lunes, 30 de julio de 2018

Eclipse lunar

    La pasada noche del 27 al 28 de julio, se pudo disfrutar en gran parte de nuestro planeta de un evento casual que siempre llama la atención a la humanidad: un eclipse lunar que se pudo observar a simple vista en gran parte de la Península Ibérica y del mundo. Acudimos un grupillo de personas a observarlo desde una loma de la Sierra de Chinchilla. Allí, con telescopios, prismáticos y cámaras, disfrutamos de este evento astronómico rodeados de esparto e invertebrados.
La fotografía podría haber salido mejor, pero la niebla impedía a mi pobre cámara
sacar lo mejor de nuestro gran satélite.
    A nuestro alrededor se movían pequeños animales que merecían nuestro interés, insectos y arácnidos. En una coscoja cercana observé un machito de Parasteropleurus martorelli. En otra cercana, una hembra de Argiope lobata con su presa, una cigarra. Bajo una ramilla de otra coscoja, otro arácnido de la familia Eresidae: Stegodyphus lineatus, que habita en zonas áridas del contorno mediterráneo. Es curioso porque esta especie presenta matrifagia: las crías se alimentan de la madre y ella se deja devorar.
Stegodyphus lineatus en su tela. (Familia Eresidae).
    La belleza de la Luna nos tuvo embelesados varias horas (este eclipse era especial precisamente por su larga duración y porque coincidía con un momento en el que Marte se encuentra muy cerca de nosotros) y pudimos comprobar la redondez de la Tierra en la sombra proyectada sobre el satélite conforme transcurría el eclipse.
Eclipse lunar y Marte.
Un duro golpe para los terraplanistas.
    Sobre las 00.30, volvimos a casa. Por el camino, encontramos un insecto perteneciente a un orden que no había detectado en Chinchilla y que sabía que tenía que estar en la zona: un insecto palo, seguramente del género Pijnackeria.
Posible Pijnackeria sp. (Orden Phasmatodea).

martes, 24 de julio de 2018

Multitud de criaturas nocturnas en la sierra

    Las noches de verano son unos de los momentos del año que más espero que lleguen. Sentir la brisa que sopla sobre los matorrales en la nuca, el canto del chotacabras, el gritito del mochuelo, la estridulación de los ortópteros y el crujir del ramaje de los pinos con el movimiento de algún mamífero son eventos que me alegran el alma. El otro día (22-23 julio 2018), Ismael Ortiz y yo decidimos dar un paseo nocturno por la Sierra de Chinchilla. Quedamos sobre las 11 y volvimos a casa a las 3:15 de la madrugada, así que el paseo dio de sí. Nos metimos por un sitio al que solamente he ido una o dos veces, y no nos defraudó. Para empezar, por un camino a las afueras del pueblo encontramos una hembra de luciérnaga mediterránea (Nycophila reichii) iluminando.
Hembra de luciérnaga mediterránea (Nyctophila reichii) (fam. Lampyridae).
    No muy lejos de esta hembrita de luciérnaga, apareció en todo el medio de la senda una araña lobo de la especie Hogna radiata, uno de los licósidos más comunes en la zona. Y aclaro que les hago fotos por vicio ya, porque están por todos lados.
Hogna radiata (fam. Lycosidae).
    Poco a poco, fuimos llegando a la sierra e internándonos entre los montes. De pronto, junto a unas centáureas a las que me acerqué para observar con atención, detectamos una culebra de escalera (Zamenis scalaris) inmadura que dejó que la observáramos. A los pocos minutos, la dejamos proseguir su camino: la culebra de escalera es inofensiva y se alimenta de roedores y otros animales dañinos.
Culebra de escalera (Zamenis scalaris). 
Carpocoris mediterraneus atlanticus (fam. Pentatomidae).
    Otro arácnido que detectamos en varias ocasiones es la Argiope lobata, que es muy común entre los espartos, aunque esta estaba en un pino joven.
Argiope lobata (fam. Araneidae).
    Yo andaba buscando algún saltamontes del grupo de los Pamphagidae, y la noche, que era brumosa aunque bien iluminada por la Luna, nos regaló un Ocnerodes gigantesco.
Ocnerodes sp. (fam. Pamphagidae).
Una mantis que ya echaba de menos: Rivetina baetica (fam. Mantidae).
    Había tanta humedad en el ambiente, que se me empapó la mochila. Las nubes pasaban a toda velocidad ante la Luna y en la noche se oían y se olían todos los sonidos y aromas del monte mediterráneo... En lo que respecta a arácnidos, la noche fue muy productiva:
Araña de la familia Sparassidae.
Araña del género Xysticus. Fam. Thomisidae.
Detalle de la cara de una hembra de Lycosa hispanica. La tarántula española.
Fam. Lycosidae.
Detalle de la cara de Lycosa  cf. fasciiventris. Fam. Lycosidae.
    Finalmente, llegamos a una explanada donde siempre suele haber nidos de otra araña, la Uroctea durandi, no sin antes toparnos con un ciempiés casero (Scutigera sp.). Este año, la explanada de la que hablo está llena de vegetación (encontramos algunas mantis andurreando por allí y míriadas de saltamontes) y me llamó la atención encontrar cuatro nidos de esta araña de la familia Oecobiidae.
Uroctea durandi. Fam. Oecobiidae.
    En el camino de vuelta, encontramos otros dos insectos que ansiaba por ver este año. Dos grillos comunes en la zona iberolevantina, pero que solo he visto dos veces, hasta ahora.
Parasteropleurus martorelli hembra. Fam. Bradyporidae.
Parasteropleurus martorelli macho. Fam. Bradyporidae.
    Con estas bellas criaturas concluyó la caminata junto a mi amigo Ismael, buena gente donde las haya.

