sábado, 2 de julio de 2016

Himenópteros de mayo y junio | Hoc erat in votis*

     ¡Por fin! Hoc erat in votis. Hace unos meses, construimos en el patio una jardinera de obra, no muy grande, pero  lo suficiente como para albergar arbustos, arbolitos y otras plantas que con sus flores y hojas servirán para atraer invertebrados y otros pequeños animales. Qué alegría encontrarme con himenópteros, dípteros, coleópteros, hemípteros, lepidópteros, arácnidos... dentro de mi propia casa, viviendo sus vidas, con sus típicos quehaceres, metamorfosis y costumbres. Ahora os voy a contar todo lo que he observado desde que volví a España, en el patio, con este nuevo aliciente: la jardinera.





Rhodanthidium sticticum. GG-SS
    Qué deleite, en mi propia casa, poder observar al Rhodanthidium sticticum, un himenóptero de aspecto herrumbroso, de blancas escopas (pelos para recoger polen, situados, en esta especie, bajo el abdomen), gran amante de las flores de jara, que estuvo visitándolas durante mayo y junio. Si bien no era la primera vez que la veía, nunca las había visto en tal abundancia, pero como los Cistus florecían sin cesar, atraían a numerosos individuos...
    Estas abejas solitarias ponen sus huevos en conchas de caracoles vacías, en celdillas que recubren con piedrecillas y rellenan con un pastel de pólen y néctar (Bosch et al., 1993). A mí me recuerdan a los Anthidium pero de color rojo en vez de amarillo. Preciosa, ¿verdad?
Rhodanthidium sticticum sobre una flor de jara blanca (Cistus albidus).
    Hay dos especies de avispas que han tomado el patio desde que las Rhodanthidium se fueron (esas no volverán hasta el año que viene): la avispa papelera (Polistes sp.) y la alemana (Vespula germanica). Se acercan a los puntos de humedad e incluso les he puesto un plato con agua (locuras mías) para observarlas bien. Las avispas papeleras y cartoneras construyen sus colmenas con "pasta de papel" que fabrican con la boca, mezclando pasta de madera y agua (por eso acuden siempre al agua). Un día les dedicaré una entrada íntegra a estas curiosas trabajadoras con tan mala fama.
Avispas papeleras (Polistes sp.) bebiendo agua. 
Reina de avispa alemana (Vespula germanica), observada el 30.06.2016. No parecía encontrarse en buenas condiciones.
    En lo que respecta a agresividad, yo diría que la avispa alemana suele ser más agresiva que la papelera, por lo que he observado. La forma de volar es totalmente distinta, el vuelo de la avispa alemana es mucho más directo que el de la papelera, que parece volar como si no tuviera destino.
   Las abejas también son atraídas por la floración estival de la lavanda. Aunque no pude fotografiarla, me sorprendió ver una abeja de la miel (Apis mellifera), libando en la flor de la adelfa... Me pregunto si el polen de esa planta será también venenoso y si iría a parar a una colmena doméstica. No es esta la especie más común en el patio.
Anthidium sp.
      Las abejas y avispas solitarias son muy abundantes y han ocupado muchos de los agujeros del hotel de insectos. La verdad es que estoy orgulloso, pronto construiré nuevos refugios de insectos.
Abeja del género Anthophora, creo. Muy común en el patio. 
    Un grave zumbido avisa de la llegada de una enorme abeja carpintera (Xylocopa violacea) que viene a las flores del jazmín chino. Grande y tranquila, su enorme tamaño es engañoso, pues si se acercan a nosotros es más bien para "ver" qué somos.
Abeja carpintera (Xylocopa violacea) libando flores de Trachelospermum jasminoides.
    Hay muchos otros grupos de invertebrados que vienen al patio a alimentarse o buscar refugio, y no solo ellos, también aves, reptiles y hasta mamíferos... Pronto, más.

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*Esta frase, tal era mi deseo, es un guiño a Jean-Henri Fabre (1823-1915): en uno de sus libros, comienza hablando de su nuevo harmas, un terruño con una casita en la Provenza, donde puede, por fin, dedicarse a la observación de los himenópteros en su ambiente, sin perder el tiempo viajando al campo a verlos, porque, con ese nuevo hogar, consigue vivir directamente en el campo. Fabre, a su vez, recuerda al poeta romano Horacio (65 aC-8 aC), que titula así uno de sus poemas. Ese primer capítulo se llama como esta entrada. Aquí va mi minúsculo homenaje a ese gran entomólogo cada vez menos conocido.


Más información:
-Bosch, J., Vicens, N. y Blas, M. (1993) Análisis de los nidos de algunos Megachilidae nidificantes en cavidades preestablecidas (Hymenoptera, Apoidea). Orsis, 8, pp. 53-63.