sábado, 29 de julio de 2023

Viaje a Costa Rica IV: dejamos Tortuguero

14 de abril

Nos levantamos el último día en Tortuguero pronto, para observar aves en el jardín del hotel. Mi mujer fue muy insistente al despertar para que fuéramos a buscar bichos, así que en seguida nos pusimos en marcha. Nuestro guía, Miguel, nos había dicho que iba a estar por ahí viendo aves, así que fuimos a buscarlo. Justo al salir de la habitación, miramos las oropéndolas de Montezuma montando sus nidos. No lo sabíamos todavía, pero Tortuguero fue el sitio donde más oropéndolas vimos.

Oropéndola de Montezuma (Psarocolius montezuma)

En seguida, llegamos al jardín de mariposas donde habíamos estado la tarde anterior. Solamente vimos un ejemplar de la anaranjada Dryas iulia, y también nos encontramos con nuestro guia, Miguel, y con varias personas más, como un matrimonio canadiense muy agradable con el que hablé varias veces. La mujer parecía muy interesada en fotografiar todas las aves e insectos que pudiera y el marido la seguía, y a mí me pasaba algo igual que a la mujer. Creo recordar que se llamaban Karen y David.

Dryas iulia sobre Lantana camara.

El jardín tenía muchísimas plantas tropicales, casi todas nuevas para mí, y Miguel nos habló de varias de ellas, mientras de vez en cuando aparecía un pájaro nuevo del que contarnos curiosidades en inglés y español. 

Ixora coccinea

Trepatroncos barrado norteño (Dendrocolaptes sanctithomae)

Caesalpinia pulcherrima

Bixa orellana. Llamada "bija", de sus frutos se extrae un colorante de color rojo que los nativos utilizaban para colorearse la piel. Miguel nos demostró cómo se hacía.

Averrhoa bilimbi. Miguel nos animó a morder este fruto, cuyo sabor, según dijeron, era como el tequila. Como nunca he probado el tequila, no sé a qué sabe, por lo que solamente puedo compararlo con un limón muy ácido pero a la vez, refrescante.

Averrhoa bilimbi. Flores y frutos a la vez. Esta planta presenta caulifloria, es decir, sus flores brotan directamente del tronco.

Glaucis aeneus, el colibrí ermitaño bronceado.

Este tirano tropical (Tyrannus melancholicus) estaba muy interesado en ver lo que hacíamos.

Semillero variable (Sporophila corvina). Lo vimos cuando ya nos volvíamos a desayunar, comiendo semillas en el césped junto con otros ejemplares de su especie.

Cuando ya, de vuelta al restaurante, terminábamos de desayunar, vi una enorme garza tigre llegar a una rama junto al balcón al otro lado de las mesas. Me levanté corriendo a admirarla y fotografiarla. El animal también estaba pendiente de nosotros, pero sabía que no podíamos hacerle nada. La mujer canadiense que nombré antes y que tan interesada parecía estar en las aves que veíamos, Karen, estaba con su marido, en la mesa más cercana a la garza. There's a tiger heron here, if you'd like to take a picture! - le dije, y la mujer, muy entusiasmada, se giró y se levantó corriendo para fotografiarla. Luego me dijo: Por favor, ¿puedes hacer foto? mientras se señalaba a ella misma y a su marido, y yo le contesté Of course! I speak English, you know? haha. Ella se rió. ¡Pero si le acabo de hablar en inglés! pensé. 

Tigrisoma mexicanum, la garza tigre.

Después del desayuno, nos dirigimos al muelle para coger la barca que nos habría de llevar de nuevo al embarcadero de Caño Blanco. Allí me entretuve mirando algunos animales, como esta curiosa araña, Gasteracantha, que no es tan grande como parece y que tenía muchas ganas de ver, así como un enorme escarabajo longicorne del género Callipogon que reposaba sobre una hoja de palmera. Este insecto causó sensación entre los turistas que estábamos por allí.

Gasteracantha cancriformis

El enorme Callipogon cf. lemoinei

No estoy seguro de si este pájaro es del género Pitangus o Megarhynchus, porque se parecen mucho. Quizá algún lector o lectora podría identificarlo con esta foto.

Estaba haciendo su nido en el techo de una de las embarcaciones.

De camino al muelle, alejándonos de Tortuguero, vimos más animales en la selva que bordea la laguna de Parismina. Lo más llamativo fue un tucán arcoíris (Ramphastos sulfuratus) que por fin pude fotografiar adecuadamente (esta ave era una de las que más ganas tenía de ver) y un perezoso rascándose. Los boteros son muy considerados y siempre paran y giran el bote para que todo el mundo pueda ver a los animales de la selva.

