domingo, 2 de agosto de 2020

Tettigonias y ovipositores

    Hace unos días, en un paseo nocturno por el Parque Periurbano de La Pulgosa, mis amigos y yo encontramos uno de mis tres insectos totémicos. Se trata de Tettigonia viridissima, llamado en muchos libros "gran grillo verde", un nombre, sin duda, traducido del inglés (Great Green Bush-Cricket). El ejemplar se encontraba junto al camino, clavando su largo ovipositor en el suelo duro y polvoriento, inyectando huevos. 
Tettigonia viridissima, Albacete, julio de 2020.

    Esta postura rápidamente me evocó mis primeros pasos en el mundo de la biología, con la Guía de Campo de Toman y Felix, que mi padre me compró en agosto de 1999, con seis años. En la explicación inicial de la sección de insectos, había un dibujo que ocupaba toda la página y mostraba lo siguiente:
De la Guía de Campo, de Toman/Felix. Editorial Susaeta.
    Todo esto me lleva, inevitablemente, a recordar las circunstancias en que encontré mi primera Tettigonia, hace muchos años. Creo que debía de tener unos 9 años. Una vez, en el patio del colegio, unos niños me llamaron, avisándome de la presencia de un enorme insecto verde como una hoja alargada, en el marco de una puerta metálica al que, por nuestra baja altura, no alcanzábamos. Cuando llegué corriendo a ver el bicho, en seguida me di cuenta de que era una Tettigonia viridissima, como la que salía en la Guía de Campo. Evidentemente, mi primera intención fue capturarla, pero no pude hacerlo hasta que llegó mi padre a recogerme, a quien convencí en seguida de que alargara la mano para capturarla. 
    Era una gran hembra, como la que vi el otro día, con su largo ovipositor (llamado también oviscapto u ovopositor) característico. El diccionario de la lengua española (RAE), define esta palabra de la siguiente forma: 

    Del lat. ovum 'huevo' y el gr. σκάπτειν skáptein 'cavar'.

1. m. Zool. Órgano perforador que llevan en el extremo del abdomen las hembras de muchos insectos, con el que abren lugar en la tierra o al través de los tejidos vegetales y aun animales, en que depositar con seguridad los huevos que han de poner.
    
    Como curiosidad, el aguijón de algunos himenópteros (avispas, abejas, hormigas; infraorden Aculeata) es, en realidad, un ovipositor modificado para la inyección de veneno. Otros himenópteros, como los icneumónidos, pueden presentar el ovipositor, que utilizan, en algunos casos, para atravesar la madera en busca de larvas de xilófafos. En este último caso, llama la atención el gigantesco ovipositor de la avispa Rhyssa persuasoria, capaz de atravesar la dura madera de los pinos, para inyectar un huevo en una larva escondida.
Los himenópteros del infraorden Aculeata, como este avispón europeo (Vespa crabro)
capturado en la laguna del Arquillo (AB) recientemente, tienen un oviscapto modificado
que funciona, además, como aguijón.
Hembra de Rhyssa persuasoria taladrando la madera con su potente ovipositor.
Fotografía de Paweł Strykowski. 
    Ciertamente, el mundo de los insectos nunca deja de sorprendernos con sus curiosas formas y adaptaciones. ¿Conocéis algún insecto cuyas hembras presenten un oviscapto muy desarrollado?

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