lunes, 26 de marzo de 2018

Primeras orquídeas del año e invertebrados ocultos

    Han pasado unos días desde que empezaron a surgir las primeras orquídeas en Chinchilla, cuya floración se ha visto frenada por las recientes borrascas que han traido hasta copos de nieve. El 11 de marzo, salimos Ismael y yo a bichear por los alrededores del pueblo y decidimos bajar a la llanura, donde el viento arremetía de vez en cuando contra nosotros y a veces caía un calabobos frío que casi no mojaba. Con él, vi las primeras Ophrys gr fusca, las más tempranas, siempre en unas laderas orientadas hacia el sureste. Son la especie más abundante en la Sierra de Chinchilla y continúan floreciendo hasta finales de abril-principios de mayo. Su floración se solapa con las del resto de Ophrys del lugar.
Ophrys gr fusca
Ophrys gr fusca
    En un casuto abandonado junto a una línea eléctrica y una rambla con un pequeño sauce, bajo una piedra cobijada por un bello almendro en flor, encontré tres arácnidos interesantes. Uno de ellos, el imponente terídido Steatoda paykulliana, no muy común por la zona, junto con un ejemplar que parece de la familia Dysderidae y otra araña sin identificar.
Steatoda paykulliana, ejemplar hembra.
Dysderidae
Salix sp.
    Tres días después, acompañé a Juan José Lucas para que viera alguna que otra orquídea, y de paso nos metimos en los páramos para buscar maquílidos, antiguos insectos considerados fósiles vivientes por los que estoy mostrando bastante interés últimamente. No encontramos ninguno, aunque sí aparecieron algunos artrópodos la mar de interesantes:
Heterócero sin identificar.
Buthus sp. Alacrán o escorpión amarillo.
Crisálida de un ninfálido. Sin identificar.
Julidae. Probablemente del género Ommatoiulus.
Las ootecas de las arañas del género Hersiliola
son muy fáciles de encontrar. La arañita que
realizó esta puesta utilizó una concha de Jaminia quadridens
para elaborar el capullo protector.
Embióptero que encontramos bajo una chapa, compartiendo hogar con una colonia de hormigas Crematogaster auberti.