Tucán arcoíris (Ramphastos sulfuratus)

Mono araña (Ateles geoffroyi). Fijaos en su cola prensil, característica de los monos platirrinos o del Nuevo Mundo.

Perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmannii) rascándose.

Perezoso de dos dedos rascándose.

Una de las preciosas mariposas que vimos en Costa Rica, Anartia fatima. En el embarcadero de Caño Blanco, sobre una flor de zinnia.

Estuvimos un rato esperando al autobús, mientras curioseábamos por ahí. Yo me fijaba en todo, en los troncos de las palmeras, donde crecían pequeños helechos epífitos, en el rápido vuelo de una libélula negra y amarilla que me habría encantado ver al detalle, en las mariposas, en las avispas, en la gente, en las lenguas que hablaban, en lo guapa que estaba mi mujer, en el calor y la humedad tan agobiantes... Tomé varias fotografías con el móvil y las subí a iNaturalist. Después, tomamos rumbo al siguiente destino, el Volcán Arenal. Nos despedimos de Miguel, que fue un gran guía y a quien deseamos todo lo mejor, y continuamos con nuestro viaje por Costa Rica, esperando disfrutar todavía de muchas de las maravillas que nos esperaban.

Continuará.

Mis vecinas las salamanquesas

Tengo el patio un poco abandonado, pero la otra noche salí un momento al fresco. En los revoltones del porche y en las paredes, junto a los faroles, encontré varios ejemplares de los animales más carismáticos que corretean por las paredes: las salamanquesas comunes (Tarentola mauritanica). Son reptiles muy urbanos que se han adaptado a los grandes muros de pueblos y ciudades en buena parte del Mediterráneo. En mi zona, es fácil ver estos gecos en torno a las farolas de las paredes, por la noche. A veces se ven muchos individuos en torno a ellas. 

Salamanquesa común (Tarentola mauritanica)
Las salamanquesas son animales asiduos en este blog todos los veranos, pero no puedo evitar maravillarme con su aspecto y costumbres. Recuerdo oir sus "cantos" toda la vida, desde pequeño. Un rápido "crujido" seguido de un pequeño cacareo sordo: ¡Kjjjt! Koro-koro-koro. Es una especie de canto que los gecos emiten para comunicarse entre ellos. No he encontrado ningún estudio al respecto, quizá sea un reclamo para indicar la presencia del macho en su pequeño territorio o qué sé yo.

Salamanquesa común (Tarentola mauritanica) en el techo.
Estos animales son la mar de beneficiosos, aparte de ser totalmente inofensivos. Se alimentan de decenas de mosquitos, moscas, polillas, etc. cada noche. Fijaos en la punta de sus dedos en forma de disco. En la superficie inferior de estos dedos, cuentan con unas laminillas que les permiten adherirse prácticamente a cualquier superficie.
Salamanquesa común (Tarentola mauritanica)
A pesar de algunas leyendas falsas sobre estos pequeños animales, las salamanquesas prosperan junto a nosotros, mientras permanecemos ajenos a los beneficios que nos aportan. 

En mi libro favorito, Industrias y andanzas de Alfanhuí de Rafael Sánchez Ferlosio (1951), cuando el joven protagonista llega a la villa de Madrid en su viaje, las salamanquesas hacen su aparición. Ferlosio las describe con cariño, bajo el manto del realismo mágico de esta novela única:

Alfanhuí abrió la ventana de su cuarto. Una mañana limpia en los balcones de Madrid. Era fiesta. Alfanhuí miró hacia arriba. El alero estaba cerca de su ventana. Asomaban las puntas de las vigas, pintadas de marrón descolorido, como taruguitos de madera resquebrajada. Encima se veían las tablas que sujetaban las tejas, arqueadas por la lluvia. Habían perdido, con el tiempo, todos sus nudos y dejaban rendijas entre una y otra, guaridas de gecos. Alfanhuí se acordó de los gecos de su casa que daban su gritito al oscurecer y salían a cazar moscas, tarantuleando por las paredes, tan vivos y espantosos. Mucho más bonitos que las lagartijas, pensó, a pesar de su gris sucio y sus verrugas; con sus ojitos de mochuelo que miran a distintas partes, siempre abiertos de par en par, con su cabeza ancha y guasona; con sus manitas de discos diminutos, como lentejuelas enhebradas. Amantes de la oscuridad, salen a la hora del crepúsculo, perezosos, como restregándose los ojillos después del sueño. Pronto se espabilan y son los más ágiles, los mejores trepadores, compañeros de las arañas con las que comparten el cupo de moscas de cada verano. Sus mejores guaridas son las barrigas de los lucidos, entre la cal y el ladrillo, de algunas casas mal hechas. Nadie sabe que sus colores son maravillosos. Porque han tomado el hábito de monjes ermitaños cuando se les ha pegado el polvo de los descanes. Pero el día de su muerte, si se pudren al sol, rezuman de sus barriguitas prodigiosos tornasoles verdiamarillos y un olor a heno, higos y almizcle, como un olor de santidad. Cuando nacen, son blancos y temblorosos como los pichones. Luego, su metamorfosis es como la de los cervatillos o los jabatos y se visten de pintas oscuras, hasta que toman los hábitos de su religión y se van a vivir a las cuevas, en madura edad. ¡Cuántos gecos había en casa del maestro, cuántos en casa de su madre! Eternos compañeros del sereno, cuando a puestas de sol, baja el escalofrío de la noche.

