jueves, 17 de diciembre de 2015

Mi ampelis inesperado

    Esta mañana estaba en Hull, en la ciudad. Quería llegar a unos serbales de cazadores (Sorbus aucuparia) que hay cerca de un gran centro comercial, el St Stephen's, en el jardín de entrada al Hull College Art & Design. Para llegar ahí, el autobús nos ha dejado en la estación, hemos entrado al centro comercial, lo hemos atravesado y hemos salido por la puerta trasera, a una explanada amplia, con setos de boj y árboles desnudos. Entonces, algo ha ocurrido. Había gaviotas revoloteando por ahí. En los árboles sin hojas, algunos mirlos y estorninos se agrupaban. He oído un reclamo y sin estar seguro, he tenido una corazonada. El corazón me ha dado un vuelco. En un árbol había más pájaros que en otro, y uno de ellos no era como los demás, era algo más clarito, como si tuviera un aura distinta a los mirlos y estorninos. En un momento dado, ha girado su tringular cabeza, mostrando, a contraluz, el enorme penacho plumoso del píleo. Puedo jurar que el corazón se me ha acelerado y algo temblaba de la emoción dentro de mí. He intentado acercarme sin meterme en los setos y sin perderlo de vista, con el móvil en la mano, para intentar fotografiarlo y lo he conseguido, pero solo se aprecia un punto con forma de ampelis. El animal ha salido volando, a unos metros de mí y he tenido la oportunidad de ver sus alas, que como banderas de plumas anunciaban su presencia: bandas blancas, oscuras y amarillas que se me han quedado grabadas en la retina. Había bastante gente por la calle y nadie más se ha dado cuenta. El ampelis ha cruzado la carretera al vuelo, posándose en uno de los serbales a los que yo quería llegar, y he salido corriendo hacia él, encontrándome con un semáforo en rojo... Era demasiado bonito para ser cierto, así que a los pocos segundos, ha levantado el vuelo y se ha posado en un tejado a unos 15 m de altura, y ya ha desaparecido. Con decir que me temblaban hasta las piernas, os podéis hacer una idea de lo emocionante que ha sido para mí contemplar, por primera vez, un ampelis europeo (Bombycilla garrulus) sin esperármelo y sin ir psicológicamente preparado para ello. Por fin. Ha sido genial. 
La foto no es mía, pero es para ilustrar la entrada,
es de Randen Pederson (Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic license).

