jueves, 31 de diciembre de 2020

El elanio del año

Elanio común (Elanus caeruleus). Chinchilla, 31.12.2020.

 Hoy he visto un elanio común (Elanus caeruleus) cerca de Chinchilla. En las cercanías del elanio, al este de la capital, he podido observar también otras aves como dos aguiluchos pálidos (Circus cyaenus), una pequeña rapaz que me ha parecido un esmerejón (Falco columbarius), un bando grande de calandrias comunes (Melanocorypha calandra) y algunos pajarillos pequeños. Me ha sorprendido gratamente encontrar, también, un par de gorriones morunos (Passer hispaniolensis), especie que no había visto en el término municipal de Chinchilla hasta ahora.

Lo he localizado cirniéndose sobre un campo y con los prismáticos,
me he dado cuenta de que había localizado algo en el suelo.
Después, se ha lanzado hacia abajo y ha desaparecido durante unos segundos.
Ha dado en el blanco: ha capturado algún micromamífero, tal vez un gazapo o un topillo.

Tranquilamente, ha estado alimentándose unos minutos.

Aquí se aprecia el ojo rojo característico de esta especie y el plumaje 

Elanio común (Elanus caeruleus)

    Sin duda, es una buena forma de acabar este curioso año 2020. 

Bando de jilgueros (Carduelis carduelis). Iban, por ser invierno,
en un grupo mixto de jilgueros y pardillos.
Jilguero (Carduelis carduelis)
El omnipresente escribano triguero (Miliaria calandra)
Tarabilla europea (Saxicola rubicola)
Tarabilla europea (Saxicola rubicola)
Gorrión moruno (Passer hispaniolensis)

domingo, 27 de diciembre de 2020

Resumen del año 2020

 A pesar de que este año tan atípico no ha permitido grandes desplazamientos, debo decir que no puedo quejarme en lo que respecta a mi continuo descubrimiento de la Naturaleza que nos rodea. He conseguido bimbar muchas especies de insectos y plantas que me han sorprendido gratamente, como os cuento en esta entrada. 

Enero 2020

    El año comenzó con una visita fugaz a la provincia de Alicante. En esta excursión, me enfoqué mucho en las aves costeras, pero también en la flora que crece en la zona sur de la capital, en las cercanías de Urbanova, en el entorno dunar. 
Aves observadas en Alicante el 2-3 de enero de 2020. Jilguero europeo, curruca capirotada,
vuelvepiedras, garceta común, cormorán grande, pardillo común, alcaudón real, correlimos tridáctilo.

    Aunque solamente estuve dos días, las excursiones dieron para bastantes observaciones de interés. Por ejemplo, encontré unas matas de Anthyllis terniflora, especie de albaida que tenía muchas ganas de ver y que crece en zonas secas del sureste. Pero lo que más me maravilló fue una matilla de Medicago marina, otra planta que habita arenales costeros, de color blanquecino-grisáceo. Hacía tiempo que iba detrás de ella, ya que es una planta más difícil que ver que su prima Lotus creticus, por lo menos en la zona litoral por la que me he solido mover. Me deleité también observando cómo la vegetación cambia conforme uno camina desde la playa hasta las colinas más altas: al principio con hierbas bajas como las que he mencionado, Ammophila arenaria, Eryngium maritimum o Teucrium dunense, y después con arbustos y arbolillos mayores como Pistacia lentiscus, Anthyllis cytisoides, Chamaerops humilis, Suaeda vera, Globularia alypum, Olea europaea, Pinus halepensis, P. pinea... En este entorno encontré también una ooteca de Sphodromantis viridis. En fin, un deleite para el ojo curioso y ansioso por encontrar y descubrir el mundo natural.

Los entornos dunares siempre me han atraído mucho. 
Son entornos ideales para iniciarse en la observación de la naturaleza.
Medicago marina

    Unos días después, fui con mi amigo Miguel Domenech al entorno de Cancarix y la Sierra de Ricote, como se puede leer en esta entrada que escribí en su día.

Febrero 2020

    El mes prepandemia fue algo más tranquilo. Una breve visita al Parque Periurbano de La Pulgosa, en Albacete, me reveló un ave que no esperaría ver en la zona: un arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius). La densa niebla me permitió hacerle una foto, aunque muy oscura, que muestro aquí. Unos días después, empecé a observar las primeras filas de procesionarias del pino (Thaumetopoea pityocampa) en la Sierra de Chinchilla. También este mes pude ir al Jardín Botánico de Barcelona y al CREAF, donde aprendimos muchas cosas sobre flora y métodos de muestreo insectil.

