jueves, 25 de mayo de 2017

Estrenando web y algunas ilustraciones

   Hola a todos. Ya puedo decir, con gran orgullo, que dispongo de web oficial donde podéis ver mi trabajo como ilustrador naturalista: http://guillermogsauco.com/
    Espero que la disfrutéis. Os pongo una pequeña muestra de mis últimas ilustraciones a tinta:
Garduña (Martes foina) ~ GG-SS
Acinipe deceptoria  ~ GG-SS
Mosquitero común (Phylloscopus collybita) y jilguero lúgano (Carduelis spinus). ~ GG-SS
Erizo europeo (Erinaceus europaeus) ~ GG-SS
Setas de varias especies ~ GG-SS

jueves, 18 de mayo de 2017

Nuevas citas de flora (sorpresas) para la Sierra de Chinchilla y explorando la comarca Monte Ibérico-Corredor de Almansa

Lagarto ocelado (Timon lepidus), ayer en la Sierra de Chinchilla.
    Ayer (17.5.2017) fui con mi amigo Pablo López a bichear/plantear a la Sierra de Chinchilla. El día prometía, así que fuimos por la mañana a la zona del Cerro de San Cristóbal. Allí vimos bastantes cosillas, lo más interesante, una pareja de lagartos ocelados que salió despavorida de un terraplén.
El otro lagarto ocelado (Timon lepidus), ayer en la Sierra de Chinchilla.
    Cerca del repetidor, pudimos contemplar las vistas de Chinchilla desde lo alto del Cerro. Por allí pululaban pequeños animales, como las hormigas recolectoras (Messor barbarus) y una Empusa pennata.
Hormigas recolectoras (Messor barbarus) desgajando una piel de plátano. Chinchilla, 17.5.2017.
Empusa pennata, Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
    Resulta la mar de interesante contemplar todos estos pequeños seres aprovechando el buen tiempo, la floración de cientos de especies en la zona y el agua que ha caido estos meses pasados. Vimos varias especies de jarillas en flor: Helianthemum violaceum, Fumana ericifolia, Helianthemum hirtum... Da gusto ver cómo se van sucediendo las distintas floraciones, mientras que algunas empiezan a florecer al principio de la primavera y después decaen, otras especies necesitan temperaturas mucho más altas y sequedad para hacerlo, de ahí que algunas especies que se ven en flor ahora sigan estándolo a mediados de verano. Pudimos ver varias especies de jopo o "pijo" de lobo, como esta Orobanche amethystea que parasita al cardo corredor (Eryngium campestre):

