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Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) |
A pocos centímetros de la superficie del Mar Mediterráneo, un soleado día de finales de mayo en el sureste ibérico, nada un pequeño grupo de jóvenes herreras (Lythognathus) sobre el fondo arenoso y claro, sobre caracolillas ocupadas ahora por pequeños cangrejos ermitaños que te pellizcan al ponértelos en la mano para observarlos con detenimiento. Hacia la orilla, la arena desaparece y el fondo marino se vuelve más rocoso, y se frena el oleaje en una pequeña cala. En las rocas, proliferan algas pardas como Padina pavonica y otras verdes, como Ulva y la invasora Caulerpa racemosa. Tampoco resulta raro algún erizo de mar como Arbacia lixula y dos especies de anémonas, Anemonia viridis, que mece sus tentáculos verdosos con la brisa submarina, y Actinia equina, que esconde sus tentáculos en las horas de más sol. Por supuesto, en las grietas de estas zonas rocosas que a menudo quedan descubiertas al aire atmosférico, se guarecen los cangrejos de las rocas, adaptados perfectamente al vaivén del oleaje gracias a sus poderosas patas articuladas, que les permiten agarrarse con fuerza. Aquí se ven fácilmente dos especies de cangrejos: el rápido y abundante Pachygrapsus marmoratus, típico de la zona de rompiente en parte de las costas europeas, y el cangrejo moruno Eriphia verrucosa, más recio y especialista en meterse en agujeros inverosímiles. En el ocaso, el cangrejo moruno peina las rocas en busca de otros crustáceos y pequeños animalillos a los que descuartiza y devora. Cerca, los gobios de las rocas (Gobius cobitis) permanecen quietos en los pequeños charcos que forma la marea baja, y huyen en un abrir y cerrar de ojos a esconderse si te ven asomarte.
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Anemonia viridis |
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Mediterráneo. |
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Eriphia verrucosa |
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Pachygrapsus marmoratus |
En tierra firme, alejándonos de la playa, comienza a cubrir el suelo la vegetación típica del sureste ibérico costero, de Cabo Cope. Conforme avanzamos y nos elevamos en la ladera, nos encontramos los primeros Asteriscus maritimus, Convolvulus althaeoides, Frankenia corymbosa, Limonium insigne, Withania frutescens, Launaea arborescens, Suaeda vera, Salsola oppositifolia... Reconocemos muchas especies de plantas adaptadas a suelos áridos y algo salados, como el albardín (Lygeum spartum), que lo mismo crece aquí que en el interior peninsular ibérico, en suelos secos con sal. Pero también aparecen plantas curiosas como Periploca angustifolia, un iberoafricanismo que penetra desde el norte de África a Europa por estos rincones semiáridos. De aspecto compacto, la forma de sus curiosos frutos le dan su curioso nombre en castellano, cornical. Nos llama la atención una pequeña planta que identificamos en seguida como del género Teucrium: T. lanigerum, endemismo de Almería y Murcia. Distinguimos a lo lejos la floración algo pasada de otra labiada, la lavanda dentada Lavandula dentata. Una prima relativamente cercana también en floración a finales de mayo y que se vislumbra entre los arbustos más oscuros es Sideritis ibanyezii. Endémica de las zonas más áridas de Alicante, Murcia y Almería. Y junto a ellas, encontramos el malvavisco marino Lavatera maritima. También se vislumbran todavía las espigas amarillas de las albaidas (Anthyllis cytisoides) y los tallos reptantes, ya con flores, de las alcaparreras (Capparis spinosa). Este lugar es un paraíso botánico, donde se juntan especies protegidas en un paisaje muy relacionado con el que encontramos en el norte de África.
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Asteriscus maritimus |
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Periploca angustifolia |
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Lavandula dentata |
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Capparis spinosa |
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Lavatera maritima |
Por supuesto, no falta la fauna terrestre. Las aves, especialmente los pequeños pajarillos (Passeriformes) que encuentran aquí un oasis de alimento y refugio, resultan abundantes. Por supuesto, el protagonista de este entorno es el alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes). Esta ave parece estar en retroceso en esta zona del sur, pero conseguimos ver nada menos que cinco ejemplares distintos.
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Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) |
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Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) |
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Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) |
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Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) |
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Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) |
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Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) |
Un avecilla curiosa. Su canto me recuerda al de la cogujada, de lejos, que también está presente en la zona y de forma abundante.
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Cogujada montesina (Galerida thecklae) |
Trigueros, verdecillos, verderones y pardillos también acompañan a estas aves. Entre los matorrales densos, suena el craqueteo de la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), tan abuntante en las garrigas mediterráneas.
Por el sendero que recorre el visitante, aparecen los reptiles y algún que otro insecto. La lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus) es un reptil amante de los suelos arenosos. Es muy abundante en los arenales costeros y también aquí. Y aunque hay amenos arena, encuentra en el entorno de Cabo Cope un buen lugar donde vivir.
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Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus) |
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Lagartija colilarga (Psammodromus algirus) |
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Vanessa cardui |
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Julodis onopordi apreciando la floración de Limonium insigne. |
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Truxalis nasuta |
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Lachnaia variolosa |
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¿Qué es una albaida sin su correspondiente Zyganea lavandulae? |
El sureste ibérico es, como he dicho muchas veces, un paraíso para el observador de la naturaleza. En unas tierras áridas pero a la vez llenas de vida, conviven multitud de especies únicas en el contexto europeo. Así, disfrutar de la maravilla de la biodiversidad mediterránea en este entorno es hacer un viaje en el tiempo, mientras leemos los cambios que se han producido en el relieve y en la vida que, muchas veces, le da forma de matorrales perennifolios o adaptados a la sequía y a la insolación.
Espero volver pronto.
Más información sobre Cabo Cope (Región de Murcia):
https://www.um.es/eubacteria/FloraCope.pdf