martes, 13 de noviembre de 2018

Algunos helechos del Monte Naranco (Oviedo)

    A principios de noviembre, pudimos visitar el entorno ovetense del Monte Naranco, conocido por albergar algunos ejemplos del arte prerrománico asturiano, como las iglesias de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco, del siglo IX. Mi compañera de aventuras y yo observamos varias especies de pteridófitos (helechos) rupícolas (que crecen sobre paredes) creciendo incluso sobre las viejas piedras de estos dos templos. Estas plantas me fascinan, todo de ellos me llama la atención, desde sus costumbres y la sorpresa de encontrarlos muchas veces donde menos lo espero, hasta su forma de reproducción. El más común de los que vimos, sin duda, es también fácil de observar en casi toda la Península allá donde abunde la humedad: el culantrillo menor (Asplenium trichomanes).
Asplenium trichomanes creciendo en las grietas, bajo tres enormes
hojas del ombligo de Venus (Umbilicus rupestris). 2.11.2018.
    Otro helecho muy común en la zona, por lo que vi, es la ruda de los muros (Asplenium ruta-muraria), de frondes pinnadas. Este helecho crece tanto en muros cerca del mar como en el rocaje de bosques umbrosos.
Asplenium ruta-muraria. 2.11.2018.
    También vimos algún que otro polipodio (Polypodium vulgare), tanto en muros semiderruidos de casas cercanas como en los propios templos. Este helecho es muy fácil de reconocer. No es muy grande y se extiende por medio de rizomas que se adhieren a grietas, suelen estar cubiertos de musgo.
Polypodium vulgare sobre un muro en una casa cercana. 2.11.2018.
Polypodium vulgare. 2.11.2018.
    Otro helecho, aunque solamente vimos un ejemplar, es el culantrillo de pozo o cabello de Venus (Adiantum capillus-veneris). Este culantrillo es muy común en mi provincia, donde crece junto a fuentes, manantiales e incluso una vez lo vi en el suelo, junto a un pequeño chorrillo de agua que se escindía del Júcar.
Adiantum capillus-veneris. 2.11.2018.
    Otro helecho más que vimos entre las grietas podría ser el culantrillo negro (Asplenium adiantum-nigrum), que también lo vimos junto al bosque.
Asplenium adiantum-nigrum sería el ejemplar de la izquierda. 2.11.2018.
Posible Asplenium adiantum-nigrum. 2.11.2018.
    Finalmente, no puedo dejar de nombrar dos helechos típicos del bosque atlántico europeo: el helecho macho (Dryopteris filix-mas), muy abundante en toda la franja cantábrica ibérica, y la lengua de ciervo (Asplenium scolopendrium = Phyllitis scolopendrium), uno de mis favoritos, con sus característicos soros lineares y paralelos en hojas no divididas.
Dryopteris filix-mas. 2.11.2018.
Phyllitis scolopendrium. 2.11.2018.
    Algunos de estos helechos son comunes en ciudades españolas, especialmente en los cascos antiguos donde abundan las rocas naturales y viejas, y las grietas y agujeros húmedos. Como siempre, pasan desapercibidos para todos. Hay que saber mirar, entender y aprender a conocer las especies más comunes que nos rodean, para tener una impresión más amplia del mundo en que vivimos, y apreciarlo.

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