Salamanquesa común (Tarentola mauritanica)

martes, 18 de julio de 2023

Libélulas a 37 ºC

Odio el calor extremo del verano. Es algo superior a mí que me pone de un mal genio que no hay quien me mire. Por desgracia, noto que los episodios de calor extremo (más de 38 ºC) cada vez son más comunes en España, y esto es algo que he comentado con algunos amigos aficionados también a la meteorología. Cada vez el frío del invierno dura menos y el verano se va alargando y alargando... 

El mundo animal nos da señales de que algo está cambiando en este aspecto. Es el caso de las libélulas, insectos antiguos cuya morfología prácticamente no ha variado en 300 millones de años, y que, gracias a sus potentes alas, son capaces de viajar largas distancias. Así, se ha constatado la reciente aparición de especies de libélulas africanas en la península ibérica en las últimas décadas, y yo he podido comprobarlo con mis propios ojos, en mi propia ciudad y zonas cercanas, como ya observamos en el estudio sobre odonatos que realizamos hace pocos años en Albacete. Hablo de especies africanas que se han asentado en España como Trithemis kirbyi, T. annulata, Orthetrum chrysostigma o Brachythemis impartitacuya colonización es muy reciente. En el norte de Europa está ocurriendo lo mismo, con especies de libélulas clásicamente mediterráneas que se desplazan hacia latitudes más altas. El planeta se resiente y los cambios repentinos en las distribuciones de los animales son muestra de ello: no hay más que salir al campo y observar la naturaleza para darse cuenta. 

Pero bueno, la entrada no va sobre cambio climático y libélulas. Va solo de libélulas, lo que pasa es que son un grupo muy interesante para observar este fenómeno. Hoy, en plena ola de calor (hasta 43 ºC en Albacete), salí por el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha para hacer unas fotos que me habían pedido y, de paso, me he fijado en algunos odonatos que volaban en la recreación de la laguna kárstica de Ruidera. Esta laguna es interesante porque la cruza un puente por encima, por lo que se puede observar todo desde cierta altura. A pocos centímetros de la lámina de agua, como siempre, se veían pequeños caballitos del diablo (Ischnura graellsii y Erythromma lindenii), con vuelos lentos pero directos. De repente, a mayor altura sobre la lámina de agua, un rayo azulado ha pasado a toda velocidad para encontrarse con otra libélula de similares características: era una Anax parthenope que, patrullando su territorio, ha detectado la presencia de una libélula emperador (Anax imperator) y ha volado a toda velocidad a expulsarla. Me ha resultado llamativo ver tres Anax parthenope y solamente una A. imperator, cuando hasta hace solo tres años, la presencia de A. parthenope en el Jardín Botánico era casi testimonial. No sé a qué se debe esta aparición repentina.

Anax parthenope

Después me he dirigido a la balsa de los huertos o alberca de las libélulas. Allí he vuelto a ver a la libélula emperador, pero... de otra manera. El aleteo membranoso ha captado mi atención en seguida. Marcaba el termómetro 37 ºC.

Libélulas emperador (Anax imperator) en pleno tándem sexual.

También he podido ver otras especies de odonatos que aguantaban estoicamente el calor canicular e incluso ponían huevos en el agua de cocido.

Ischnura graellsii comiendo algo.

Crocothemis erythraea

Erythromma lindenii en tándem. El macho es el de la izquierda, la hembra se puede ver poniendo huevos en el agua.

Erythromma lindenii descansando.

Mientras tanto, las ranas comunes (Pelophylax perezi) se bañaban o se asoleaban tranquilamente en el interior de la alberca. Incluso he podido ver un amplexo de ranas que no he podido fotografiar, porque en seguida se han sumergido con un rápido chapoteo.

