En los jardines y patios traseros, mientras nadie los visita, la naturaleza intenta "reclamar" lo que era suyo antes de la construcción de pueblos y otros asentamientos humanos, los cuales acaparan el hábitat tanto de plantas como de animales. Así, aprovecha todo lo que lo que los humanos crean para expandirse, como es el caso de los pájaros que acuden atraídos por las deliciosas manzanas del jardín. Pasado el verano, el otoño conlleva la maduración de los frutos de muchos arbustos y árboles que decoran los jardines humanos. En este, hay un viejo manzano, cuya gran cantidad de manzanas caidas al césped alimenta a varias especies de aves. Esta alfombra de grandes frutos, que rozan la pudrición, actúa a modo de comedero de pájaros, congregando varias especies diferentes bastante fáciles de observar.
Hoy parece que ha llegado el frío para quedarse en Gran Bretaña, pero eso no me ha impedido permanecer esta mañana un buen rato tras un arbusto, observando los pájaros que acudían a comer las manzanas. Las estrellas, debido a su abundancia, han sido, primero, los mirlos comunes
(Turdus merula).
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Mirlo común (Turdus merula) macho, levantando la vista cuando devoraba a picotazos una manzana pasada. |
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Y aquí una de las hembras, poniéndose las botas con las manzanas. |
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Mirlo común (Turdus merula), hembra. |
Tal abundancia de manzanas listas para su ingesta hace las delicias de los mirlos, como veis. También se acercaban por ahí los pinzones vulgares
(Fringilla coelebs), que, por desgracia, me han avistado desde lejos y han salido volando.
Hasta los herrerillos comunes
(Cyanistes caeruleus) aprovechan las manzanas que aún quedan en las ramas, porque estas aves prefieren no dejar la protección de las ramas.
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Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) |
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Otro pequeño párido, el regordete carbonero garrapinos (Periparus ater), especie muy abundante en el jardín, por lo menos hoy. |
También volaban en torno al manzano otros pequeños espíritus, mucho más difíciles de fotografiar que los mirlos y los paros. Hablo del reyezuelo sencillo
(Regulus regulus), que vuela veloz entre la tuya y las píceas. Nos hemos mirado, él protegido por el ramaje del manzano y yo solo por mi abrigo. Con sus características boqueras negras, su banderita pileal y su insistente canto, este pajarito es inconfundible. Espero que pronto se deje sacar una fotografía más digna que esta:
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Creo que una de las fotos más tontas que he hecho nunca. |
Tengo que aprovechar más de mi jardín como haces tu... :-)
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