Arrendajo en La Pulgosa (AB). Febrero 2020.

Marzo y abril 2020

    Los meses del confinamiento y la incertidumbre. Aunque no sabíamos lo que se nos venía encima, a principios de mes salí con mi amigo Ismael a buscar aves por el este de la provincia de Albacete. Luego, a pesar de la pandemia, el tiempo encerrado en casa tuvo bastantes cosas buenas. Estar encerrado en el hogar me permitió, más que nunca, la observación de los seres que habitan más cerca de mí. Pude ver muchas especies diferentes, tanto en el patio de casa como en los rincones más insospechados del salón o de la habitación, incluso el cuarto de baño: arácnidos, colémbolos, lepidópteros... Me dio tiempo a prestar mucha atención a la explosión primaveral que tuvo lugar en el patio de mi casa, con nevada incluida. Las mariposas venían a poner sus huevos en las capuchinas y las hormigas andaban de aquí para allá con sus quehaceres. También subí mucho a la terraza a buscar aves migratorias con los prismáticos y llegué a ver algunas rapaces y hasta una oropéndola.

Con la explosión de flora en el patio, aparecieron algunos inquilinos bienvenidos, 
como este curculiónido, posiblemente Lixus anguinus, que estuvo acostado 
en la Lobularia maritima varios días.
Observé el desarrollo de la mariposa de la col (Pieris brassicae) casi en directo, 
desde larva L1 a adulto.
Las arañas cangrejo (Thomisus onustus) esperaban pacientemente la llegada de alguna mosca, 
mariposa o abeja a la flor sobre la que reposan durante horas.
La abundancia de insectos atraía a las arañitas, como este saltícido (¿Salticus?).

Las aves tomaron el patio de casa durante el confinamiento. 
Este es el macho de una de las dos parejas de pardillo (Carduelis cannabina) que anidaron en el saúco. 
¡Dos parejas en el mismo árbol!
Y esta mirla eligió esta maceta para hacer su nido.
Mi amado helecho lengua de ciervo (Asplenium scolopendrium) de origen británico 
tenía un aspecto óptimo gracias a las abundantes lluvias que cayeron en marzo, abril y mayo.
Estas son algunas aves que pude observar desde la terraza de casa. Oropéndola,
buitre leonado, paloma torcaz, águila culebrera y halcón abejero. 

    Lo cierto es que eché mucho de menos poder salir al campo a buscar orquídeas, insectos o para ver cómo hojeaban y florecían los montes, pero por suerte Chinchilla nunca deja de sorprender, incluso desde casa. Vi tantas cosas dentro y fuera de casa, que no daba abasto, pero pude publicar alguna que otra observación en este blog durante esos dos meses tan peculiares.

Mayo 2020

    En mayo, comenzaron los primeros paseos confinados. Fue como salir de la cueva. Primero, fuimos al castillo de Chinchilla. Al día siguiente, dimos una vuelta por el cerro vecino. Seguí observando fauna en casa y en los alrededores, y por fin pude salir a la Sierra de Chinchilla el día 13. Me recorrí bastantes kilómetros y noté en mis músculos la falta de ejercicio. Detecté diferentes sonidos primaverales y casi se me hizo de noche. Pero valió la pena ver de nuevo el mundo.

Gorrión chillón (Petronia petronia) en Chinchilla. Mayo de 2020.

    También me alegré muchísimo de volver al Jardín Botánico de Castilla-La Mancha. Contemplar todo este espacio mágico florecido y creciendo con tanto vigor después de varias semanas fue como volver a casa después de mucho tiempo. Las ranas croando, las aves cantando y las abejas zumbando y el resto de los habitantes del jardín, incluidas las plantas, parecían alegres de verdad con la llegada del sol de primavera.

Uno de mis rincones favoritos del JBCLM: la rocalla caliza mediterránea. Aquí aparecen más especies
distintas por metro cuadrado que en cualquier otro lugar del jardín.
Un pajarillo típico del JBCLM es el gorrión molinero (Passer montanus).
Orthetrum cancellatum, otra especie muy común en las lagunas recreadas del JBCLM.
Trithemis kirbyi, una libélula africana que también se puede ver por el JBCLM.

