lunes, 1 de mayo de 2023

Viaje a Costa Rica II: viajamos a Tortuguero

12 de abril

El segundo día en Costa Rica, nos recogían muy pronto para dirigirnos a la zona del Parque Nacional de Tortuguero, localizado en la zona noreste del país, en la vertiente caribeña. Nos despertamos muy pronto por la mañana, hacia las 4:30h, y en seguida empezamos a notar la biodiversidad a nuestro alrededor: en el tejado de enfrente de nuestra ventana del hotel, un mosquero cejiblanco (Myiozetetes similis) emitía su constante llamada.
Mosquero cejiblanco (Myiozetetes similis), San José. 12.4.23.

    Nuestro guía, Miguel, que estaría con nosotros durante los tres días que estaríamos en Tortuguero, nos recogió en el lobby del hotel y nos pusimos en camino en el autocar, pasando por el centro de San José. Cada vez que parábamos, veíamos diferentes especies de pájaros nuevos.

Tangara azuleja (Thraupis episcopus) a través de la ventana del autocar. San José, 12.4.23.

    Los horarios en Costa Rica son bastante distintos a los de España. Allí anochecía a las 18h pero a las 4h y algo de la mañana, los animales ya empezaban a moverse y, al poco tiempo, amanecía sobre las 5h. La tangara azuleja la vimos hacia las 6:20h. Lo que nos parecía que era media mañana, era en realidad las 8:00h de la mañana. Poco después de esa hora, paramos para desayunar cerca de Guápiles, en un restaurante cerca del río Blanco. Durante el rico almuerzo, se acercó a nosotros un colibrí, ¡mi primer colibrí! Tenía muchísimas ganas de ver en directo uno de estos pájaros, y pudimos verlo muy bien, buscando néctar en una heliconia.

Colibrí por identificar libando en una heliconia.

    Después, dimos una vuelta por los alrededores del restaurante, donde había un sendero laberíntico donde se podía observar un ejemplo de la diversa vegetación tropical, aparte de algunos animalillos.

Tirano tropical (Tyrannus melancholicus)

Mariposa del género Mechanitis.

Río Blanco

Las bromelias son plantas muy abundantes y diversificadas en Costa Rica. Prácticamente en cada árbol grande se pueden ver bromelias creciendo epifíticamente. En los huecos de sus hojas se acumula agua, donde se guarecen ranitas trepadoras y otros animales, los cuales son aprovechados por los monos.

Monstera tuberculata var. brevinoda

Platanitos rosas de Musa velutina.

    Poco después, seguimos el camino hasta el embarcadero de Caño Blanco, atravesando campos de bananeros. Aquí cogeríamos una embarcación que nos llevaría por los canales hasta nuestro hospedaje. Conforme arrancaba el bote, Miguel, nuestro guía, nos avisó de que no se trataba de un tour por los canales, pero que si veíamos algo interesante, intentarían parar. Menudo viaje de transporte, pensé una vez llegamos a tierra: vimos de todos los animales habidos y por haber, y teníamos los ojos como platos. Hacía mucho calor y humedad, pero la sorprendente biodiversidad del lugar nos tenía muy distraidos. Entablé conversación con un británico muy amable que viajaba con su familia varias veces, porque vi que estaba interesado en la naturaleza. Luego me dijo que estaba estudiando un máster en biodiversidad en Londres y compartimos algunas palabras sobre la fauna que veíamos y mirábamos mi guía de aves para saber lo que estábamos viendo. Luego acabé haciéndome medio amigo suyo. Ea, siempre dando la nota, como dice mi amigo Alonso. No puedo evitarlo. En fin, que me desvío, el caso es que en el viaje desde Caño Blanco hasta el Laguna Lodge, nos pareció que estábamos en el paraíso zoológico y el capitán del bote fue muy generoso parándolo para que los turistas viéramos bien todos los animales.

Canales de Tortuguero. El agua estaba llena de limo y no se veía el fondo, hacia tierra firme se veían herbazales palustres donde se guarecían garcillas y otras aves, y detrás ya crecían los árboles. Vi muchas palmeras con palmas enormes. En estos herbazales flotantes es donde más cocodrilos y caimanes se pueden ver.
El primer cocodrilo americano (Crocodylus acutus) que vimos estaba escondido en un herbazal junto al agua, pero nos miró fijamente con su pupila vertical.

