martes, 6 de diciembre de 2022

Viaje a los Pirineos III: Paco Ezpelá y de nuevo en Gamueta

 El último día en Huesca, el domingo 6 de noviembre, dimos una vuelta matinal por el bello pueblo de Ansó, uno de los pueblos más bonitos de España. Nos gustó mucho recorrer sus callejuelas empedradas y oscuras, con balcones llenos de geranios y chimeneas humeantes. Al poco de empezar el paseo, un milano real (Milvus milvus) nos sobrevoló curioso.

Milano real (Milvus milvus)
    Nuestros pasos nos llevaron a la zona de Paco Ezpelá, un sendero circular que recorre el bosque que crece a las afueras de Ansó, pasando por vallejos muy húmedos donde vimos algunas setas y laderas algo más soleadas. Al llegar, el sol calentaba un poquito, por lo que algunos insectos se mostraban activos.
Saltacercas (Lasiommata megera), uno de los dos ejemplares que vimos asoleándose.
El sendero nos llevó al interior del bosque, donde al principio veíamos avellanos, mostajos (Sorbus torminalis), muchísimos bojes, algún acebo, abetos, robles, hayas... No llegamos a terminar la ruta porque, a medio camino, nos dimos la vuelta con la intención de volver al bosque de Gamueta, por si cayera el picamaderos negro (spoiler: no).

Hojas de alamo temblón (Populus tremula).
Muérdago (Viscum album)
Setas en el bosque.
Las hojas caídas de los árboles y arbustos nos dan una pista de las especies que habitan en la zona.
Hepática (Hepatica nobilis)
Avellano (Corylus avellana) mostrando ya sus amentos femeninos.
Otra de las mariposas que veíamos por la zona y que no paraba quieta: la manto bicolor (Lycaena phlaeas).
Tras unos pocos kilómetros hasta el refugio de Linza, reemprendimos el paseo por el bosque de Gamueta. Íbamos, como decía, con los ojos bien abiertos en caso de ver un ave negra volando entre las hayas. Como el día era más tranquilo que la primera vez que visitamos el hayedo, pues el sol brillaba con fuerza y el viento era una simple brisa que filtraban las copas de los árboles, pudimos ver algo más de fauna silvana.
Aún quedaba un poco de nieve en las cumbres.
La enorme haya que nos recibe al entrar en el bosque nos sorprendió de nuevo por su tamaño.
Haya (Fagus sylvatica)
El liquen (Lobaria pulmonaria) se encontraba, esta vez, deshidratado, mostrando su aspecto blanquecino en vez de verde.
Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)
Hayedo de Gamueta.
Trepador azul (Sitta europaea) enterrando hayucos en las grietas de los árboles.
En este paisaje, esperaba, en cualquier momento, avistar un picamaderos negro. No hubo suerte.
Monte Maze (Txamantxoia).
El lecho seco de un riachuelo de montaña.

Pico picapinos (Dendrocopos major) que nos alertó por los tamborileos que resonaban en el bosque. Al principio, efectivamente, pensamos que se trataba de lo que ya sabemos, pero no.
Trametes versicolor
Nos despedimos de Linza con este bello paisaje.

    Almorzamos en el refugio de Linza con otros andarines que habían aprovechado el día soleado para buscar un poco de montaña. Estuvo con nosotros una perra guardiana que parecía muy interesada en lo que almorzábamos, mientras babeaba sobre la hierba mirándonos.

    Cuando emprendimos el viaje de vuelta a La Mancha, nos detuvimos en varios sitios para admirar el paisaje y despedirnos como dios manda: llenando nuestra caja de recuerdos de hermosos panoramas naturales, donde los bosques no llegan a tocar el cielo porque las montañas de nieve les ganan en altura.

Parque Natural de los Valles Occidentales (Huesca).
Enorme pino albar (Pinus sylvestris) a cientos de metros de altitud sobre nosotros.

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