viernes, 4 de diciembre de 2015

Focas grises en Donna Nook

Joven foca gris (Halichoerus grypus) de pocas semanas de edad.
    Esta mañana, tras embutirme en mi nuevo y cálido lopapeysa, nos hemos dirigido África, Robert y yo a la colonia de focas frises (Halichoerus grypus) de Donna Nook, en Lincolnshire. Llevaba muchísimo tiempo con ganas de ir a este lugar y por fin hoy lo he conseguido.
    Justo al llegar, me ha llamado la atención la distancia a la que se pueden observar los ejemplares. Una simple doble valla separa el sendero del terreno donde se encuentran las focas: una serie de dunas herbosas y zonas más profundas con agua y barro. Cerca del principio del camino, dos individuos se hallaban enzarzados en una pelea, aunque claro, estos animales se toman su tiempo para hacer las cosas en tierra: se peleaban a lo mejor durante 4 segundos y luego descansaban un buen rato.
Lucha de titanes y estorninos espantados.
    Casi el 40% de la población mundial de foca gris vive en las costas británicas. La población de esta especie en este lugar en concreto, que en realidad es una zona militar gestionada en parte por la Lincolnshire Wildlife Trust, es cada vez mayor. La semana pasada el censo era de 650 machos, 1542 hembras y 1754 crías, ¡3.946 ejemplares contados en toda la zona!
Foca gris, hembra.
Hembra y macho.
    Los adultos empiezan a congregarse en esta playa en octubre. Las crías nacen a partir de noviembre y en poco tiempo, unas dos semanas (18 días de media), tiene lugar el destete. En esas dos semanas, las jóvenes focas ganan unos 2 kg por día gracias a la grasa leche de la madre. Tras el destete, la hembra vuelve a ser fecundada por uno o varios machos, y se vuelve al mar hasta el año siguiente. La cría permanece en tierra algo más, hasta finales de año, sobreviviendo a base de la reserva acumulada, mientras el pelaje va cambiando de un blanco amarillento al primer pelaje adulto. La madurez sexual la alcanzan a los seis años de edad. Los machos miden poco más de 2 m de largo y alcanzan los 300 kg; las hembras, 1.8 m y 150 kg. Las crías nacen con un peso de 14 kg.
Algunas focas desperdigadas.
Macho dormitando.
    Las focas grises son animales que emiten bastantes sonidos: gruñidos, ronquidos, berridos, aullidos... Los cachorros emiten diversos sonidos para llamar a la madre, que suenan como gruñidos de enfermo.
Enorme macho adulto de foca gris. Se observa claramente el característico perfil de esta especie.
    A pesar de vivir en grupos tan grandes, estos animales son bastante antisociales. Tanto machos como hembras son muy agresivos: los machos luchan entre ellos para colocarse bien en la playa y las hembras atacan a cualquiera que se acerque a su cachorrillo.
Hembra con varias heridas en la cabeza y el hocico. Tal vez por defender a su cría o quién sabe.
Macho con heridas en el cuello.
    Como las crías empiezan a nacer en noviembre, hoy ya había algunas con pelaje a medio mudar. También vimos alguna recién nacida.
Foca gris joven, de más de 2 semanas de edad.
Cría nacida hace pocas horas que se encontraba muy cerca de la madre, de la cual todavía salía un trozo de placenta.
Madre y su cría de una semana de edad.
Foca gris joven descansando.
Jugando con un palito.
Otra foca joven dormitando.
    Las focas grises se adentran mucho entre las dunas y la vegetación muchas veces, al contrario que las focas comunes, que prefieren quedarse más cerca del agua. De ahí que muchas de las focas que veis en las fotos estén sobre hierba.
    Con tanta cría de foca, es inevitable que muchas mueran, ya sea de hambre porque pierden a sus madres o aplastadas. Entonces, las aves, como las cornejas negras (Corvus corone) y los gaviones atlánticos (Larus marinus) se aprovechan bien. Por desgracia, muchas focas mueren por razones antrópicas, enganchándose en redes y ahogándose. Hoy hemos visto también a la famosa Rope Neck (Cuello de Cuerda), una foca que apareció en 2000 enganchada en una red en Donna Nook. Los guardas la liberaron pero se le quedó una cicatriz bastante característica. Después de su liberación, ha vuelto a Donna Nook cada año (excepto uno) a criar. 
Rope Neck
Hoy también ha habido tiempo de observar aves, aunque para mí las protagonistas han sido las focas, claramente. África ha contado 30 especies de aves, de las cuales he podido fotografiar alguna.
Archibebe común (Tringa totanus)
Zarapito real (Numenius arquata)
Lavandera pía (Motacilla alba yarrellii)
Bandada de barnaclas carinegras (Branta bernicla) y algún tarro blanco (Tadorna tadorna).
Barnaclas carinegras (Branta bernicla)
Tarros blancos (Tadorna tadorna)
    En los bajíos había algunos vuelvepiedras (Arenaria interpres), avefrías (Vanellus vanellus) y ostreros (Haematopus ostralegus). Y por cierto, he bimbado una rapaz nueva que se me resistía desde hace tiempo, el esmerejón (Falco columbarius). Pronto subiré un vídeo a mi canal de YouTube con imágenes del día de hoy.
Ir arrastrándose por el suelo todo el tiempo conlleva que se te meta arena en los ojos ¡y eso pica!

lunes, 30 de noviembre de 2015

Saúcos de Albacete: huerta de Carcelén

    Hoy, por purísima casualidad, he soltado el muñequito amarillo de StreetView en un lugar al azar de la provincia de Albacete. Ha caido en una huerta de Carcelén, y sorprendentemente, así ha sido cómo he encontrado estos saúcos, que crecen entre olivos, nogales y almendros, junto a la Piedra del Mediodía.