Mono aullador o congo (Alouatta palliata). Esta es una de las cuatro especies de mono que se ven en Costa Rica. Vimos muchos ejemplares en las ramas de los árboles que crecen junto a los canales de la zona.
    Cuando pensaba que no íbamos a ver más cocodrilos y que no íbamos a tener mejores vistas de un animal así nunca más, de repente, el bote frenó en el agua. A babor, una pequeña isleta albergaba un enorme cocodrilo americano con la boca abierta de par en par. A su alrededor, una jacana centroamericana (Jacana spinosa) y una garceta nívea (Egretta thula) se paseaban sin ningún problema.
El cocodrilo debía de medir casi 3 m de largo. El baño y tocar el agua en esta zona está prohibido precisamente por estos animales.

En cierto momento, durante la observación, cerró su enorme boca.

Y luego volvió a abrirla. Este comportamiento se debe a que los cocodrilos regulan su temperatura abriendo la boca.

La garceta nívea paseándose tranquilamente junto al cocodrilo.

El reptil ni se canteó. Sin duda, es un animal espectacular.

Otro de los animales que vimos, gracias al conocimiento de nuestros guías, fue el nictibio o pájaro estaca (Nyctibius grandis), que se localizaba sobre una rama a gran altura y parecía una simple prominencia del tronco donde descansaba. 

Nictibio grande (Nyctibius grandis) descansando.

Y, poquito antes de llegar al lodge, hizo acto de aparición el llamado gavilán de ciénaga (Busarellus nigricollis)

Gavilán de ciénaga (Busarellus nigricollis).

Una vez en nuestro destino, procedimos a devorar con ansia una rica comida con platos propios de Costa Rica, como pollo caribeño y frijoles, entre otros manjares como piña, papaya y sandía. ¡Incluso mientras comíamos detecté una iguana verde (Iguana iguana) y un basilisco verde (Basiliscus plumifrons) en el mismo árbol! En el cual, además, había algunas arañas del género Trichonephila, supongo que T. clavipes.
Iguana verde (Iguana iguana) alimentándose.

El mismo ejemplar.

Trichonephila clavipes

Basilisco verde (Basiliscus plumifrons) macho.

Una hembra de zanate (Quiscalus mexicanus), uno de los pájaros más abundantes y que vi que ocupaban casi cualquier nicho, bajo la iguana y el basilisco.

Nuestro lodge contaba con jardines y árboles de buen tamaño, lo que incluía una diversidad faunística muy novedosa para mí y bastante rica, todo sea dicho. Constantemente, se oían los psicodélicos cantos de las oropéndolas de Montezuma (Psarocolius montezuma), cuyas colonias colgantes se podían ver fácilmente justo encima de nuestra habitación.

Oropéndola de Montezuma (Psarocolius montezuma) trenzando su nido colgante.

Nidos de las oropéndolas de Montezuma, que pueden llegar a medir casi 2 m.

    Tras un breve descanso después de comer, fuimos a la localidad de Tortuguero, que da nombre al Parque Nacional. Dimos una vuelta por la zona, visitando primero la orilla del Caribe. Este mar, que imaginábamos más tranquilo, tenía un aspecto salvaje y peligroso, con olas continuas furiosas y altas. En la arena crecían palmeras cocoteras (Cocos nucifera) y kinos (Coccoloba uvifera).

Coco (Cocos nucifera) y vegetación costera típica de esta zona del Caribe.

Kino (Coccoloba uvifera) en flor.

A estas playas del Caribe vienen tortugas a desovar.

    En el cielo, se veían algunas aves costeras sobrevolándonos. Al mirarlas mejor con los prismáticos, me hizo muchísima ilusión darme cuenta de que se trataba de la fragata o rabihorcado magnífico (Fragata magnificens).

Rabihorcado magnífico (Fregata magnificens)

    También se veían zopilotes (Coragyps atratus), aves especializadas en comer desperdicios y carroña (han evolucionado de forma convergente con los buitres del Viejo Mundo, aunque pertenecen a órdenes diferentes). Volaban describiendo círculos planeando muy alto en el cielo y se veían algunos posados en las palmeras cocoteras.

    Después de visitar la playa, nos paseamos por "la calle" de Tortuguero, localidad pequeña pero con bastante ajetreo. Por supuesto, había muchísimos turistas, sobre todo norteamericanos, pero también de otros países. Nos acercamos a la iglesia de Tortuguero, un edificio modesto con un jardincillo alrededor, en el que encontramos, sobre una planta, unos saltamontes curiosos, de color negro y marcas rojas, sin duda con una librea que no invitaba a tocarlos o, dicho científicamente, con un claro color aposemático. Había muchos, como si fueran una pequeña plaga. Creo que son del género Taeniopoda.

