Traducción al castellano del título: "Aves cantábricas"
Vaya,
con el lío de las vacaciones, no me da tiempo a escribir sobre el
viaje a Vitoria, que no sólo fue a Vitoria, como veréis. No contaré
en esta entrada nada sobre el congreso en sí, sino sobre los
pajareos por el Norte Ibérico con mis amigos. Como
ya dije hace unas entradas, no soy bimbero. Pero ¡madre santa, nunca
he bimbado tantísimas aves en un solo día!
Lavandera pía o enlutada (Motacilla alba yarrelii) en Vitoria. Fotografía de Marta Romero Gil. ¡Gracias, Marta! |
Lavandera pía o enlutada (M. alba yarrellii) en una vía del euskotren de Vitoria. Fotografía de Marta Romero. |
Hoy hablaré de las industrias y andanzas pajareriles de cinco
ornitolocos (Jana Marco, Alex Alamán, Julio Merayo, Guille Mayor y
el que escribe) por tierras cántabras (7-XII). Nada más salir al frescor de
Vitoria, un visitante de las Islas Británicas se paseaba por la acera, una lavandera
pía (Motacilla
alba yarrellii),
con su negro dorso, caminaba tranquilamente cerca de los coches. No sé si sería esta misma lavandera, pero días después, el día de vuelta a casa, había una pía caminando distraídamente por el mismo sitio. De hecho, las fotos de la izquierda fueron hechas el día de vuelta por Marta Romero Gil. Menos mal que estaba ella, porque lo que menos me apetecía hacer en aquel momento era perseguir pajaritos pequeñ... bueno, eso es otra historia, volvamos a la difusión de información naturalística.
A la lavandera pía también se la llama enlutada, ya os podéis imaginar por qué. Es residente en Gran Bretaña e Irlanda, y en invierno no es raro verlas en algunos puntos de Iberia junto a la lavandera blanca. Porque sí, la enlutada es una subespecie de la blanca (apoyo esa teoría), así que la conté como medio bimbo. Al fin y al cabo, el día no había hecho nada más que empezar...
No recuerdo por qué el primer destino fue aquella ría, la de Santoña. Unos halcones peregrinos nos estuvieron sobrevolando, mientras el frío hacía hincapié y el txirimiri nos atacaba como podía. Algunos acentores revoloteaban de aquí para allá y una solitaria y algo depresiva gaviota reidora aguantaba como podía en unas rocas que sobresalían en la verdosa orilla del mirador de Escalante. Segundo bimbo: dos zarapitos trinadores (Numenius phaeopus) sobrevolaban el agua turbia emitiendo sonidos alegres de aquí para allá. En la orilla opuesta, un bando de ánsares comunes (Anser anser) pastaba tranquilo. Creo que este grupo de ánsares es el primero que veo en libertad. No ha sido el último. Cercanos a la otra orilla, hacia el horizonte plateado, algunas formas oscuras flotaban. De repente, alguien gritó: ¡NEGRÓN! Allí estaba, en efecto, una hembra de negrón común (Melanitta nigra). Estaba muy lejos pero incluso a través del telescopio pudimos distinguir su tenue plumaje invernal. La humedad y el viento aumentaban cada minuto que pasábamos en aquella ladera, así que decidimos continuar nuestro viaje hacia el interior de tierras cántabras.
Había llegado a nuestros oídos la noticia de varios avistamientos de colimbo grande (Gavia immer) en Santoña. Limicolillas y espátulas, y la sorpresa, una barnacla carinegra (Branta bernicla) que moneaba por ahí, en las marismas. Muchas gaviotas, muchos observadores de aves en el observatorio, pero ni rastro de los colimbos, si bien alguno de los ornitólogos que andaban por allí habían visto alguno poco antes de que llegásemos. A mirar y a esperar. La espera valió la pena, porque al rato allí flotaba un colimbo, lejísimos. Luego vi otro flotando bajo un puente, esta vez más cerca, y me pareció un ave enorme. Decidimos seguir hacia Santoña, al puerto, donde gaviotas sombrías, patiamarillas y algún gavión volaban por allí. Cormoranes grandes y moñudos se alternaban, y de vez en cuando algún zampullín nos miraba con sus ojos rojo sangre desde la superficie gris del agua. Un colimbo se dejó observar bastante rato.
El mirlo acuático es un ave que gusta de los arroyos rápidos de las montañas. En Iberia se distribuye principalmente por el norte; en el centro y sur, aparece solo en cadenas montañosas y ambientes bien conservados. En Sierra Nevada, por ejemplo, se ha detectado su presencia a más de 2000 m de altitud, posiblemente la mayor altura que alcanza en Europa. Asimismo existe una cita de reproducción cerca del nivel del mar en la provincia de Cádiz (Allen, 1972). Se alimenta debajo del agua, de insectos e invertebrados, de hecho, es capaz de aguantar bastante rato sumergido, entre 10 y 30 segundos. No sé por qué se llama ahora "mirlo-acuático europeo", cuando de toda la vida de dios ha sido mirlo acuático a secas, sin guión ni ná.