Orobanche amethystea junto a la especie que parasita, el cardo corredor. Sierra de Chinchilla, ayer.
    Del Cerro de San Cristóbal fuimos directos sin entretenernos mucho a la zona de espartales, que es la que más me gusta. Allí volaban muchas mediolutos herrumbrosas (Melanargia occitanica), que ya vi hace unos días pero siempre se escapaban antes de llegar a ver qué especie eran, pero como ayer hacía bastante viento, conseguí capturarlas en forma de fotografía e identificarlas. La orquídea lagarto que presentaba en la entrada anterior seguía en pie, algo más pasada, pero todavía repleta de Heliotaurus. Allí observamos más flora y entomofauna interesante:
Ninfa de mántido. La de cosas que se ven si uno se queda quieto mirando el suelo...Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
Oruga de noctuido, desconozco la especie. Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
    También en esta zona encontramos plantas muy interesantes, algunas en plena floración, como Helianthemum hirtum, la curiosa compuesta que me presentó Pablo: Hedypnois rhagadioloides, Paronychia argentea, Gladiolus illyricus (por fin, andaba buscándolos), y una planta que no estaba en flor, que había visto en algún sitio ya, pero no sabía cómo se llamaba, el Astragalus clusianus, una planta muy espinosa que vive en zonas secas y semiáridas de la Iberia mediterránea:
Garbancillo (Astragalus clusianus), detalle. Sierra de Chinchilla, ayer.
    Y seguían apareciendo más artrópodos sin parar, algunos de ellos muy curiosos como los saltamontes cónicos (Pyrgomorpha conica), con dos libreas distintas.
Pyrgomorpha conica, forma parda. Sierra de Chinchilla, ayer.
Pyrgomorpha conica, forma verde. Sierra de Chinchilla, ayer.
Trichodes octopunctatus sobre lechetrezna (Euphorbia serrata). Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
    Después decidimos internarnos más dentro de la Sierra, donde no suelo ir, pero a zonas que he visto de lejos. Por esos rincones encontramos más flora y fauna.
Abejarucos europeos (Merops apiaster). Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
Allí, nos llevamos el primer sorpresón del día, una nueva especie de orquídea para la zona: la orquídea becada (Ophrys scolopax). Con esta son ya cinco las especies de Ophrys que tengo vistas en la zona, seis especies de orquídeas contando la Himantoglossum, y creo que debe haber más especies por ahí...
Orquídea becada (Ophrys scolopax). Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
Otro ejemplar de orquídea becada. Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
   Seguimos viendo muchísimas especies más de flores, contando rosales silvestres, cientos de linos blanco y azul, globularias, Onobrychis... así como más insectos. Me guardo algunas fotos, porque si no, no acabamos (jeje). Encontré un pequeño Trichodes leucopsideus sobre una flor de lino azul, y una colonia de Iberoformica subrufa, una hormiga endémica de la Península Ibérica, y también una mariposa Colias crocea.
Me resultó curioso el comportamiento de estas Iberoformica subrufa. Viven en sitios que reciben mucha insolación, caminan a toda velocidad, parándose a tramos. Iban siempre con las mandíbulas abiertas de par en par. Este par de la foto está así porque la hormiga de la derecha acudió veloz a morderle las patas al ejemplar de la izquierda cuando estaba enfocando  la hormiga que porta la semilla. Curioso, quién sabe qué tendrán en la mente.
Trichodes leucopsideus sobre lino azul.
Explorando, disfrutando como un crío.
    Y ahora, otra sorpresa botánica en la zona, bastantes matas de aristoloquia menor (meloncillos), Aristolochia pistolochia. ¡Maravillosas!
Aristolochia pistolochia, Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
    Decidimos volver al coche para seguir explorando otras zonas de la Comarca Monte Ibérico-Corredor de Almansa, no sin antes observar más flores y animales.
Jurinea humilis. Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
Gladiolo silvestre (Gladiolus illyricus) en el centro, tomillo (Thymus vulgaris) a la derecha y gamón al fondo.
Collalba rubia (Oenanthe hispanica). Sierra de Chinchilla, 17.5.2017.
    En Alpera, visitamos dos árboles singulares, un olmo común (Ulmus minor) y una poderosa encina en medio de un campo, una de cuyas ramas se había tronchado, pero seguía siendo imponente.
Olmo (Ulmus minor) singular en Alpera.
Encina singular en Alpera. Fotografía de Pablo López Aracil.
    Finalmente, nuestra aventura concluyó en las ramblas de la Sierra de Higueruela. Allí encontramos arroyos que no me imaginaba que pudieran existir por esa zona, con bosque de ribera (sauces, olmos, chopos, herbazales húmedos...) y más árboles singulares. Pero lo que más llamó nuestra atención fue encontrar varios rodales de dos orquídeas distintas: Limodorum abortivum y Cephalanthera damasonium, entre encinas, pinos piñoneros y álamos. En aquellas ramblas tan húmedas nos sorprendió ver lo verde que estaba todo y la humedad que reinaba, y avellanos junto al agua. Grandes chopos destruidos por el paso del tiempo y las talas de los hombres seguían en pie como podían.
Cephalanthera damasonium, Higueruela, 17.5.2017.
Limodorum abortivum, Higueruela, 17.5.2017.


El río Brandivino, digo, una rambla en Higueruela. 17.5.2017.
Un viejo chopo abierto en cuyo interior crecían setas, líquenes y vivían pequeños seres...
No me digáis que no es bonito el paisaje. Es La Comarca...
    Pablo y yo decidimos volver a casa hacia el final de la tarde. Disfrutamos como enanos y encontramos muchas especies sorprendentes de flora y fauna (teniendo en cuenta que quien escribe considera sorprendente hasta a un gorrión), como veis hice muchísimas fotos (más de 390 en la tarjeta de memoria) así que he tenido que omitir cientas. Cada vez me gusta más salir al campo y encontrar nuevos seres con los cuales compartimos esta existencia nuestra, uno se deja el antropocentrismo a un lado para sentir que forma parte de algo mucho más grande. A veces (me) viene bien desconectar de la vida humana e internarme en la naturaleza, donde lo que hay es verdadero, sin muros de desconfianza ni comportamientos fuera de lugar, y si es con buenas personas como Pablo, todavía mejor, ¿no?

Gracias por leerme.

jueves, 11 de mayo de 2017

Himantoglossum hircinum en Chinchilla

Orquídea lagarto (Himantoglossum hircinum). Sierra de Chinchilla, 10.5.2017.
Orquídea lagarto (Himantoglossum hircinum). Sierra de Chinchilla, 10.5.2017.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Operación Tartonraira: grandes sorpresas en la Sierra de Chinchilla