  Volví a salir al campo con mi amigo Miguel y encontramos, por fin, al Pycnogaster graellsii de Chinchilla el día 23 de mayo, que siempre oía pero no veía. También vimos otros insectos como insectos palo, libélulas... El día 30 nos acercamos los dos a la Sierra del Mugrón en las cercanías de Almansa y luego volvimos a Chinchilla, lo pasamos pipa.

Insecto palo que encontramos en Chinchilla, al borde de un campo de cultivo.
Pijnackeria sp.
Opilión, en la misma zona. ¿Phalangium?
Avispa de la subfamilia Ophioninae. cf Enicospilus.
La hembra de Pycnogaster graellsii.
Ameles assoi
Los bordes de los campos de labor son interesantes rincones donde observar flores y bichos.
En mayo, encontré grandes grupos de Bellardia trixago en estos entornos.

    Además, muestreando libélulas en el Arquillo vi dos especies muy interesantes que además eran bimbo: Libellula quadrimaculata y L. depressa.

Libellula depressa
Libellula quadrimaculata

Junio 2020

    El sexto mes y la reapertura tras el confinamiento ya permitieron más visitas al campo, muestreos y excursiones a nuevos lugares. A principios de mes, me acerqué a una rambla de la Sierra de Chinchilla. Allí, en lo alto de una colina, encontré otro enclave donde crecen albaidas (Anthyllis cytisoides), a cierta altitud. No me acerqué porque se estaba haciendo de noche, pero conseguí hacerles una foto. Imaginé que crecen en lo alto de aquellas colinas evitando el fondo de la rambla, que parece un valle, donde se estanca el frío y el hielo aguanta durante el día en invierno; en cambio, en las alturas, el aire corre y aunque hiele, durante el día imagino que recibirán mayor insolación, especulo.
Albaidas en flor en lo alto de una colina. Todavía tengo pendiente acercarme y verlas de cerca.

    Uno de los nuevos lugares fue para mí Lezuza, donde paseamos a la orilla del río homónimo que corre a las afueras de esta población. Nos acercamos a ver los grandes plátanos de sombra monumentales, pero aprovechamos para escudriñar los campos en busca de fauna y flora. Incluso encontré un olmo que me pareció Ulmus laevis. A mitad de mes, fuimos por los alrededores de Chinchilla para ver cómo era el paisaje y nos sorprendió encontrar dos ejemplares de búho real (Bubo bubo), importantes depredadores de nuestro entorno. Además, conseguí dar con las albaidas blancas (Anthyllis lagascana) que crecen en los alrededores del pueblo, como indica su indicatio locotypica.

Búho real (Bubo bubo)
Búho real (Bubo bubo)

    A finales de mes, me picó mi primera garrapata. Por suerte, hace un tiempo compré unas pinzas especiales para extraer estos molestos arácnidos y conseguí quitármela. 

Julio 2020

    En julio, seguí con los muestreos de libélulas para la tesis y por fin pude salir de la comunidad autónoma, aunque fuimos cerca. En la laguna de los Ojos de Villaverde, vi un depredador depredado:

Aeshna isoceles depredada por Argiope bruennichi.

    A mediados de mes, me acerqué con Manu Pinilla de la URJC al Barranco del Espino, donde disfrutamos de una gran variedad de insectos. Este mes hubo una gran presencia de Megascolia maculata, la avispa mamut, por todos los sitios donde me moví y aquí pude echarles buenas fotografías. También encontramos unos hemípteros y un cuco (Cuculus canorus), al que le eché una foto un poco mala, pero prueba suficiente de su avistamiento.

Dictyophara sp.
Megascolia maculata
Almana longipes

Foto infernal del cuco.

    En el mes de julio, fuimos a Cortes de Pallás y Cofrentes, como ya relaté en esta entrada.


Agosto 2020

    El mes de agosto resultó muy interesante. Fuimos Miguel y yo a ver a Nuria Cardo y Cecilia Díaz de SEACAM e hicimos una interesante ruta por la provincia de Cuenca, donde detectamos al Saga pedo después de más de un siglo sin citar en la provincia, así que posteriormente sacamos una nota en el Boletín de la Asociación Española de Entomología. Pude bimbar también insectos extraordinarios: Palpares libelluloides y Deleproctophylla dusmeti. 