A los pies de la Piedra del Mediodía, entre almendros y paulonias.
Acompañando a unos olmos, al borde de la carretera.

Euchorthippus chopardi & Ramburiella hispanica

    Hace poco tiempo que me he aficionado a los ortópteros. Siempre me han llamado la atención, pero desde este verano pasado, momento en el que aproveché para fotografiar varias especies, el interés ha crecido. Además, como me ferié (en Albacete, uno "se feria" algo cuando llega la Feria de Albacete, en septiembre) la Guide des sauterelles, grillons et criquets d'Europe occidentale, de Heiko Bellmann y Gérard Luquet, he podido identificar varias especies que no conocía. Ese libro me está marcando mucho, porque es uno de los pocos libros más o menos accesibles sobre ortópteros europeos, aunque está en francés y el precio es algo desorbitado. Hoy os traigo dos saltamontes: Ramburiella hispanica (Rambur, 1838) y Euchorthippus chopardi (Descamps, 1968). Son dos especies que he visto en la Sierra de Chinchilla, en espartales, pero también en el pinar. Por lo general, ambos saltamontes comparten hábitat y a primera vista son muy similares. Ambos son de la familia Acrididae y de la subfamilia Gomphocerinae.
Ramburiella hispanica, observado este verano en la Sierra de Chinchilla. Obsérvense los ácaros parásitos, de color rojo, sobre la pata anterior izquierda, y en la segunda pata derecha, aunque esta no llega a casi verde.
Euchorthippus chopardi. Observación de septiembre de 2015.
    Ambas son especies amantes del sol y de las zonas secas, del matorral mediterráneo y del lastón, por lo que donde coinciden ambas especies, conviven perfectamente. Ramburiella hispanica tiene una línea clara que discurre sobre la parte dorsal, desde la punta de su cónica cabeza, hasta más o menos la mitad de las alas, donde empieza a difuminarse hasta prácticamente desaparecer. Euchorthippus chopardi, por otra parte, presenta dos líneas claras que van desde la punta de la cabeza, a los lados, hasta las alas, donde por lo general acaban uniéndose. Ramburiella vive en la Iberia mediterránea, desde la Provenza hasta el Algarve, y en África por el norte desde Marruecos hasta la Cirenaica. Euchorthippus chopardi ocupa gran parte de la Península Ibérica y Francia.

Más información:
-Ramburiella hispanica en Orthoptera and their ecology.
-Euchorthippus chopardi en Orthoptera and their ecology.
-Canto de Euchorthippus chopardi en OSF online, de un ejemplar de la provincia de Zaragoza.
*Guide des sauterelles, grillons et criquets d'Europe occidentale, de Heiko Bellmann y Gérard Luquet.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Saúcos de Albacete: Estación de Chinchilla

Estos dos los conocía también de haber pasado por delante de ellos. Recuerdo verlos sin riego ni nada, a pleno sol, y haber dudado que pudieran sobrevivir mucho tiempo. Pero aquí siguen, aguantando estoicos la solana manchega. Se ve que son más duros de lo que parecen.
En la Plaza de las Caritas, Estación de Chinchilla.

Saúcos de Albacete: entre El Jardín y El Horcajo

Tengo localizados bastantes saúcos (Sambucus nigra) en la provincia de Albacete, casi siempre acompañando a aldeas, pueblos y en jardines de la capital. Estos son algunos que conozco desde hace tiempo, pero curioseando en Google Maps, he visto que las fotos son de junio de 2014, cuando están en plena floración (cuando más bonitos están). Estos están en la N-322, entre El Jardín y El Horcajo, y parece ser que por esa zona se cultivaron en algunas huertas. Aparecen en cunetas y cerca de zonas húmedas.