    Bueno, pues el día 7 de mayo fui a la Sierra de Chinchilla a buscar más flores y os voy a contar un poco. Yo iba con la intención de encontrar algún gladiolo en los espartales (creo que hace años vi uno, pero no estoy seguro, así que quería comprobar si había. Ya os adelanto que no vi ninguno), pero luego me decanté por ir a la ladera de las sanamundas (Thymelaea tartonraira), una planta no muy fácil de ver en nuestra zona, pero que tiene algunos reductos en la parte oriental de Castilla-La Mancha. Para ir andando, esa ladera queda un pelín lejos, sobre todo si te vas parando todo el rato en cada bicho o planta que ves, como hago yo. En ese momento, después de comer (mi caminata duró nada más y nada menos que 6 horas), no podía imaginarme qué me iba a encontrar en este paseíto. Salí y atravesé el aparcamiento de la rambla del Cañaveral que aun estando cubierto de grava, consigue atraer fauna interesante en las laderas que lo rodean, donde aún quedan olmos autóctonos y además plantaron arbustos espinosos como rosales silvestres y majuelos: los ruiseñores cantaban a viva voz y las currucas cabecinegras se lo pasaban a lo grande revoloteando de rama en rama. Allí vi los primeros cardos marianos (Sylibum marianum) de la zona en flor. Subí la cuesta que lleva al monte y me dirigí por un sendero entre los pinos hacia la Era del Ataúd. Por el camino me entretuve fotografiando unas florecillas en el borde de la carretera: Centranthus calcitrapae, murajes (Anagallis sp.) y una especie de campánula que no conocía, la Campanula erinus.
Campanula erinus, Anagallis sp. y Centranthus calcitrapae. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    Intenté llegar rápido a la Era del Ataúd sin detenerme mucho más, pero vi un herbazal interesante para insectos así que bajé una ladera poco antes de llegar y me pegué un trastazo contra el suelo, menos mal que nadie me vio, porque fue ridículo (*risas*). En ese herbazal encontré una lagartija colilarga oriental (Psammodromus jeanneae) que al principio se asustó y corrió a esconderse en las hierbas, pero finalmente dejó que la observase con atención. Me miraba y entornaba los ojillos.
Lagartija colilarga oriental (Psammodromus jeanneae). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    De ahí ya fui directo a mi espartal, que por fin empieza a despertar, aunque se toma su tiempo. Al borde del pinar encontré unas matas pequeñas de hierba de la plata (Argyrolobium zanonii) que, posteriormente, me identificó Álvaro García Valero. En el espartal encontré algunas flores. A lo lejos podía ver las primeras matas de lino blanco (Linum suffruticosum) en flor.
Lino blanco (Linum suffruticosum). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
Algunas flores tenían visitantes: meloideo sobre lino blanco. 7.5.2017.
    A partir de este lino blanco, la cosa ya empezó a ponerse más interesante. Unas gangas ibéricas (Pterocles alchata) alzaron el vuelo de detrás de unos espartos, con sus gorjeos característicos, mientras los aláudidos cantaban con fuerza. Daba unos pasos y en seguida algo llamaba mi atención. A mi alrededor, las espigas de los gamones florecían con blanca pasión contra el verde de los pinos y el azul del cielo. Una mata de encina muy achaparrada me cautivó: tenía en sus brotes agallas de Plagiotrochus quercusilicis.
Agallas de Plagiotrochus quercusilicis sobre encina. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    En el suelo del espartal, las hormigas recolectoras Messor barbarus iban de aquí para allá, poniendo las entradas de sus nidos a punto. Otras especies de hormiga también andaban por allí como Aphaenogaster sp. Una pequeña Temnothorax sp. andurreaba en torno a los estambres de una flor de gamoncillo (Asphodelus ayardii). Me fijé en las primeras flores de un cardo del género Carduus que siempre he identificado como Carduus platypus subsp. granatensis, aunque ahora ya dudo porque también podría ser Carduus nigrescens. Todavía no había muchas flores, solo vi dos y sobre una de ellas, un asustadizo curculiónido (gorgojo) del género Lixus que giraba en torno a la flor para esconderse conforme yo daba vueltas para fotografiarlo bien.
Lixus sp. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
 Los botones de oro (Ranunculus gramineus) sobresalían entre los espartos, nunca había encontrado tantos en floración a la vez.
Botón de oro (Ranunculus gramineus). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    Anduve unos minutos más entre los espartos y las aulagas chicas, encontrándome con lagartijas cenicientas y empusas. Hace poco cambiaron la taxonomía de la lagartija cenicienta, pero la foto no me permite identificarla, así que la dejo como Psammadromus cf hispanicus.
Lagartija cenicienta. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
Muchos aquí verán un secarral. ¡Yo veo tantísimas cosas, tanta riqueza natural!
Podría vivir en este lugar y descubrir cada día algo nuevo.
Confieso que me apena que la gente desprecie los páramos. Muchas veces atesoran más especies que un pinar.
Mantis palo (Empusa pennata). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
Abeja melífera (Apis mellifera) sobre gamonita (Asphodelus ayardii). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    Del espartal pasé directamente a un herbazal que hay poco antes de llegar a las barbacoas y allí me entretuve con flores anuales: salvia gallocresta o verbenaca, pamplinas, amapolas, lechetreznas... hasta vi varias matas de marrubio español (Marrubium supinum), con sus bolas de flores rosadas. Y me di prisa en atravesar los caminos hasta el Cuco.

Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    Finalmente llegué casi al Bosque de las Palabras, lo mío me costó. Cada vez estaba más cerca de las bufalagas o sanamundas (Thymealea tartonraira). Me pareció emocionante empezar a encontrar plantitas interesantes que no se ven en otras zonas de la Sierra, como los pinillos de oro (Hypericum ericoides) o la primera sorpresa botánica de la tarde: la coronilla (Coronilla minima subsp. lotoides). 
Coronilla minima. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
Un pequeño crisomélido, Cryptocephalus sp. que encontré en las flores de coronilla. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    Finalmente, vi las famosas Thymealea tartonraira subsp. valentina. No es una planta llamativa, pero tiene su interés ya que es un endemismo setabense (único del E de la Península, setabense: relativo a la zona de Játiva, Valencia, etc.), raro en general en la provincia de Albacete, aunque aparece en algunos puntos, como aquí.
    Permanecí poco tiempo prestando atención a las sanamundas, la verdad es que no son una planta resultona físicamente, pero era algo que "tenía" que ver. El paisaje desde esa cingla de la sierra, si bien bastante "normal", me atrajo bastante, me pareció bonito.
Sanamunda (Thymelaea tartonraira subsp. valentina). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
Gamones al borde de la Sierra de Chinchilla. La montañita del fondo es el Villar de Chinchilla,
los confines orientales de La Mancha casi.
A la izquierda de la montaña, hay otra que parece más pequeña, es el Mugrón de Almansa.
Flor de ruda (Ruta angustifolia). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.

    Y estando allí, encontré una Zygaena lavandulae, un insecto precioso que tampoco tenía registrado en este lugar. Inconfundible con su "collar" blanco, se dejó observar y fotografiar con tranquilidad. Bienvenida sea:
Zygaena lavandulae. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    Poco a poco, el sol descendía y cada vez había menos luz en esa ladera orientada al sureste. Pero antes, una última sorpresa para mí: desde donde estaba, vislumbré unas espigas amarillas que resultaron ser algunas matas de albaida (Anthyllis cytisoides), una planta que no se ve por La Meseta mucho. De hecho, es una planta bastante termófila, pero se ve que ahí encuentra un buen sitio donde crecer. Estuve un rato mirándolas, no me lo esperaba para nada. Ni sabía que había albaidas en Chinchilla, pero como he dicho con la Zygaena, bienvenidas sean. Ahora explico por qué me llamó tanto la atención verlas ahí: como he dicho, la albaida es una planta muy termófila que prefiere zonas muy soleadas y secas, con pocas heladas. Muchas veces, por esta época, cuando uno viaja en tren desde Alicante o Murcia o Valencia hacia Albacete y se fija en cómo cambia la vegetación hacia una zona con inviernos más fríos, estas plantas resultan bastante llamativas en el campo. No son muy altas ni su amarillo tan resultón como el de las genistas, pero igualmente atraen la mirada de los viajantes (o a lo mejor solo la mía...). Estuve un rato flipando con las albaidas y luego me senté.
Albaida (Anthyllis cytisoides). Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.
    Me quedé un rato sentado en el escalón de la Sierra. La temperatura descendía poco a poco conforme llegaba la noche y todo se tornaba dorado con los últimos haces solares. Olía bien. Zumbaba una abeja cerca, una preciosa Rhodanthidium sticticum, gran amante de las flores de jara. Olía a romeros húmedos. Cerca de mí vi uno de sus principales habitantes, el escarabajo del romero (Chrysolina americana). Un pequeño saltamontes saltó cerca, una ninfa de Calliptamus. En la pared amarillenta sobre la que me reclinaba había grietas de las que salían zapatitos de la virgen (Sarcocapnos enneaphylla), esta planta me recuerda a la athelas de la Tierra Media, no sé por qué.
    Decidí volver a casa. Todo era de color dorado y las espigas de los gamones saludaban al pasar por delante. Los pinos también. Todo saludaba, se despedían de mí. Cerca del Cuco, las aves cantaban: al-fan-huííííí, al-fan-huíííííí decían los alcaravanes, con sus ojos amarillos para ver mejor en el crepúsculo. La cogujada se posaba en los majanos y cantaba, y luego se iba y no volvía. El viento acariciaba las plantas. Qué buen sitio para descansar, pensé, y me fui.
Carduus sp. al atardecer. Sierra de Chinchilla, 7.5.2017.