Saga pedo
Pycnogaster valentini
Deleproctophylla dusmeti
Palpares libelluloides

     Este fue el mes del saga, ya que también lo vi en una localización conocida en la Sierra de Alcaraz junto con María del Mar, Pablo, Teresa, Marisa, Rufino y Juanjo. Ese día también encontramos otras especies y paisajes interesantes.

Saga pedo
La eguzki-lore del sur: Carlina acanthifolia subsp. baetica.
Serbal o jerbo (Sorbus domestica).

Septiembre y octubre 2020

    Septiembre fue más tranquilo. Exceptuando alguna salida puntual a la Sierra de Chinchilla y un paseo por la vera del río Guadarrama a su paso por Carranque una vez que fui a Toledo, no hice ni descubrí muchas cosas llamativas. Sin embargo, octubre fue más interesante. Cuando todavía se podía pasear por la noche, antes del toque de queda, di algunos paseos por las calles de Chinchilla y encontré pequeños insectos que acudían a la luz de las farolas.

Aphaenogaster senilis con una araña muerta.
Calathus sp.
Forficula gr auricularia
Licinus punctatulus
Oecanthus sp.
    El día 7 de octubre salí con mi amigo Pablo López Aracil por la Sierra de Chinchilla. Recorriendo senderos sobre los montes, llegamos a una bonita ladera con grandes piedras procedentes de derrumbamientos, donde crecían labiérnagos (Phyllirea angustifolia), madreselvas, etc. Volviendo al coche, vimos un zorro (Vulpes vulpes) y un zorzal charlo (Turdus viscivorus).

Labiérnago (Phyllirea angustifolia)
Zorro (Vulpes vulpes)
Zorzal charlo (Turdus visciforus)

    El día 11 fuimos a Almansa y nos paseamos por las orillas del famoso pantano. Luego, el día 24, cuando todavía se podía salir de la comunidad, fuimos al castañar de Las Rozas de Puerto Real (Madrid). Nunca había estado en un bosque de castaños, así que lo disfruté mucho. Era un lugar muy húmedo, con helechos y setas, el típico de un cuento de hadas. A pesar de todo, todavía las hojas estaban verdes y la otoñada no había llegado aún.

Castañar de Las Rozas de Puerto Real.
Castaño (Castanea sativa)
Hoja de melojo (Quercus pyrenaica) sobre una seta.
En la zona abundaban los avispones europeos (Vespa crabro), que aprovechaban
la floración otoñal de la hiedra.

Noviembre y diciembre 2020

    El penúltimo mes del año me llevó varias veces a Toledo y un día fuimos a los Montes de Toledo. De este día, todavía me queda relatar lo que vi y aprendí en este maravilloso lugar repleto de especies sorprendentes y paisajes asombrosos. Dejo aquí algunas imágenes de esta excursión que tanto me gustó.

Melojar (Quercus pyrenaica).
Jóvenes melojos (Quercus pyrenaica).
Una interesante especie relíctica: el loro (Prunus lusitanica).
Cascada de la Garganta de las Lanchas.
Matamoscas (Amanita muscaria)
La cascada superior de la garganta de las lanchas, donde vi helechos raros por el sur,
como el lonchite (Blechnum spicant) y la gran Osmunda regalis.
En un recodo de un riachuelo algo seco, crecían los alisos (Alnus glutinosa).

    Aparte de las excursiones toledanas, solamente fui una vez por la Sierra de Chinchilla en diciembre en busca de fauna y flora. El frío ya va haciendo de las suyas por los rincones y la humedad permite el crecimiento de muchas setas. El año llega a su fin, pero la naturaleza solamente entiende de ciclos, no de cambios de años.

Cabra montés (Capra pyrenaica)
   
 #Actualizado 31.12.2020: el último día del año me regaló un ejemplar de elanio azul (Elanus caeruleus) que pude avistar cerca de Chinchilla. Es una buenísima noticia que este animal esté cerca.
Elanio común (Elanus caeruleus)

    En términos generales, así ha sido el año 2020 en lo que respecta a la naturaleza. Echando la vista atrás, me doy cuenta de que aunque no salí tanto (exceptuando los muestreos libeluliles), sí disfruté al máximo cada excursión y pude ver especies a las que tenía muchas ganas. Espero que el 2021 sea más fácil para todos y podamos seguir descubriendo el medio natural como se merece. 

Que nunca dejemos de maravillarnos con la naturaleza.