxycedrus, Genista pumila, Ulex parviflorus o
Erinacea anthyllis se codean con jaras
(Cistus clusii y
Cistus albidus),
Linum suffruticosum y
L. narbonense, y el abundante romero
(Rosmarinus officinalis). Se ven en las alturas también alguos pinos carrascos
(Pinus halepensis) dispersos, encinas
(Quercus ilex subsp.
ballota) e incluso quejigos
(Q. faginea).
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Vincetoxicum hirundinaria |
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Uno de los escasos quejigos (Quercus faginea) que salpican las laderas del Mugrón. |
En el suelo, quedan las largas hojas de los gamones
(Asphodelus cerasiferus) y los gladiolos están en plena floración, así como la
Saponaria. Algunas hierbas que crecen en los resquicios del matorral son muy curiosas, como
Dictamnus hispanicus, "bimbo" para mí,
Vincetoxicum hirundinaria o la llamativa
Coris monspeliensis, bastante más común que las otras dos.
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Cistus albidus |
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Orobanche cf. nana, planta parásita. |
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Dictamnus hispanicus |
Entre esta vegetación mediterránea de las alturas, podemos encontrar una interesante diversidad entomológica. Ya que una de las plantas más abundantes es el romero, no podían faltar los
Acinipe deceptoria (y
A. segurensis), saltamontes de la familia Pamphagidae con un curioso aspecto. También los "acompañan" los insectos palo
(Pijnackeria).
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Acinipe deceptoria |
Sorprendentemente, también se detecta por aquí Barbitistes fischeri, un grillo de colores llamativos y siempre curioso de observar. Solamente lo tenía visto en las cercanías de Alcaraz, pero sin duda debe de tratarse de un insecto más común en nuestro entorno, aunque resulta francamente difícil de observar.
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Barbitistes fischeri, hembra. |
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Barbitistes fischeri, ejemplar macho. |
A los lados de los caminos, donde crecen hierbas altas de terrenos removidos, los escarabajos
Proctenius chamaeleon revolotean y se posan en espigas, buscando pareja. Pertenecen a la familia Tenebrionidae y pueden llegar a ser muy abundantes en algunos sitios.
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Proctenius chamaeleon |
No falta algún que otro ejemplar de
Parasteropleurus, seguramente
P. martorellii, todavía juvenil. Esta especie es común en los matorrales mediterráneos de la provincia.
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Parasteropleurus cf. martorellii |
Descendiendo la ladera, podemos encontrar otros rincones interesantes para la observación de flora y fauna. Los paisajes también son llamativos y la variedad de microhábitats puede ser indicativa a la hora de buscar entomofauna. Descendiendo, uno puede encontrar romerales puros mezclados con espartales, pinares, campos de cultivo, roquedos...
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Los cardos Onopordum corymbosum crecen a los lados del camino y otorgan buenos lugares de reposo y alimentación a multitud de lepidópteros, coleópteros y dípteros. |
Nos sorprende el vuelo de varios lepidópteros diurnos, como Hipparchia fidia, H. semele, Melitaea phoebe, Colias croceus, Pontia daplidice, Pararge aegeria, Papilio machaon, Lasiommata megera y una esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum). Incluso aquí se puede detectar algún ascaláfido (Libelloides baeticus), un neuróptero de llamativo aspecto y cuerpo cubierto de vellosidad negra. Los asílidos vuelan por doquier en la zona, enganchados o apuñalando algún otro invertebrado distraído con su boca picadora.
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Libelloides baeticus |
La brisa que anuncia la llegada del verano mediterráneo no suaviza la incidencia de los rayos de sol en la piel, que enrojece en seguida entre los romeros y las espigas del esparto. Algún que otro caracol serrano (Iberus alonensis) se guarece en las intrincadas ramas de un matorral aromático. Los paredones calizos todavía guardan la humedad de las abundantes lluvias caídas durante los meses pasados y todavía están listos para recibir más agua próximamente. La vida, en fin, crece y se desarrolla en estas colinas y montes soleados, ajena, o tal vez no, a las vicisitudes humanas.
Como siempre, instructivo y minucioso relato de un día de investigación.
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