Según Vaurie (1959), debo suponer que la subespecie que vimos nosotros es Cinclus cinclus pyrenaica, que habita Francia central, Pirineos occidentales y región cantábrica hasta Cantabria. La pyrenaica tiene cabeza y nuca más claras que las de otras zonas de Europa. Estuvimos un rato observándolo revolotear en aquel tramo del río, de una orilla a otra, haciendo la barca y buceando. Pero el hambre ya se notaba así que decidimos repostar y alimentarnos un poco... Próximo destino: Pantano del Ebro, con ánsares, ánsares y más ánsares...
Más en: · Viaje al Norte (I): Seo congresua
A la lavandera pía también se la llama enlutada, ya os podéis imaginar por qué. Es residente en Gran Bretaña e Irlanda, y en invierno no es raro verlas en algunos puntos de Iberia junto a la lavandera blanca. Porque sí, la enlutada es una subespecie de la blanca (apoyo esa teoría), así que la conté como medio bimbo. Al fin y al cabo, el día no había hecho nada más que empezar...
No recuerdo por qué el primer destino fue aquella ría, la de Santoña. Unos halcones peregrinos nos estuvieron sobrevolando, mientras el frío hacía hincapié y el txirimiri nos atacaba como podía. Algunos acentores revoloteaban de aquí para allá y una solitaria y algo depresiva gaviota reidora aguantaba como podía en unas rocas que sobresalían en la verdosa orilla del mirador de Escalante. Segundo bimbo: dos zarapitos trinadores (Numenius phaeopus) sobrevolaban el agua turbia emitiendo sonidos alegres de aquí para allá. En la orilla opuesta, un bando de ánsares comunes (Anser anser) pastaba tranquilo. Creo que este grupo de ánsares es el primero que veo en libertad. No ha sido el último. Cercanos a la otra orilla, hacia el horizonte plateado, algunas formas oscuras flotaban. De repente, alguien gritó: ¡NEGRÓN! Allí estaba, en efecto, una hembra de negrón común (Melanitta nigra). Estaba muy lejos pero incluso a través del telescopio pudimos distinguir su tenue plumaje invernal. La humedad y el viento aumentaban cada minuto que pasábamos en aquella ladera, así que decidimos continuar nuestro viaje hacia el interior de tierras cántabras.
Había llegado a nuestros oídos la noticia de varios avistamientos de colimbo grande (Gavia immer) en Santoña. Limicolillas y espátulas, y la sorpresa, una barnacla carinegra (Branta bernicla) que moneaba por ahí, en las marismas. Muchas gaviotas, muchos observadores de aves en el observatorio, pero ni rastro de los colimbos, si bien alguno de los ornitólogos que andaban por allí habían visto alguno poco antes de que llegásemos. A mirar y a esperar. La espera valió la pena, porque al rato allí flotaba un colimbo, lejísimos. Luego vi otro flotando bajo un puente, esta vez más cerca, y me pareció un ave enorme. Decidimos seguir hacia Santoña, al puerto, donde gaviotas sombrías, patiamarillas y algún gavión volaban por allí. Cormoranes grandes y moñudos se alternaban, y de vez en cuando algún zampullín nos miraba con sus ojos rojo sangre desde la superficie gris del agua. Un colimbo se dejó observar bastante rato.
Colimbo grande (Gavia immer) |
La lluvia se alternaba con rachas de viento fuertes en ocasiones y el sol no dejó verse prácticamente en ningún momento, y antes de que anocheciera, teníamos pensado llegar por lo menos hasta el Pantano del Ebro, así que ya podíamos darnos prisa.
Alex nos contó que podíamos pasar por Reinosa y ver algún mirlo acuático (Cinclus cinclus), pájaro al que le he tenido muchas ganas desde crío (lástima que en el Júcar no haya). En la provincia de Albacete lo he intentado ver en algún riachuelo de los sistemas montañosos del sur de la provincia, sin éxito. Así que fuimos directos para allá, donde puedo decir que fue llegar y besar el santo.
Mirlo acuático (Cinclus cinclus) en Reinosa (Cantabria). |
Mirlo acuático (Cinclus cinclus). Feeling like a boat. |
Según Vaurie (1959), debo suponer que la subespecie que vimos nosotros es Cinclus cinclus pyrenaica, que habita Francia central, Pirineos occidentales y región cantábrica hasta Cantabria. La pyrenaica tiene cabeza y nuca más claras que las de otras zonas de Europa. Estuvimos un rato observándolo revolotear en aquel tramo del río, de una orilla a otra, haciendo la barca y buceando. Pero el hambre ya se notaba así que decidimos repostar y alimentarnos un poco... Próximo destino: Pantano del Ebro, con ánsares, ánsares y más ánsares...
Más en: · Viaje al Norte (I): Seo congresua
Y entre tanto sacásteis un rato para dedicarle un emotivo "Cumpleaños feliz" a un pajarero murciano. Gracias! ;)
ResponderEliminarEres el mejor bimbo que hice en Vitoria, amigo, ya vendrá tu entrada grullal.
EliminarAaaaah!...como vas sumando citas pájaro…
ResponderEliminarSaludos Guillermoaetus
Hola Javirhunchus. Sí, la verdad es que sí...
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