Cerca de El Jardín.
En El Horcajo.
Cerca de la Laguna de los Ojos de Villaverde.
Al otro lado de la carretera, enfrende del de la foto de arriba, 
Entre El Cubillo y Robledo.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Todos a comer manzanas

En los jardines y patios traseros, mientras nadie los visita, la naturaleza intenta "reclamar" lo que era suyo antes de la construcción de pueblos y otros asentamientos humanos, los cuales acaparan el hábitat tanto de plantas como de animales. Así, aprovecha todo lo que lo que los humanos crean para expandirse, como es el caso de los pájaros que acuden atraídos por las deliciosas manzanas del jardín. Pasado el verano, el otoño conlleva la maduración de los frutos de muchos arbustos y árboles que decoran los jardines humanos. En este, hay un viejo manzano, cuya gran cantidad de manzanas caidas al césped alimenta a varias especies de aves. Esta alfombra de grandes frutos, que rozan la pudrición, actúa a modo de comedero de pájaros, congregando varias especies diferentes bastante fáciles de observar.
    Hoy parece que ha llegado el frío para quedarse en Gran Bretaña, pero eso no me ha impedido permanecer esta mañana un buen rato tras un arbusto, observando los pájaros que acudían a comer las manzanas. Las estrellas, debido a su abundancia, han sido, primero, los mirlos comunes (Turdus merula).
Mirlo común (Turdus merula) macho, levantando la vista cuando devoraba a picotazos una manzana pasada.
Y aquí una de las hembras, poniéndose las botas con las manzanas.
Mirlo común (Turdus merula), hembra.
Tal abundancia de manzanas listas para su ingesta hace las delicias de los mirlos, como veis. También se acercaban por ahí los pinzones vulgares (Fringilla coelebs), que, por desgracia, me han avistado desde lejos y han salido volando.

Hasta los herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus) aprovechan las manzanas que aún quedan en las ramas, porque estas aves prefieren no dejar la protección de las ramas.

Herrerillo común (Cyanistes caeruleus)
Otro pequeño párido, el regordete carbonero garrapinos (Periparus ater), especie muy abundante en el jardín, por lo menos hoy.
    También volaban en torno al manzano otros pequeños espíritus, mucho más difíciles de fotografiar que los mirlos y los paros. Hablo del reyezuelo sencillo (Regulus regulus), que vuela veloz entre la tuya y las píceas. Nos hemos mirado, él protegido por el ramaje del manzano y yo solo por mi abrigo. Con sus características boqueras negras, su banderita pileal y su insistente canto, este pajarito es inconfundible. Espero que pronto se deje sacar una fotografía más digna que esta:

Creo que una de las fotos más tontas que he hecho nunca.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Finalista en el concurso de "Vida Silvestre Ibérica"

Estoy muy contento y agradecido porque mi fotografía del díptero Volucella elegans ha sido seleccionada como finalista para el calendario 2016 de la Asociación Vida Silvestre Ibérica.

Volucella elegans
La foto la hice a principios de junio, justo al volver de Inglaterra para las vacaciones de verano. Decidí salir un momento al Cerro de San Cristóbal (Chinchilla, Albacete) antes de comer, para ver bichicos. De esa salida nació esta entrada: Polinizadores de principios de verano

sábado, 17 de octubre de 2015

Mosquitero de Pallas en Flamborough

Hoy (17.10.2015) nos hemos acercado al Cabo Flamborough porque últimamente nos llegan muchas noticias de rarezas e invernantes escasos, y como está cerca de casa, hemos decidido probar. Sabíamos que había algunos mosquiteros bilistados (Phylloscopus inornatus) y de Pallas (P. proregulus), así como alguna tarabilla raruna. El Cabo Flamborough está muy expuesto a los elementos, y el temporal de hoy no hacía fácil la observación de aves. Aun así, las pequeñas aves que llegan de Siberia y de Escandinavia llegan aquí habiendo superado duras pruebas climáticas, así que para ellas esto es un respiro, porque encuentran refugio y alimento en setos y herbazales altos. Primero hemos visto un reyezuelo sencillo (Regulus regulus) en un seto de sauces... siguiendo un sendero y pasando por un pequeño y angosto puente de madera, luchando contra la fuerza del viento. hemos llegado a un prado junto al seto donde se agrupaba una manada de BBs (British Birders). Nos hemos quedado cerquita de ellos, porque además uno de los tuits de la cuenta @rbnUK decía lo siguiente:
Y nosotros estábamos justo ahí. Así que persistimos bajo el temporal, hasta que, por fin, un pequeño pájaro bastante llamativo hizo acto de aparición entre las ramas rojizas de un sauce y las zarzas, algo nervioso y rápido, pero he tenido tiempo de verlo. La foto, como veis, no es muy allá. He decidido disfrutar de la presencia del mosquitero de Pallas sin preocuparme de hacer fotos, y cuando he creído conveniente, he disparado. Y así es como he bimbado este pequeño animal procedente de algún punto entre la remota Siberia y Mongolia...