lunes, 16 de julio de 2018

Fantasmas en el monte

    Hace tiempo que no escribo, aunque no por falta de material sino por mantenerme entretenido en otras ocupaciones más importantes (académicamente hablando). Hoy toca actualizar el blog con unos cuantos insectos de estos días pasados.
    El otro día, mi hermana detectó un insecto que supo identificar más o menos (lo llamó "mariquita", es decir, el nombre castellano que se les da a los escarabajos de la familia Coccinellidae), trepando por un sillón de casa. Suerte que tenía un botecillo cerca que pude utilizar para capturarla (a mi hermana no, al escarabajo) y comprobar que se trataba de una especie que nunca había visto. Más tarde, me la llevé al monte y la liberé allí. 
Harmonia quadripunctata (fam. Coccinellidae).
    Después de liberar al pequeño coleóptero, continuamos el paseíllo, encontrando un joven conejo que oteaba atento desde su madriguera. A pesar de su abundancia, este lagomorfo (que no roedor) no suele aparecer en mi blog, y este me cayó bien, así que aquí va un retrato veraniego para ese animal:
Conejo (Oryctolagus cuniculus).
    Estamos en la época en que levantamos al vuelo a los sátiros (Hipparchia semele), una mariposa muy abundante en el campo mediterráneo español, que al plegar las alas parece que desaparece en el suelo o en cortezas de los árboles.
    Este año parece que va todo un pelín retrasado y estoy viendo plantas en floración todavía en pleno julio, aunque otras siguen con sus procesos normales.
Los espartos (Stipa tenacissima) ya tienen las espigas secas.
Ajo morado (Allium sphaerocephalon).
    Pero volvamos a los insectos. El paseo del otro día fue bastante productivo en lo que respecta a diversidad de especies. Hubo de todo, digamos.
Mantis (Mantis religiosa) en plena muda.
Scolia hortorum (fam. Scoliidae).
Moscas salteadoras (fam. Asilidae) en pleno acto.
Chinche (Eurydema ornata). Fam. Pentatomidae.
Saltamontes (fam. Acrididae).
Codophila varia. Fam. Pentatomidae.
    También vi dos Truxalis nasuta adultos que volaban como pájaros y uno acabó en un pino, a cinco metros de altura. Mi amigo Miguel Domenech me confirmó la especie y ayer fuimos a buscar algún Pamphagidae por Chinchilla, aunque teníamos en mente encontrar Truxalis, al final se nos hizo de noche por la zona donde suelen estar. Lo cierto es que fuimos bastante tarde y no encontramos ninguno, solo algún Oedipoda caerulescens y Calliptamus sp., aparte de dos ejemplares de Geomantis larvoides. Cuando oscureció, el aire comenzó a refrescarse y a soplar con fuerza, así que nos fuimos.
Sympecma fusca (fam. Lestidae).
Heliothis peltigera (fam. Noctuidae).