Saltamontes posiblemente del género Taeniopoda, en Tortuguero.

    La iglesia tenía un pequeño porche en la entrada con el techo muy alto y, al mirar hacia arriba, encontramos dos gekos, cada uno de una especie, y una mariposa, refugiados en la bóveda.

Mariposa del género Urania algo deteriorada.

Geko sin identificar, posiblemente Hemidactylus frenatus.

Lepidodactylus lugubris, especie asiática introducida en América que se ha expandido rápidamente por buena parte de las zonas tropicales y subtropicales.

Las plantas también me llamaron mucho la atención, pues allí se cultivan especies tropicales de floración o fructificación muy llamativa.

Las palmeras son muy diversas y se cultivan numerosísimas especies, autóctonas y alóctonas. No sé a qué especie pertenece este alto ejemplar.

Flor de la pasión (Passiflora) creciendo sobre una tienda.

Syzigium malaccense, originaria del sureste asiático pero cultivada también en el Caribe.

Conforme nos paseábamos, para mí era inevitable seguir fijándome en la fauna. Tirano tropical (Tyrannus melancholicus).

Una calle de Tortuguero.

La llamada "palma del viajero" (Ravenala madagascariensis), una estrelitziácea originaria de Madagascar.

Bixa orellana, la bija, que tiñe de rojo la piel.

Más palmeras de llamativos estípites. Estas parecen ser Cyrtostachys renda.

Bauhinia monandra

    Cuando se aproximaba la hora de vuelta al lodge, detectamos en algunos jardincillos de tierra unos agujeros donde se escondían cangrejos de color azul eléctrico, los Cardisoma guanhumi. Nos llamó la atención que estuvieran fuera del agua guareciéndose en agujeros como si fueran terrestres, por lo que dedujimos que tenían acceso al agua del mar aunque fuera en el fondo de su guarida. Observamos que, si hacíamos movimientos rápidos, desaparecían en su túnel.

Cardisoma guanhumi

Cardisoma guanhumi

Al atardecer, cogimos de nuevo el bote que nos llevaría al lodge, no sin antes conseguir un rápido y borroso vistazo de los guacamayos o lapas verdes (Ara ambiguus). Dos días después, conseguiría ver y fotografiar varios ejemplares, pero en ese momento me dio mucha rabia no poder tomarles una buena fotografía.

Aquí me tenéis, muy feliz de conocer Tortuguero, justo antes de zarpar de vuelta al lodge.

Por la laguna de Tortuguero.

    De vuelta en nuestro lodge, pude observar un rápido aracari o tucancillo collarejo (Pteroglossus torquatus). Miguel, nuestro guia, nos dio unas breves explicaciones sobre lo que podíamos hacer al día siguiente y después le hicimos varias preguntas. En ese momento, Miguel nos señaló una enorme iguana que descansaba a unos 20 m de altura en un árbol:

Macho de iguana verde descansando.

Anda que no estaba a gusto...

    El día había sido largo e intenso, pero aún tuvimos tiempo de observar un sapo de caña mesoamericano (Rhinella horribilis) que se paseaba tranquilamente por el jardín del lodge, así como algunos anolis y grillos. El segundo día en Costa Rica nos había traído muchísimas observaciones de fauna muy interesante, pero seguíamos sin ser conscientes de que este fantástico país nos deparaba todavía más sorpresas.

¡Pura vida, amigos!

Continuará...

Sapo de caña (Rhinella horribilis). El bulto grande y blanquecino que tiene junto al anca derecha es una enorme garrapata.

4 comentarios:

  1. You are bringing back very fond memories for me, Guillermo. Tortuguero is one of my favourite places in all of Costa Rica (other than for the heat and humidity) and I am reliving through your blog the incredible wildlife of this magical place. Much more awaits you, believe me! Pura vida, amigo mío.

    ResponderEliminar
  2. Un precioso reportaje. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Es fantástico ver nuevas especies cada minuto en este maravilloso país. Yo estaba en el bosque en Ecuador, no vi la costa, cocodrilo maravilloso y esta garceta.
    Hasta pronto

    ResponderEliminar
  4. Espectacular esa salida a uno de los lugares con más biodiversidad del mundo. Buena la nota ilustrada con muy lindas imágenes. Saludos desde Argentina.

    ResponderEliminar

Trato de responder a todos vuestros mensajes, aunque sea solamente para dar las gracias.