Sigo publicando entradas atrasadas, "pasando a limpio" experiencias pasadas en el campo. Aquí va un pequeño paseo que hicimos al volver de Inglaterra, a principios de verano.
Hace unos días
(15.06.2015), pude al fin pasar unos días en el pueblo. Hay una cuesta que lleva a la Sierra y, si uno la sigue, se termina llegando a la cima del Cerro de San Cristóbal. A los lados de esta carretera hay una variedad ingente de hierbas y arbustos pequeños, casi todas las hierbas son anuales. Algunas de las especies florecientes que más insectos atraen en esta zona son:
Papaver rhoeas, Anacyclus clavatus, Malva sylvestris, Hypericum perforatum, Mantisalca salmantica, Centaurea aspera, Centaurea ornata, Scolymus hispanicus, Teucrium capitatum subsp.
gracillimum, Sideritis mugronensis, Rosmarinus officinalis, Cistus albidus, Genista scorpius, Bituminaria bituminosa, Coris monspeliensis, Eryngium campestre, Thapsia villosa, Sedum album. Puede que esta retahíla de nombres científicos de plantas parezca que no sirve de mucho, pero en realidad sirve para poner en situación. Me sorprendió que una jara blanca
(Cistus albidus) tuviera a esas alturas del año flores, a pesar del calor, y pude contar unas 6 ó 7, pero al encontrarse al otro lado de una valla de protección al borde de un precipicio, no pude acercarme más a algunas de ellas para examinarlas. Me di cuenta de que muchos insectos apreciaban sus flores, lo cual resulta un punto a favor de la planta.
Heliotaurus ruficollis sobre una flor tardía de
Cistus albidus.
Andrena variabilis?
Pero, sin duda, las estrellas de la zona eran los lepidópteros, y sobre todo las
Argynnis pandora (o P
andoriana pandora). Decenas de ejemplares revoloteaban y planeaban sobre las flores y el bullicio invertebrado. Su tamaño supera con creces el del resto de los polinizadores que por allí pululaban. Imaginaos la cuesta junto al monte, rodeada de flores, con la banda sonora de los gorriones chillones y los colirrojos tizones, y el vuelo de esta mariposa, que aun teniendo unos 8 cm de envergadura, siempre atrae la mirada distraída del naturalista paseante.
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Argynnis pandora, alimentándose del néctar de Teucrium capitatum subsp. gracillimum. |
Andaba, bueno, más bien, volaba por allí también una
Issoria lathonia, otro ninfálido, especie que pocas veces he podido ver y que, por suerte, pude fotografiar en mi canchal favorito. Y no solo estas dos especies en el grupo de los lepidópteros. En un tramo del camino de menos de 20 m encontré estas especies:
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Issoria lathonia |
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Hipparchia semele |
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Hyponephele lupina |
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Pyronia bathseba |
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Pontia daplidice |
También encontramos, entre una zamarrilla, un bonito ejemplar de plusia
(Autographa gamma), descansando. También hubo tiempo para encontrar otros órdenes de insectos. Una enorme mosca cernidora o sírfido (me gusta usar las dos denominaciones) de la especie
Volucella elegans se dejó fotografiar sobre una enorme inflorescencia de
Thapsia:
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Volucella elegans |
Sobre una centáurea, el llamativo
Mylabris quadripunctata se daba un festín digno de un patricio romano.
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Mylabris quadripunctata |
Lo cierto es que el sol calentaba de lo lindo, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, el cielo se nublo y empezaron a caer algunas gotas. Eran los últimos coletazos de la primavera mediterránea antes de dar paso al verano tórrido. Pegando saltitos, como la familia a la que pertenece muy bien indica, Salticidae, la pequeña araña
Philaeus se paseaba en busca de algo que cazar bajo las plántulas de las cornicabras. Creo que la especie en concreto es
P. jugatus.
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Philaeus jugatus |
Entre nubes de mariposas, abejas, moscas y avispas, seguimos caminando, en dirección a la cruz que hay a medio camino, señal de retorno para nosotros porque se nos hacía tarde. Aún nos dio tiempo a ver algunos e interesantes seres. Por ejemplo, unas moscas del género
Hemipenthes.
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Thyridanthrax fenestratus |
Dos ejemplares de
Argynnis pandora y un himenóptero curioso.
Me llamó muchísimo la atención una invasión de
Cuscuta envolviendo un grupo de plantas junto a una cuneta, hilos e hilos bermejos como si fueran lana ahogaban la vegetación.
Cuscuta
Graphosoma semipunctatum sobre los frutos verdes de
Thapsia villosa.
Lagartija colilarga oriental
(Psammodromus jeanneae).
En cuanto llegamos a la cruz, nos dimos la vuelta a paso rápido, siempre sin dejar de observar. Los gorriones chillones
(Petronia petronia), tan comunes en los tejados de Chinchilla, se juntaban con sus parientes los gorriones comunes
(Passer domesticus) junto al antiguo matadero.
Izda.: gorrión chillón
(Petronia petronia). Dcha.: gorrión común
(Passer domesticus), macho.
Vale, ya sé que me he desviado un poco del tema de la entrada (polinizadores), pero no puedo dejar de lado algunas observaciones que amenizaron todavía más el paseo. Ya era tarde y había que hacer la comida, así que nos dimos prisa en volver a casa.
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Lectura recomendada: Guía de los polinizadores de España, de Luis Óscar Aguado Martín, Alberto Fereres Castiel y Elisa Viñuela Sandoval. Libro de reciente aparación, esencial en la estantería del naturalista.
Pues se agradece que sigas pasando a limpio experiencias ya pasadas y publicando entradas como esta, que en días plomizos como el que hoy tenemos por aquí traen reminiscencias de luz y calor. Las imágenes y los textos todo un disfrute como vengo acostumbrado cuando paso por aquí.
ResponderEliminarPor cierto, gracias también por la lectura recomendada. ¡Tomo nota!
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