Justo detrás de las hojas verdes, a la izquierda de los escaramujos: mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Justo detrás de las hojas verdes, a la izquierda de los escaramujos: mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus).

domingo, 11 de octubre de 2015

En el castillo de Scarborough

Hoy nos hemos acercado a Scarborough y hemos dado un paseo por el interior de los terrenos del castillo derruido. Allí, entre las gaviotas en el cielo, nos ha sorprendido un halcón peregrino (Falco peregrinus) graznando.

Record shot. Halcón peregrino (Falco peregrinus). Record shot. Halcón peregrino (Falco peregrinus).

También por allí volaba (bueno, más bien, se cernía) un macho de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), que fue atacado por una gaviota...

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)

Castillo de Scarborough Castillo de Scarborough

Opilión, creo que de la especie Mitopus morio, en un rincón de una escalinata cerca del castillo de Scarborough. Opilión, creo que de la especie Mitopus morio, en un rincón de una escalinata cerca del castillo de Scarborough.

jueves, 8 de octubre de 2015

Polinizadores de principios del verano

Sigo publicando entradas atrasadas, "pasando a limpio" experiencias pasadas en el campo. Aquí va un pequeño paseo que hicimos al volver de Inglaterra, a principios de verano.

Hace unos días (15.06.2015), pude al fin pasar unos días en el pueblo. Hay una cuesta que lleva a la Sierra y, si uno la sigue, se termina llegando a la cima del Cerro de San Cristóbal. A los lados de esta carretera hay una variedad ingente de hierbas y arbustos pequeños, casi todas las hierbas son anuales. Algunas de las especies florecientes que más insectos atraen en esta zona son: Papaver rhoeas, Anacyclus clavatus, Malva sylvestris, Hypericum perforatum, Mantisalca salmantica, Centaurea aspera, Centaurea ornata, Scolymus hispanicus, Teucrium capitatum subsp. gracillimum, Sideritis mugronensis, Rosmarinus officinalis, Cistus albidus, Genista scorpius, Bituminaria bituminosa, Coris monspeliensis, Eryngium campestre, Thapsia villosa, Sedum album. Puede que esta retahíla de nombres científicos de plantas parezca que no sirve de mucho, pero en realidad sirve para poner en situación. Me sorprendió que una jara blanca (Cistus albidus) tuviera a esas alturas del año flores, a pesar del calor, y pude contar unas 6 ó 7, pero al encontrarse al otro lado de una valla de protección al borde de un precipicio, no pude acercarme más a algunas de ellas para examinarlas. Me di cuenta de que muchos insectos apreciaban sus flores, lo cual resulta un punto a favor de la planta.

Heliotaurus ruficollis sobre una flor tardía de Cistus albidus. Heliotaurus ruficollis sobre una flor tardía de Cistus albidus.

IMG_8243 Andrena variabilis?