Rana común (Pelophylax perezi) descansando sobre una maceta de nenúfares.

martes, 4 de julio de 2023

Fauna y flora observadas en Andorra (agosto 2022)

Entre unas cosas y otras, no me había dado cuenta de que no había subido nada sobre nuestro viaje a Andorra, en agosto de 2022 (ahora que lo pienso, tampoco subí nada del viaje a Asturias y Cantabria de 2021... Bueno, da igual). Lo cierto es que en 2022, mi mujer (novia, en aquel momento) y yo fuimos dos veces a los Pirineos y tengo que confesar que me gustó más el viaje de Huesca que el de Andorra, ya que los paisajes son más impresionantes, aunque vimos más fauna en Andorra (era verano, claro). En esta entrada hago un resumen muy rápido de todo el viaje, con los aspectos más interesantes.

Antes de viajar a Andorra, adquirí dos guias de campo, una es la Guía del naturalista de los Pirineos (Planeta) y Vida salvaje de los Pirineos (Gallocanta). Me sirvieron mucho.

El primer día, tras comer en Tarragona, cruzamos la frontera entre España y Andorra y llegamos a nuestro alojamiento, en la localidad de Erts. Nos entretuvimos viendo el paisaje, un pueblo y un riachuelo, y atravesamos Andorra La Vella (cast. Andorra La Vieja). La sequía estaba causando estragos en los Pirineos. En todos las laderas se veían robles con las hojas totalmente secas. En las umbrías de las montañas, se veían grandes bosques mixtos de álamos temblones (Populus tremula), pino albar (Pinus sylvestris) y abetos (Abies alba). Desde la ventana del hotel, era lo que podía ver, así como algunos olmos de montaña (Ulmus glabra) y fresnos (Fraxinus excelsior).

Bosque mixto con álamos temblones y pinos albares a la izquierda y un joven abeto a la derecha. Se aprecian sus piñas, que crecen erguidas, característica de este género, en una de las ramas de la izquierda.
El segundo día, exploramos a fondo Andorra La Vella y sus cercanías (Engolasters). Aquí nuestro recorrido estuvo centrado sobre todo en ambiente urbano, y visitamos también la iglesia de San Miguel de Engolasters. Cerca de allí, me llamaron la atención diversas especies de fauna y flora como el saúco rojo (Sambucus racemosa), especie bastante rara en la península ibérica y que solo se ve en algunos sitios de Aragón y Pirineos, así como las flores de la espantabrujas o eguzki lore en euskera (flor sol), Carlina acanthifolia subsp. cynara, planta a la que se atribuyen propiedades protectoras contra espíritus malignos, brujas y otros seres, y que se colocan encima de las puertas en la entrada a muchas casas de la franja pirenaica. Esto lo comprobamos también en el valle de Ansó el pasado diciembre. Como curiosidad, también he visto esto en algunas casas de campo en las sierras más altas del sur de Albacete, mi tierra, donde se ve la variedad baetica.
Carlina acanthifolia subsp. cynara en Engolasters.
Roble albar (Quercus petraea) en Engolasters.
Lagartija roquera (Podarcis muralis)
Avellano (Corylus avellana)
Saúco rojo (Sambucus racemosa)
El tercer día, fuimos a la zona de Ordino (La Cortinada y Llorts) y subimos a los Estanys, o lagos, de Tristaina. Esta parte se sitúa al norte del pequeño país. Cuando subimos a la zona de la Tristaina, montamos en teleférico y luego en telesilla hasta el mirador solar, a unos 2701 m de altitud. Lo pasé un poco mal debido a mi vértigo, no me gusta estar muy alto con los pies colgando. Me gustó muchísimo el paisaje de alta montaña con pinos negros (Pinus uncinata), además, pude observar un endemismo pirenaico que vive a más de 2000 m de altitud, Gomphoceridius brevipennis (especie vulnerable según la UICN), así como la "otra" eguzki lore, Carlina acaulis, truchas (Salmo trutta), grasillas (Pinguicula vulgaris) y diferentes flores.