jueves, 22 de marzo de 2018

Exploración botánica en Tobarra y Hellín

    El otro día (17.3.2018), tuve la maravillosa oportunidad de viajar al sureste de la provincia de Albacete con buena compañía. Tras encontrarnos Pablo López, Ramón Lucas, Casto Pérez y yo en Tobarra, dimos una vuelta por los alrededores del pueblo en busca de árboles emblemáticos. Entre las plantaciones de almendros, ciruelos y albaricoqueros de distintas variedades, llegamos al paraje de El Raso, con su famoso pino doncel (Pinus pinea), árbol singular de nuestra provincia. Con una altura de 16 m y un perímetro de tronco de 4,4 m, es un ejemplar muy llamativo e impresionante, como se puede observar en las fotografías.
Pino piñonero de El Raso. Tobarra.
El tronco dividido en gruesos ramajes es espectacular. Tobarra.
    Después de admirar el majestuoso pino de El Raso, continuamos dando una vuelta entre los albaricoqueros, que ya iniciaban su floración, distinguiendo entre el "moniquí" y el "pepito". Explorando ruinas y bosques cultivados de frutales, llegamos a un viejo albaricoquero plantado hace décadas, que todavía sobrevive y fructifica en las huertas tobarreñas.
Flores de albaricoquero (Prunus armeniaca), probablemente un moniquí.
Primavera tobarreña.
    A continuación, continuamos hacia la sierra de Abenuj, parando primero en otro árbol singular de la provincia: el eucalipto de La Pestosa, para seguir a pie después hacia otra zona donde queríamos observar el endémico rabogato de Abenuj (Sideritis serrata), planta clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como "En peligro crítico de extinción".
El eucalipto (Eucalyptus camaldulensis) de la Pestosa está plantado junto a un viejo balneario abandonado construido a principios del siglo XX y que cerró en los años 30. El ejemplar tiene 6,7 m de perímetro y 22 m de altura.
     Cuando comenzamos a explorar el hábitat del rabogato, me di cuenta de que estábamos en un sitio especial. Había decenas de ejemplares de Asparagus horridus, una planta que solamente había visto en las costas del sureste. También había, aparte de los omnipresentes esparto y romero, tomillos, oreja de liebre y romero macho, así como jara blanca, enebros, sabinas y uñas de gato. De vez en cuando, veía algún tenebriónido del género Pimelia. El viento soplaba con tal furia que casi me tiró al suelo en varias ocasiones, suerte que me sujetaban...
Este lugar debe de ser un oasis de biodiversidad en primavera y verano.
Aspecto general en invierno de Sideritis serrata en su hábitat natural.
Enebro de la miera (Juniperus oxycedrus) con escoba de bruja.
Sedum cf hirsutum
Ophrys fusca
    Dos plantas interesantes que vi entre el rocaje fueron Phlomis crinita y Hornungia petraea, una planta prácticamente microscópica...
    Después de un picoteo en Tobarra, continuamos hacia Hellín. A las afueras, Ramón nos llevó a un lugar donde crecían otras plantas muy interesantes y nuevas para mí.
Una especie de narciso silvestre que quería ver desde hacía tiempo, Narcissus dubius, común en el sureste.
No es fácil de ver en La Mancha albaceteña.
Narcissus dubius
Las características hojas de Lapiedra martinezii, bulbosa no rara en el sureste árido.
La cosa empieza a ponerse interesante si hay fentos cerca: Cheilanthes acrostica.
Centaurea pullata, floreciendo junto a una acequia.
     Finalmente, continuamos hacia la Microrreserva de los Yesares de Hellín y, aunque pudimos observar la flora característica del lugar, todas las especies estaban en modo invierno todavía. Además, la ventisca hacía difícil la toma de fotografías. Algunas especies que pudimos encontrar, típicas de suelos yesíferos y difíciles, indicadas siempre por nuestro "guía" Ramón, fueron: Helianthemum squamatum, Frankenia thymifolia, Lepidium subulatum Teucrium libanitis. Tras una breve visita a un yesar cercano, continuamos a los saladares de Agramón, donde comenzó a llover y a hacer más frío, así que decidimos cortar la excursión.
    Yo me quedé con más ganas de volver a visitar este curioso lugar de mi provincia, que conocía bastante poco, así que decidimos volver pronto, a ser posible, esta misma primavera.

lunes, 12 de marzo de 2018

Una triste historia sin remedio ~ Destruyen la única población conocida de Ophrys gr. sphegodes de Chinchilla

Destruida una población de Ophrys gr sphegodes en la Sierra de Chinchilla

    El pasado día 11 de marzo, detectamos Ismael Ortiz y yo los destrozos producidos para la instalación de un depósito de agua junto a la carretera en la Sierra de Chinchilla (Albacete), concretamente en la carretera de subida al Cerro de San Cristóbal. El panorama desolador del canchal donde se habían producido las obras albergaba, además, malas noticias para los amantes de la naturaleza y las orquídeas en concreto: la única población conocida en la Sierra Procomunal de Chinchilla de la orquídea Ophrys gr. sphegodes ha sido seriamente dañada y, seguramente, destruida, al arrancar y aplastar con cientos de kilos de tierra su pequeño hábitat. Casi todos los ejemplares se ubicaban bajo un gran arbusto de sisallo (Salsola vermiculata) y algunas otras bajo una aliaga (Genista scorpius). Además, en ese mismo canchal se habían detectado también otras especies de orquídeas como Ophrys lutea, Ophrys fusca y Ophrys speculum
    Las orquídeas abejeras del grupo sphegodes comprenden un conjunto de amplia variabilidad morfológica que ha propiciado la descripción de muchos taxones diferentes en nuestro país. El diseño de una H en el espéculo del labelo permite su caracterización, así como la pilosidad que lo rodea. Su floración se produce entre abril y mayo, unos días más tarde que el resto de orquídeas abejeras de la zona.
   El lugar elegido para la construcción del depósito de agua, que abastecerá a la futura urbanización de "El Cañaveral" fue también elegido por la Asociación para la Recuperacíon del Bosque Autóctono para realizar una reforestación simbólica en 2014, que incluía especies como la cornicabra, la encina, el romero y la jara blanca, para retener el suelo del sitio, muy propenso a derrumbamientos.
    Con esta actuación, Chinchilla debe decir adiós a una de las seis especies de orquídeas presentes en su Sierra.
Aspecto del hábitat destruido de las orquídeas abejeras desaparecidas.
Ophrys gr sphegodes del año pasado, en el lugar donde ya no está.