Pero, sin duda, las estrellas de la zona eran los lepidópteros, y sobre todo las Argynnis pandora (o Pandoriana pandora). Decenas de ejemplares revoloteaban y planeaban sobre las flores y el bullicio invertebrado. Su tamaño supera con creces el del resto de los polinizadores que por allí pululaban. Imaginaos la cuesta junto al monte, rodeada de flores, con la banda sonora de los gorriones chillones y los colirrojos tizones, y el vuelo de esta mariposa, que aun teniendo unos 8 cm de envergadura, siempre atrae la mirada distraída del naturalista paseante.
El gran ninfálido, Argynnis pandora, alimentándose del néctar del Teucrium capitatum subsp. gracillimum.
Argynnis pandora, alimentándose del néctar de Teucrium capitatum subsp. gracillimum.
Andaba, bueno, más bien, volaba por allí también una Issoria lathonia, otro ninfálido, especie que pocas veces he podido ver y que, por suerte, pude fotografiar en mi canchal favorito. Y no solo estas dos especies en el grupo de los lepidópteros. En un tramo del camino de menos de 20 m encontré estas especies:
Issoria lathonia
Issoria lathonia
Hipparchia semele
Hipparchia semele
Hyponephele lupina
Hyponephele lupina
Pyronia bathseba
Pyronia bathseba
Pontia daplidice
Pontia daplidice
También encontramos, entre una zamarrilla, un bonito ejemplar de plusia (Autographa gamma), descansando. También hubo tiempo para encontrar otros órdenes de insectos. Una enorme mosca cernidora o sírfido (me gusta usar las dos denominaciones) de la especie Volucella elegans se dejó fotografiar sobre una enorme inflorescencia de Thapsia:
Volucella elegans
Volucella elegans
Sobre una centáurea, el llamativo Mylabris quadripunctata se daba un festín digno de un patricio romano.
Mylabris quadripunctata
Mylabris quadripunctata
Lo cierto es que el sol calentaba de lo lindo, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, el cielo se nublo y empezaron a caer algunas gotas. Eran los últimos coletazos de la primavera mediterránea antes de dar paso al verano tórrido. Pegando saltitos, como la familia a la que pertenece muy bien indica, Salticidae, la pequeña araña Philaeus se paseaba en busca de algo que cazar bajo las plántulas de las cornicabras. Creo que la especie en concreto es P. jugatus.
Philaeus
Philaeus jugatus
Entre nubes de mariposas, abejas, moscas y avispas, seguimos caminando, en dirección a la cruz que hay a medio camino, señal de retorno para nosotros porque se nos hacía tarde. Aún nos dio tiempo a ver algunos e interesantes seres. Por ejemplo, unas moscas del género Hemipenthes.

Hemipenthes sp.
Thyridanthrax fenestratus
Dos ejemplares de Argynnis pandora y un himenóptero curioso.
Dos ejemplares de Argynnis pandora y un himenóptero curioso.

Me llamó muchísimo la atención una invasión de Cuscuta envolviendo un grupo de plantas junto a una cuneta, hilos e hilos bermejos como si fueran lana ahogaban la vegetación.
Cuscuta
                                                                      Cuscuta
Graphosoma semipunctatum sobre los frutos verdes de Thapsia villosa.
Graphosoma semipunctatum sobre los frutos verdes de Thapsia villosa.

Lagartija colilarga oriental (Psammodromus jeanneae)
Lagartija colilarga oriental (Psammodromus jeanneae).

En cuanto llegamos a la cruz, nos dimos la vuelta a paso rápido, siempre sin dejar de observar. Los gorriones chillones (Petronia petronia), tan comunes en los tejados de Chinchilla, se juntaban con sus parientes los gorriones comunes (Passer domesticus) junto al antiguo matadero.

Izda.: gorrión chillón (Petronia petronia). Dcha.: gorrión común (Passer domesticus), macho.
Izda.: gorrión chillón (Petronia petronia). Dcha.: gorrión común (Passer domesticus), macho.

Vale, ya sé que me he desviado un poco del tema de la entrada (polinizadores), pero no puedo dejar de lado algunas observaciones que amenizaron todavía más el paseo. Ya era tarde y había que hacer la comida, así que nos dimos prisa en volver a casa.

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Lectura recomendada: Guía de los polinizadores de España, de Luis Óscar Aguado Martín, Alberto Fereres Castiel y Elisa Viñuela Sandoval. Libro de reciente aparación, esencial en la estantería del naturalista.