Podarcis muralis. La Cortinada.
Jóvenes aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris) bajo el alero de una casa, recibiendo a uno de sus padres. Llorts.
Leptophyes punctatissima, en una calle de Llorts.
Gomphoceridius brevipennis, cerca del pico Peyreguils, casi en la frontera con Francia, a 2878 m de altitud.
El paisaje de la alta montaña pirenaica. En algunos lugares, quedaba nieve en pleno agosto.
Carlina acaulis en las faldas del Peyreguils.
Grasilla (Pinguicula vulgaris), una planta carnívora que atrapa insectos mediante una sustancia pegajosa en las hojas.
Epilobios (Epilobium angustifolium), comunes en zonas algo húmedas. Junto al Estany de Creussans.
Trucha (Salmo trutta) en el Estany de Creussans.
Estany de Creussans. El paisaje era un puzle de herbazales con matorrales almohadillados que resultaban ser rododendros, helechales, matorrales más densos y pinares de pino negro.
El cuarto día, fuimos a buscar marmotas alpinas (Marmota marmota). Nos dirigimos a Encamp, a 2090 m de altitud. Estos mamíferos tan simpáticos y característicos de las altas cumbres centroeuropeas se extinguieron en la zona hace unos 10.000 años, pero en la década de los 1940, se introdujeron algunos ejemplares. Actualmente, se pueden observar en muchas zonas altas de esta gran cordillera. Dimos un paseo muy bonito por un valle por el que discurría un río (Cortals) y donde se veían prados verdes con flores y árboles dispersos. Confieso que fue gracias a la app iNaturalist que pudiéramos encontrar estos mamíferos, ya que en la zona se habían observado algunos ejemplares. Nosotros encontramos varias marmotas en una zona con grandes rocas, donde se escondían, y pudimos verlas muy bien. Entre otras especies, también pudimos ver un saltamontes abundante en prados alpinos, Stauroderus scalaris, alcaudones dorsirrojos (Lanius collurio), gitanillas (Zygaena) y un montón de plantas interesantes, como el serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia), la frambuesa (Rubus idaeus) o la Gentianella campestris. También nos sorprendió un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) que nos sobrevoló bastante cerca mientras mirábamos las marmotas. Después, nos fuimos a Sant Joan de Caselles, donde encontramos un ejemplar de Satyrus actaea que no podía volar, parecía tener un ala rota. Y por la noche, llovía, y encontramos unas babosas gigantescas, Limax maximus junto al hotel en Erts.

Creo que Volucella bombylans. Sírfido (mosca) que imita con su aspecto a un abejorro. Encamp.
Acónito (Aconitum napellus). Encamp.
Piñas inmaduras de pino negro (Pinus uncinata). Encamp.
Marmota alpina (Marmotta marmotta). Encamp.
Marmota alpina (Marmotta marmotta). Encamp.
Marmota alpina (Marmotta marmotta). Encamp.
Marmota alpina (Marmotta marmotta). Encamp.
Gitanillas (Zygaena). Encamp.
Gentianella campestris. Encamp.
Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio). Encamp.
Satyrus actaea. Sant Joan de Caselles.
Stauroderus scalaris, saltamontes abundante en los prados alpinos.
El quinto y último día en Andorra, hicimos una ruta senderista cerca de Erts por la mañana y, por la tarde, subimos al Parc Natural del Comapedrosa. Hacía bastante calor y en seguida nos cansábamos, por lo que las rutas no fueron muy largas. La ruta de Erts era la del bosc protector (camí del Jou - roc de la Cauba). El sendero transcurría a través de avellanos (Corylus avellana) y pinos albares, con algunos álamos temblones y muchísimo boj (Buxus sempervirens). La fauna no destacaba por su abundancia, pero vimos un carbonero garrapinos (Periparus ater), petirrojo (Erithacus rubecula) y reyezuelo listado (Regulus ignicapilla), lagartija roquera (Podarcis muralis) y algunos invertebrados, como una Zygaena fausta, una Palomena y abejorros.
Álamo temblón (Populus tremula). Erts.
Paisaje desde el sendero del bosc protector. Erts.
Uva de oso (Arctostaphyllos uva-ursi). Erts.
Roble albar (Quercus petraea). Erts.
Bojes y pinos albares. Erts.
Lagartija sin identificar. Erts.
Gitanilla (Zygaena fausta). Erts.
Morrionera (Viburnum lantana). Erts.
Chinche del género Palomena sobre madreselva de bosque (Lonicera xylosteum). Comapedrosa.

Serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia). Comapedrosa.
La conclusión a la que llegué tras aquellos días en los montes pirenaicos fue que la sequía estaba causando graves estragos en los bosques. La vegetación eurosiberiana, con poca influencia mediterránea, donde predominaban árboles y arbustos propios de climas más húmedos y menos extremos, seguramente se vea desplazada por los veranos cada vez más duros que vienen desde el sur, debido a lo que ya sabemos y de lo que siempre se habla, aunque nadie tome medidas ni las vaya a tomar.